"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


viernes, 27 de julio de 2012

Resumen

Tormenta en Salamanca, en mi última noche aquí. Podría decir que lo bueno se acaba, pero sería demasiado relativo.

En cualquier caso, me voy a tomar un poco para mí la actualización de hoy. Me explico, tengo una historia comenzada, cómo no, y tengo un cierto lío de personajes, así que me he dicho: ¿por qué no hacer un poco las presentaciones de cada uno y así de paso aclaro las ideas? Por hacer algo diferente vamos.

Explicaciones rápidas, la historia es del futuro pero trato de mantener elementos realistas ante todo.


So, here goes nothing!


Principales / Los capítulos se escriben desde su punto de vista:

Carley Méndez: estudiante en una Universidad militar, va para artillera. En la historia, amiga de Clarisse Amstrong, hija del contraalmirante Amstrong. Es huérfana de María Méndez, que era comandante del crucero Carley. Tiene cierta miga la forma de cómo quedó huérfana, así como su relación con Clarisse. Como escritor digo que se trata de una chica que ha sido protagonista varias veces, desempeñando varios papeles en otras historias y eso. Al final se ha quedado en ese puesto para esta historia, creo que le pega. Si sirve de cierto referente siempre me la he imaginado un tanto como Morena Baccarin cuando llevaba el pelo corto y algo rizado (no corto del todo como son sus últimas fotos).

Derek Sullivan: hijo de Willes Sullivan, el cuál es vicealmirante de la flota en el segmento Beta Arae y comandante del acorazado Sadalsuud. Tiene cuatro hermanas, Miriam, la mayor, oficial de holocomunicaciones en el acorazado de su padre. Marta, justo detrás de él, relacionado con el Ministerio de Defensa (está por asignar el puesto, creo que era secretaria pero igual la muevo). Asheile, investigadora competente, seguramente sea especialmente buena en algún campo de las matemáticas. Y la menor, Jannet, estudiante de Biología o algo relacionado con el tema, todavía por graduarse. Toda la familia Sullivan es relevante de alguna manera. En especial Derek es recién nombrado comandante de una corbeta Skyfox y se le enviará a alguna misión que no voy a desvelar.

Claudette Rousseau: comandante del acorazado Fomalhaut y almirante de la flota del segmento Tau Oroana. No tengo mucho creado de ella, pero va a ser una persona bastante clave en la historia de principio a fin. Me la imagino con el sable de almirante siempre preparado y el pelo liso, negro y con flequillo. Mirada firme y eso, muy técnica. Es un personaje que creo que podría gustarme.

Thark Nav: un personaje que me acompaña desde mis inicios escribiendo hace años y años. Ha ocupado puestos de todo tipo, y en esta historia es un excoronel del ejército expulsado y repudiado que monta una compañía mercenaria. Él sigue siendo un soldado, así que básicamente es como un ejército privado. Es un personaje que va de la mano de otros dos míos, Thaneilan Calafalas, que no ha tenido nunca mucha repercusión, y mi gran mítico Hellstrum Orestes, que entrará en la historia fijo junto con su padre, Finakelian Orestes (y seguramente también esté mi gran Annalena Dausty, que tiene cierta relación con ambos).

Nathan Cooley: almirante del segmento Alfa Borealis, otra figura importante, como Claudette. Va a ser otro punto importante sí o sí, aunque queda por ver su protagonismo en cuanto a volumen de capítulos escritos sobre él. De todas formas, creo que se va a cargar de cierto dramatismo su parte, que me gusta.

Sarah Meyer: las tiene todas para entrar en la historia, de hecho está programada su entrada. Es una reportera (posiblemente independiente) que busca la noticia allí donde se crea. Apenas tengo nada escrito sobre ella en general, pero creo que da otra visión al asunto, algo que puede ser interesante.


Esos son principalmente la gente que por ahora tiene capítulo "propio" o tiene bien programada su entrada en la historia. Gente nombrada e importante tendré cincuenta, o más, y eso que apenas tengo nada escrito sobre el tema (aunque tengo bastante más de historia montada). Vamos, que puede quedar algo bastante enorme el asunto.

