"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


martes, 26 de junio de 2012

Hagámoslo

Lo hice. O casi. Creo que lo he hecho. Veremos. Si apruebo estadística me quito por fin segundo de delante, lo cual sería más que perfecto. Y lo más importante, me quito esa asignatura que supone un escollo tan enorme para mí. Es una somera estupidez que así sea: acabo de terminar el exámen y lo primero que hago es, como el año pasado, ponerme a usarla para hallar unas serie de cosas respecto a apuestas y demás.

Pero así son las cosas. Ya me preocuparé el año que viene de econometría y contabilidad que creo que vuelvo a tener (y esa si que es mi enemigo número uno). Hasta entonces pienso disfrutar este verano de la única manera que sé hacerlo: contigo.

Mientras tanto, tengo un concurso que ganar. Siempre digo lo mismo y no termino ganando nada, pero en fin. Fracasa mejor, como decía Beckett. El premio principal al que aspiro es el que me nombren caballero de la Orden Francisco de Quevedo. Con eso voy más que encantado. El premio son 300 euros, pero en fin, que por esta vez el dinero es lo de menos, me haría una ilusión inmensa que me nombrasen caballero de esa orden.

O de cualquier orden, recuerdo que una vez pensé en montar yo mismo una orden de caballería. La verdad que bien pensado, he tenido proyectos para hacer de todo.Y por cierto, todos fracasados, suerte que trato de no valorarlos por cómo terminan, sino por cuánto me motivan. Si no no hubiese vuelto a tener una idea en mi vida.

He estado un buen rato pensándome cómo quería actualizar (actualizo porque yo quiero, porque toca hoy y todavía no he actualizado y me gusta hacerlo... :P) y me he tirado otro largo rato entre mis poemas. Ciertamente no estoy muy contento con algunos candidatos a aparecer aquí, y debo ponerme a escribir de nuevo. Tengo motivos para mejorar. Tengo motivos para escribir. Tengo motivos para ir siempre a mejor.

Ciertamente, no sé si algún día mis poemas van a llegar más lejos de donde están ahora, pero es ahora precisamente el momento en el cual están donde deben estar. Es el momento de crear. Es el momento de tornar la ternura a verso, y el verso a belleza.


Y, a guisa de despedida, un comienzo. El primer poema de la serie La luz de tu sonrisa. Creo que hasta hoy ha permanecido en la sombra, si no me equivoco. Distan varios meses de él, varias vidas, con ese toque tan amor cortés, ese toque tan mío que tan atrás queda. Esa evolución desde la bruma al cielo azul. Ese camino desde la nevada cumbre hasta el fértil valle. Ese, sencillamente, mirar y ser mirado.



La lumbre que la lluvia de los años
apagara, de nuevo calor brinda,
brasas rojas, la llama no se rinda,
que no viva el amor los desengaños.

Que pronto salte, queme aledaños
y tórnese en incendio; que la guinda
del pastel sean tus labios; tú, linda,
te invito a dejar de ser extraños.

No hay miedo a decir cuánto te amo,
pues el amor es puro sentimiento,
desde siempre, por siempre, lo exclamo.

Y si desamor fuese, escarmiento,
pero ante esta lumbre proclamo,
por tu amor moriría yo contento.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

2 comentarios:

  1. Qué bonita la entrada, aunque el último párrafo (el anterior a la poesía) me ha parecido muy recargado y eso lo ha hecho como depante no se.

    Estás chapado a la antigua guapa, si quieres te chapo a la moderna... AQUÍ, Y AHORA.

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