Trata de asemejarse a ese abanico, que es el típico usado por Zhuge Liang, aunque ni mucho menos es parecido. Muestra similitudes, pero nada más, aunque también he de decir a mi favor que lo he hecho en poco tiempo y que se trata de un prototipo, ya que planeo mejorarlo cuando encuentre materiales para hacerlo.
En cualquier caso, es relajante y motivador tener un abanico como ese hecho por uno mismo, porque cuando me pongo con él y escucho la canción de Zhuge Liang que he puesto hace unas pocas entradas, me siento que puedo aguantar contra viento y marea, que puedo cambiar el viento de Chibi, y que puedo mantenerme en calma cuando la situación lo requiera. Porque a veces sólo queda esperar lo que tenga que venir, y creo que si has hecho todo lo que has podido hacer, puedes sentarte y abanicarte en la tranquilidad de saber que no puedes hacer más, que el hombre actúa, pero al final es la voluntad del Cielo la que dicta.
Todo se resume a abrir las puertas de la ciudad y tocar el laúd, mientras tus pocos soldados barren las calles. No hay nada más que pueda hacer, y me alegro, ya que no hay más dolor que pueda causar, no hay más fallos que pueda cometer.
Precisamente porque no me queda nada por hacer, puedo estar tranquilo. Creo que acabo de comprender otra parte del Tao Te Ching. Las personas cuando no les queda nada por hacer, cuanto todo lo han intentado, se desesperan, ya que sólo pueden dejarse llevar por la corriente. ¿Pero no es esto, el dejarse llevar, precisamente lo esperable? Cuando todo lo has hecho, es que la situación se encuentra por encima de tus posibilidades, fuera de tu alcance. Entonces, sólo has de esperar lo que tenga que venir, porque al fin y al cabo es hacia dónde ha de ir tu vida, sea cual sea ese camino.
En cierta forma ahora me encuentro algo mejor, ya que he comprendido otra parte del Tao. Desde que lo leyera han debido de pasar siete años, y aún ahora voy entendiendo poco a poco sus partes, las voy aplicando sin darme cuenta. Es precisamente esto lo increíble, que me he tranquilizado sin darme cuenta, que mi cuerpo lo ha hecho, a pesar de todo.
No sé ni cómo ni dónde voy a estar mañana, o dentro de una una hora, pero lo que si sé es que ahora puedo decir que he comprendido esas cosas que considero muy importantes de la vida y del Tao, cosas que hacen todo mucho más llevable.
Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis
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