Y así están las cosas.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 25 de julio de 2012

Salamanca

Pues nos ha caído una tormenta curiosa aquí en Santa Marta de Tormes, y comienza de nuevo justo ahora mientras escribo. Típica tormenta castellana, que hasta he salido sin camiseta debajo de la lluvia por el calor que hace.

Y hoy día por Salamanca, cansadillo de tanto caminar, con algunas fotos, nothing too fancy, pero con alguna sorpresa en ellas. En cualquier caso, voy a poner dos de ellas que son las menos malas.


Y ya queda menos para regresar. El viernes a las 14 cojo un autobús destino Oviedo, que llegará cinco horas después allí. Me apuesto cualquier cosa a que cruzando el Negrón me recibirá niebla, nubes y lluvia, como es habitual.

Y nada, ya no llueve, los pajarillos cantan y el sol está a punto de salir. Y yo creo que me voy a preparar otro café y a sentarme a descansar bien bien, que tengo las piernas algo molidas.

Y hasta aquí la información del frente. Por cierto, que ricas están las patatas revolconas, me encantan. Entre eso y el mosto me paso aquí media tarde de bar en bar.




Jesus Burgos Lobo
Quod natura non dat,
Salmantica non praestat

martes, 24 de julio de 2012

Yup

Había hecho una entrada que se jodió un tanto, y sencillamente me la he cargado.

No ponía nada interesante, así que no me ha molestado mucho. Me quejaba de que no tenía un día muy decente, porque estamos aquí parados en el bungalow sin hacer nada. Ayer Zamora, mañana Salamanca ciudad. Hoy nada. Piscina por la mañana, y creo que me saltaré la de la tarde, porque ni de lejos cojo yo ni un poco de color, no en vano me gustan las pieles claras. Aunque claro, comparado con como suelo estar, se podría decir que estoy moreno o algo.

Y con tanta inactividad de por medio, voy a hablar de algo que me interese, por hacer algo.

Después de unos minutos aquí sentado sin saber que poner, me parece que voy a pasar de decir nada. Necesito poner en orden mis ideas y eso, es prácticamente a lo único que me dedico desde que se terminó el curso.

Lo que realmente necesito es un hobby que me obligue a estar 100% concentrado en él. Pintar por ejemplo. Recuerdo que cuando me ponía a ello se me pasaba el tiempo volado. Ya he dado por terminado un cuadro, nothing too fancy, pero vamos, para ir probando cosinas y pasando el rato está bien, me gusta.

Lo que creo que necesito es tiempo para mi en solitario o en pareja, pero máximo dos personas. Siempre he sido independiente de mi familia, pero cada día más, me vendría bien pegarme todo agosto para mí sin preocuparme de nada y montándome los horarios e historias que yo quiera, por donde quiera, posiblemente un país remoto. Si no fuera porque agosto ya está copado por planes.

Anyway, a ver si dicen de una vez cómo cortan las clases por apellidos para este curso, porque tanta espera me está matando. Estoy seguro que va a salir bien la cosa, pero quiero que me lo confirmen. Después de eso seguro que desearé que empiece el curso de una vez.

A ver, a ver.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 23 de julio de 2012

Zamora


Zamora es, ante todo, una ciudad castellana.

Tiene esa tranquilidad que personalmente no me cansa. Es una tranquilidad que no agobia, como puede agobiarme la tranquilidad de los pueblos. Esta tranquilidad tiene su movimiento, sus personas caminando por la calle, sus golondrinas, a cientos, en el cielo. No me importaría vivir aquí una temporada, si tengo que decir la verdad.

Creo que no me importaría vivir en ninguna capital castellana, al menos por una temporada (posiblemente de verano). Me encantan, son tranquilas pero movidas. Hay silencio, pero el Sol le da alegría y viveza. Tienen zonas verdes muy bonitas, edificios preciosos, y me encanta el paisaje.

Mientras iba por sus calles le he sacado unas cuantas fotos, y voy a poner aquí seis de ellas que son las que más me han gustado. Están en monocromo porque da un toque que sinceramente me apasiona.








Personalmente, me gusta mucho la primera, pero la cuarta y quinta representan un lugar precioso en la zona del castillo de la ciudad, un lugar perfecto para no hacer nada y disfrutar del silencio de Castilla.

