"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


jueves, 28 de junio de 2012

Hablemos del IVA 1/2

He estado trabajando en la entrada del IVA, pero aún queda mucho por hacer y rehacer. He llevado a cabo un planteamiento que no me ha llevado demasiado lejos, y además no cuento con datos básicos macro, sólo con tasas de variación (que ahora mismo me sirven de más bien poco), con lo que algunos datos tengo que inferirlos o extrapolarlos y eso sólo significa meter más ruido a un modelo que ya está de por sí simplificado (es decir, que ya tiene bastante ruido).

En cualquier caso, tengo la primera parte terminada, y creo que la voy a colocar aquí, porque si no va a quedar una entrada demasiado extensa. La voy a colocar como se encuentra originalmente en la entrada que estaba preparada, y a modo de primera parte de hablar del IVA. Nada muy técnico, sólo algunas reflexiones en alto sobre nuevos modelos, pero de cierto interés, hasta cierto punto claro.




El IVA y su efecto en precio


Hablemos de economía, pues. Hablemos del IVA.

La economía es eso que te va ocurriendo mientras tú tratas de hacer otros planes, usando la fórmula de la frase de John Lennon.

Cuando escuchamos IVA automáticamente pensamos en "ese impuesto que tenemos que pagar por comprar algo". Efectivamente, así es. Se trata de un impuesto indirecto ya que grava al consumo y no a la renta, y por tanto, no es progresivo. Esto es, Emilio Botín va a pagar el 18 % de IVA, como tú, cuando se compre un coche, por ejemplo. ¿Justo? No, no lo es, pero no busca justicia este impuesto. Entonces preguntémonos, ¿qué busca exactamente este impuesto?

Respuesta rápida: recaudar. Como la mayoría de impuestos, por tanto. El IRPF básicamente grava el salario de las personas físicas y busca recaudar. El IBI grava los bienes inmuebles y busca recaudar. El de sociedades, grava a las compañías y busca recaudar. Entonces el IVA grava a los productos de las empresas, y busca recaudar. Vale, todo correcto. Pero veamos algunas cosas algo curiosas. El IRPF grava de forma proporcional dependiendo de tu base imponible, de tu salario total digamos (no es que sea un hacha con la terminología, cualquiera algo especializado en fiscalidad querrá matarme en estos momentos). Es decir, quién más cobra, más paga (movimiento de capitales aparte). El IBI también depende de varias cuestiones, y básicamente a más grande, más paga. El del sociedades si no me equivoco grava a todas las compañías por igual con un tipo fijo (imagino que existiran un buen número de excepciones no obstante), pero busca minusvalorar el beneficio de estas para ayudar al Estado. El IVA... pues sigue gravando a los productos de forma igual, tanto da una botella de whisky que un Audi o un iPad. Lo cual no me deja de resultar curioso.

Por eso yo digo, ¿por qué no quitamos el IVA?

Y alto, liberales. Cuando hablo de quitar, me refiero a transformar toda su recaudación a otro u otros impuestos, no a reducir la exposición del Estado en el ejercicio del gobierno. Al fin y al cabo ya lo dije con una frase de cosecha propia, cuando se deja libre a la mano del mercado termina dándote una bofetada.

Por qué digo eso sobre el IVA es la cuestión aquí. Bien, veamos. Día tras día, especialmente hace cosa de seis meses, nos han bombardeado con aquello de dejar el euro, volver a la peseta, que bello era el mundo entonces, devaluamos y ya está... y toda esa demagogia de viejo economista agotado por los años que no quiere pensar en nada nuevo. Hagamos un trato, os propongo lo que estáis buscando, ganar competitividad. Es más, os propongo una caída en precios cercana al 18 % en algunos casos. Sí, efectivamente, propongo elimiar el IVA para hacer deflacionar de forma artificial los precios de la economía. Vamos, romperlos a la baja, aumentando por tanto nuestra competitividad para con el extranjero. Y eso para empezar.

Breve inciso, sé que algunos pagos que se efectúan a diversas instituciones europeas y la cuestión de que las Comunidades Autónomas controlan el 50 % de la recaudación de este impuesto, pero todo sería cambiarlo a otro tipo de impuesto que diese una recaudación similar.

A lo que vamos: hundamos artificialmente los precios. Ya, sé que nunca se ha hecho, y que existe un miedo atroz a hacer cosas que nunca se han hecho cuando uno se hace viejo de mente, como la mayoría del panorama actual, pero seamos serios, la idea no es tan mala.

¿Cuál es el principal fraude fiscal de este país? El no cobrar el IVA, precisamente. Pagar en negro, en definitiva. Entonces eliminemos la causa de ese fraude fiscal eliminando lo que lo causa. El problema no lo tiene la persona, la gente es como es, y siempre busca estar mejor, y si se ahorra un 18 % del precio, pues mucha de ella estará mejor. Pero si el Estado en sí mismo le quita ese sobreprecio, el tener que pagarlo para las empresas, entonces qué fraude hemos de temer. Ese no, desde luego.

El principal problema de esta medida es precisamente su repercusión y el reposicionamiento hacia otros impuestos. Por un lado, las caídas de precios no iban a ser del 18 % en productos gravados por tal IVA. Se debe contar con que las empresas tratarían de aprovecharse. Ojo, no necesariamente sería así, porque esa bajada produciría un gran empuje al consumo, pero podría ser así. Por tanto, un aumento en el Impuesto de Sociedades no debería ser una mala medida (a pesar de la que les está cayendo a muchas honradas empresas), tanto para los que traten de aprovecharse del asunto, como para los que ven su beneficio aumentar por el hecho simple de que su precio se reduce sin perder ellos beneficios y además su consumo aumenta, por tanto, mismo precio, más ventas, mayor beneficio.

Y esto sería así si no metiésemos el segundo gran problema del asunto. La mayor carga de eliminar el IVA debería ir seguramente al otro gran pilar de la recaudación: el IRPF. Y este sí es un gran problema. La carga que debería tomar este impuesto posiblemente sería tan elevada que reduciría de forma drástica el salario neto percibido por las personas, y por tanto, le daría un buen golpe al consumo. Un gran golpe, posiblemente, pero irónicamente positivo vía balanza de pagos. Reducciones en el consumo de algunos bienes puede venir de perlas a reducir el déficit comercial español debido a que, básicamente, nosotros no producimos BMW's, y si dejamos de comprarlos, dejamos de enviar dinero al extranjero.


A pesar de todo, no creo que la medida que digo aquí pueda a ser llevada de forma práctica a la realidad debido a la gran cantidad de leyes que deberían cambiarse y a la inestabilidad que podría generar en toda España y posiblemente Europa. A pesar de todo, si bien la eliminación del IVA no parece posible de forma práctica, su permutación progresiva por otros impuestos puede ser más factible. Es decir, medida tipo shock parece imposible (es decir, de la noche a la mañana lo quitamos), pero quizás llevado en los años pueda ser posible. En cualquier caso, es sólo una idea algo alocada, pero lo importante, como siempre, es pensar en nuevas vías para hacer las cosas. Aunque parezcan inútiles, una idea siempre será una idea.






Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

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