Tiempos pasados.

«La habitación estaba repleta de esa fragancia única a óleo y a perfume de mujer. Hacía quince minutos que se había marchado y yo seguía pensando que lo mejor para ambos hubiese sido atrancar la puerta y olvidarnos de que hay un mundo más allá de nosotros mismos.

Pero la realidad solía alcanzarnos antes de darnos cuenta.

Realmente había momentos que dudaba sobre lo que era la realidad, sobre lo que era la vida misma. Quiero decir, querer irse a cualquier lugar, en cualquier país de cualquier continente con sólo una persona como equipaje, ¿no es eso la vida?

A menudo me solían decir que me perdía la pasión. En realidad yo creo que la pasión es lo que me revive, lo que realmente me pierde es, por ejemplo, la falta de motivación, de iniciativa, de creatividad. Pero la pasión... y aún así, valoro a las personas que saben cuando y cómo deben detenerme cuando comienzo a soñar en exceso, porque al fin y al cabo si alguien se atreve a entrar en mi juego nos encontraríamos poco después perdidos con la luna como cómplice de nuestro fuego.

Ella había dicho "hasta la próxima". Fuera cuando fuera. Ambos sabíamos que hasta la próxima podría significar un par de meses, quién sabe si más, teniendo en cuenta que ni somos de la misma ciudad. Era parte del encanto, quizás. John Lennon dijo que la vida es eso que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. En parte lleva razón, pero más bien creo que la vida es eso que te va sucediendo mientras esperas que algo bueno ocurra. Ahí es donde la gente apasionada entra en el juego, e impone sus locuras. Porque al fin y al cabo, es bueno crear anécdotas. Me gustaría poder decir "pues sí, como aquella vez en el Tibet que...", o poder sentirme orgulloso de haber entrenado en una cascada, o en el Himalaya, entre la nieve y el viento. O poder comentar en la sobremesa de alguna comida que el mercado fluvial de Bangkok es increíble.


Ciertamente lo decía a menudo, lo único que me mantenía aquí era, de forma sistemática, mi falta de voluntad para hacer cosas que realmente deseo, y de forma coyuntural, su olor. Y los planes cuentan con cambiar lo coyuntural por sistemático y viceversa.


Lancé un par de pinceladas a un cuadro a medio terminar que tenía por ahí y supe que hoy no tenía mi día para la pintura. Era una cosa que intuía, pero ya llevaba cierto retraso con alguna de mis obras. En ellas, y en mis poemas, que estaban totalmente detenidos.


Me había dado cuenta de una cosa importante, para escribir, o pintar,hay que moverse cerca de las líneas de "estar genial/estar fatal", pero no superarlas. Es decir, cuando estás en los extremos es como que todo el mecanismo se rompe y no puedes moverte más allá, cuesta centrarte en lo que estás haciendo. Es algo gestionable, estoy seguro, pero que estaba retrasando mis objetivos mensuales.


De todas formas, estaba pensando que con este buen tiempo que está viniendo, quizás hiciese un par de llamadas para moverme un poco, ya sea por la ciudad, ya sea por una ruta de montaña. La inspiración, si no llega, hay que buscarla.


No sé, me acerqué al piano y toqué una melodía ligera mientras pensaba. Había decidido que era un buen momento para no hacer nada, y me acomodé al lado de la ventana, en el suelo, medio tirado sobre unos cojines viejos, a mirar las luces de la ciudad.


"Hoy es el primer día del resto de nuestra vida", fue todo lo que dije.»


Extracto de "Tiempos pasados".
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Me apetecía hacer una de esos extractos de novelas nunca escritas mías. Escrito sobre la marcha así, sin más, aunque no me parece demasiada mala la historia, quizás incluso la termine escribiendo, entre esta o aquella espera. Sobre estas cosas nunca se sabe, a veces encuentro fragmentos por aquí o por allá y termino haciendo algo con ellos.

Nos quedamos con lo importante. Hoy una frase de "Lazy Daisy", de Les Luthiers:

I'm completely crazy just for you.

Jesus Burgos Lobo

Semper Fidelis

Fac ut ardeat cor meum