En fin, más de treinta grados de calor y subiendo, mucha tapa, mucho mosto (me contagio del espíritucastellano), el billete de ALSA comprado para regresar el viernes, y como anécdota del día, debido a que he encontrado un trébol de cuatro hojas mi padre me ha dicho que echase la bonoloto. Si la gano lo sabréis, no me volveréis a ver el pelo en una temporada, tengo mucho que visitar.

¡Disfrutad del verano!




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

domingo, 22 de julio de 2012

Buenos días


Decir que el día estaba amaneciendo era como decir que tus ojos son azules: son una afirmación cierta pero muy lejana a la realidad.

Sí, el día amanecía, pero las estrellas brillaban, junto a algún planeta aventurero, entre el cada vez más claro cielo nocturno. Hacía algunos minutos que el alba le ganaba la partida a la noche, y poco a poco podíamos ir admitiendo que se estaba haciendo de día completamente. Según escribía estas palabras, de hecho, era muy visible el aumento de claridad que se estaba produciendo. Era en cierta medida una lástima.

Unos cuervos comenzaban sus graznidos en la zona. Yo miraba a un avión cruzar el cielo, dejando su estela como una cicatriz en el manto de la cada vez menos noche.

Me había dormido a eso de las nueve y media o diez de la noche, con cosa de treinta horas sin dormir encima. Esa era la principal razón por la cual estaba ahora aquí, en el porche, con un café terminado, el notebook y una cazadora, escuchando cantos de pájaros que se despertaban. Buenos días Salamanca, buenos días princesa.

Y hoy tengo que reconocer que me he despertado muy enamorado. No sé si es algo que se pueda explicar, pero tengo el pecho cálido a pesar del frío de la mañana, supongo que se me entiende. Despertarse así en este remanso de paz escuchando a los pájaros me hace querer abandonarlo todo y vivir en un sitio como este para siempre. Si digo la verdad, una parte de mí espera que sea ella la que salga del interior, haciendo competencia al azul del amanecer y al propio Sol (mi amanecer es con la luz de tu sonrisa), y me pida que vuelva dentro con ella, a la cama. O quizás se cogería una cazadora y se sentaría a mi lado, acurrucada contra mí. Me encantaría saber cuál sería su reacción.

Como suelo decir, soñar es gratis.

En cualquier caso, al Sol le queda poco para salir. Por supuesto no hay ni una nube en el cielo, y se espera un día más caluroso que ayer. Pero yo todo el calor que necesito es el que se concentra cada mañana en mi pecho. No necesito más.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 21 de julio de 2012

¡Mi trébol de cuatro hojas!

Sí, sí, sí, sí, ¡sí!


¡Lo es! ¡Lo es! ¡He encontrado un trébol de cuatro hojas! La foto no está trucada ni nada parecido, es sencillamente uno de cuatro hojas.

Es genial, porque además hace años que no buscaba ninguno, y hoy, estando en la piscina (quizás debería comenzar diciendo que estoy de vacaciones en Salamanca), lo he visto. Significa mucho, porque precisamente me dije que si encontraba uno, ciertas cosas positivas me pasarían. Y ahí está, como respuesta a mis súplicas

Estoy muy contento, dado que es mi primer día por aquí. Estoy en una cabañita de un camping (Regio) al cual venimos desde hace algunos años, y que está muy bien, especialmente para cambiar de aires.


Nuestro coche (Chevrolet Aveo, de la primera versión que sacaron
del mismo)al lado de una de las cabañitas, son todas iguales.


 Y aquí estoy, sin dormir desde ayer a eso de las dos y media de la tarde. ¿Cansado? No mucho. ¿Con sueño? Bastante. Después de tomar el sol y darme un chapuzón rápido como no me lo daba desde hacía años, la verdad que estoy bastante contento con la situación. 

Pero Dios, tengo un trébol de cuatro hojas. Es justo lo que necesitaba ahora mismo, suerte. Siento que nos va a salir bien todo, y eso es genial.

Y bueno, creo que iré cortando porque, como ya digo, tengo algo de sueño y no estoy muy inspirado para hacer una entrada potente. Por ahora, sólo decir que me gusta estar de nuevo en Salamanca, pero estoy deseando volver a Oviedo. Quiero hacer un quince antes de que agosto nos coja de por medio. Aunque nos coja, querría hacer un quince.

Como sea, la fortuna nos favorece.




Jesus Burgos Lobo
Fortuna audaces iuvat

viernes, 20 de julio de 2012

Ser optimista es un tema bursátil

Siempre me había considerado una persona afortunada por dos motivos. El primero, por definición, como me gusta decir. El segundo, por experiencia, digamos.

Cuando digo que me siento afortunado por definición me refiero a que he nacido "en la parte buena del mundo", no tengo ningún problema serio, etc. Todo el mundo tiene problemas, muy pocos se libran del entorno o la genética, pero vamos, básicamente la mayor parte de nosotros somos afortunados por definición, aunque no nos demos cuenta de ello.

Cuando digo que me siento afortunado por experiencia me estoy refiriendo a que a la larga las cosas me salen bien. Digamoslo así, supongamos un comportamiento cíclico de estar bien y estar mal, de que las cosas nos vayan bien y mal. Sin duda esto es un ciclo siempre, hay momentos mejores y momentos peores. Sobre esto, añado que, debido a cómo soy, suelo fluctuar más que el resto. Mis cambios son mayores y más rápidos, tanto para bien como para mal, y no suelo encontrarme en máximos ni en mínimos durante demasiado tiempo. Pero a pesar de esto, si vemos la tendencia de cómo me han ido las cosas, ha sido claramente alcista.

Se me puede rebatir tal afirmación de varias maneras, una de ellas es que he perdido la objetividad y la visión del tiempo pasado. Es cierto, pero también es cierto que si bien no se puede saber con exactitud cuántos días malos y buenos hemos tenido, sí sabemos cómo nos sentíamos en ese momento, de media. Y por tanto diría que he tenido una clara subida en general.

Ahora viene el tema. De, digamos, medio año a esta parte, las cosas han ido cada vez mejor, y lo han hecho de forma cuasi vertical, o exponencial mejor dicho. Esto es fantástico, pero pierde cierta visión. Veamos como lo explico. Supongamos que te mueves en unos niveles de 100, y tu media de los últimos 200 días (terminología de análisis en la bolsa) da unos niveles de 80. Esto quiere decir que estás por encima de tu media a 200 días, y la está haciendo subir, porque los días más alejados son peores que los nuevos. Creo que es un poco enrevesado, pero quédemonos con la idea de que estamos en 100 y nuestra media cogiendo los niveles de los últimos 200 días son 80. Entonces supongamos que, de repente, saltas a niveles de 500, por un evento. Tu media a 200 días, debido a que tiene una gran cantidad de datos, apenas va a variar, digamos que sube a 81 (no voy a ponderar cálculos para el ejemplo). A medida que pasan los días y tú sigues por esos niveles altos, tu media irá subiendo, pero lentamente y de forma algo "extraña", debido a que no es capaz de explicar la subida como una tendencia, sino porque ha ocurrido un evento muy positivo en tu vida que ha hecho que subas + 400 en poco tiempo. Esto es, un evento que genera una subida radical es extraño y digno de sentarnos a recapacitar.

No tengo muy claro que la eplicación sea muy clara, pero yo sigo a lo mío. Con esa mentalidad, tenemos que nuestra media, la que marca la tendencia de hacia donde vamos, se mueve por niveles de, no sé, 90, y nosotros fluctuamos (con esos pequeños ciclos que decíamos antes) en torno a los 500. Planteamos pues dos hipótesis:


A) Se trata de un evento coyuntural no mantenible en el tiempo, por tanto es esperable una corrección hacia, digamos, 300 puntos, hasta encontrarse con nuestra media de 200 días.

B) Se trata de un evento estructural y por tanto, mantenible en el tiempo. Se forma entonces un salto a niveles de 500 que no se van a perder (sólo los pullback por los ciclos), y desde ellos continuaremos nuestra tendencia.


Here's the deal, y la diferencia con cómo funciona la bolsa. Mejor dicho, la simplificación. La bolsa es un mercado donde operan miles de agentes, desde el pequeño inversor de 1.000 € a la gran agencia de miles de millones. Por tanto, todos aportan su granito de arena (o su media playa) a los movimientos de dicha bolsa.

Bien, pues se da el caso particular que bajo la explicación  que antes he dado nosotros sólo somos nosotros y nuestras circunstancias, como dijo Ortega y Gasset. Es decir, lo que nosotros somos de por sí, y los factores externos que nos afectan. Estoy diciendo que, básicamente, nosotros somos dueños de cómo nos encontramos.

Sigamos el ejemplo anterior, cotizando a 500, y con la hipótesis A y B de por medio. No sabemos cuál es la cierta, y debemos reconsiderar las posibilidades. Lo hacemos, pero debemos mantener en la cabeza que sólo actuamos nosotros mismos sobre dicho mercado. Es decir, si apostamos a la baja, bajará, y si apostamos al alza, subirá, por el simple hecho de ser el único agente involucrado. Es cierto que puede sucedernos un evento aleatorio positivo o negativo, pero como en todo, hay que saber asumir riesgos que siempre van a estar ahí.

Vale, es potencialmente falseable al decir que todos apostamos al alza con nosotros mismos, pero es falso. Si baja, nosotros perdemos. Pero si baja y nosotros creemos que va a hacerlo, nos cubrimos de mayores pérdidas. Si apostamos a la baja, de hecho, mermamos las posibilidades de subida, debido a que el único agente está pensando en que bajará, y hunde el mercado de forma artificial. Esto puede resolverse con una intervención exterior de amigos y demás y puede hacernos subir. Sabemos que iba a bajar, pero un evento no esperado ha mejorado nuestra posición. Y de hecho estamos obligando a personas de nuestro alrededor a invertir en nosotros, o gastar, depende (pero esto podría alargarse indefinidamente si tocase ese tema también).

De forma contraria también funciona, así, si pensamos de forma optimista y sucede un evento aleatorio bajista, nos hunde, con la salvedad de que: primero, la única manera de subir es pensar que va a subir; segundo, si pensamos que subirá y cae de golpe, entonces subirá, debido a que la tendencia, como siempre, es alcista.



Y voy a cortar un poco esta explicación sobre el optimismo y pesimismo en términos de bolsa. Que no se diga que la economía no puede explicarlo todo.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 17 de julio de 2012

Carta desde el frente I

 A 17 de julio de 1741, Pavia


Amada Diana:


Te echo de menos. Los días sin ti son heridas más mortales que las que pueda causarme cualquier bala o sable aquí en el frente.

Mientras escribo esta carta el general Cartagena está despachando órdenes a los mandos. Nuestro oficial, el capitán Aguirre, dice que saldremos al alba en busca del enemigo. No has de preocuparte, el capitán Aguirre es un veterano y un gran líder, y estoy seguro de que con él no corremos ningún peligro.

No deseo aburrirte con temas militares, pero estoy excitado con la idea de que aquí, bajo este suelo que piso ahora mismo, nuestras tropas lograron una gran victoria dos siglos atrás. Aunque resulta curiosos que los derrotados fuesen precisamente nuestros aliados. Es increíble como cambia todo en tanto tiempo.

¿Y tú, mi vida, vas a cambiar de idea sobre la boda ahora que me hallo en el frente, lejos de ti? Es lo único que hace que me despierte cada mañana queriendo vivir un día más. Voy a necesitar ahora más que nunca este sentimiento de tu calor en mi pecho, de tus labios junto a los míos.

Me gustaría continuar, pero el capitán ha regresado y nos ha dicho que, efectivamente, debemos ponernos en marcha a primera hora. Seguiremos el río Po en dirección hacia Cremona en busca de los austriacos. Te prometo que no haré ninguna heroicidad. Ya sabes que lo único que deseo es regresar a Asturias, a tu vera, y hacerte feliz por el resto de nuestros días, juntos.


Deseando volver a verte,
siempre tuyo

Pedro de la Orza y Mendieta.



________________________________________________________________________


Un pequeño escrito en forma de carta, que no sé si continuaré o no, ya se verá. Por lo pronto ahí queda, y espero que guste a su manera.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 13 de julio de 2012

Sweet

¿Quieres el mundo? Coge mi mano o sigue mi estela, pero nunca te cruces en mi camino.

Y la gente mira y pregunta, pero no has de responderle. ¿Qué importan las preguntas cuando provienen de tales necios? ¿Qué importan sus dudas? Sí, tratarás de resolverlas como yo he tratado de hacer, pero algún día te cansarás. Son esos pequeños errores que todos debemos comenter. Para marcar la diferencia sólo se necesita una cosa: estar en lugar correcto, en el momento adecuado y del bando vencedor.

Por eso yo soy mi propio bando, por eso genero mis propios momentos y lucho donde sé que ganaré. Por eso me sigues, tú y todos los demás, porque sabéis que soy el bando vencedor. A base de peones se gana la partida. No temáis ser peones, no os quejéis. Yo os daré la victoria, ¿de qué hay que quejarse, si os voy a entregar el mundo? Sed buenos peones, y preguntaros una y otra vez por qué hacéis lo que hacéis. Os lo diré, os gusta que os lleven. No tomáis decisiones, la culpa en los errores recae sobre otros. Sobre mí. Pero yo nunca me equivoco. ¿No es eso maravilloso? Yo tengo el plan. Yo soy la punta de flecha. Vosotros sois el arco.

¿Cuántos se nos han cruzado antes en nuestro camino? ¿Cientos, miles? Ni lo sé, ni me importa. Mosquitos, gente condenada a morir en el anonimato. Señores, estamos haciendo historia, ¿no es así? Pero realmente qué me importa la historia. Somos esclavos de la partida que juega la historia con nosotros. Lo que nos diferencia es este sentimiento. Haced lo que os pida el cuerpo. Seguidme, porque os inspiro. Adoradme, porque os entrego todo lo que tengo. No me interesan las posesiones, sino dominarlo todo. Cuando coméis, es de la comida que yo os entrego. Cuando compráis, son los productos que yo elaboro. Comed, comprad, ¿qué importa quién os lo entregue? Seguid siendo peones, pero sabed que yo me convertiré en el tablero.

Por eso os digo, a vosotros, los que un día entendisteis que soy un tren sólo de ida, ¿no queremos acaso esto? ¿No es nuestro el mundo? No, no es nuestro, pero un día será mío, y yo os lo entregaré.

Por eso os repito a todos vosotros, ¿queréis el mundo? Formad a mi lado o seguid mis pisadas sin dudar, pero jamás os crucéis en mi camino.


________________________________________________________________________



No sabría muy bien decir qué es eso, si se trata de una crítica social o algo así. Cada uno que entienda lo que quiera como es habitual. Todo lo que tengo que decir es que a mi me gusta. Suficiente.




Jesus Burgos Lobo
¿Quieres el mundo? Coge mi mano o sigue mi
estela, pero nunca te cruces en mi camino.

miércoles, 11 de julio de 2012

No nos equivocamos

Esta mierda de tiempo me deprime incluso a mí. No me importa que haga mal tiempo, pero lo que sí me importa es que haga mal tiempo cuando ha de estar brillando el sol en pleno verano, que ya vendrá el otoño e invierno.

Por otra parte, es difícil saber cuándo nos estamos equivocando. Lo más probable es que nunca nos estemos equivocando, porque al fin y al cabo no es posible falsear una decisión. Es posible caer en la disonancia cognitiva de pensar que la otra opción era mejor, pero es imposible de demostrar.

Entonces mi punto es, ¿y si en vez de valorar las ganancias esperadas, valoramos las pérdidas de no llevarlo a cabo? Esto es, simplifiquemos un tanto todo y digamos que estamos en un típico exámen tipo test de esos que las preguntas mal contestadas restan, y no sabemos a ciencia cierta la respuesta a una pregunta. Bien, sabemos que si la dejamos en blanco no ganamos ese punto, y si respondemos mal perdemos lo que no ganamos más una penalización. Vale, ¿pero podemos asumir el hecho de no contestar? Quiero decir, si tenemos alguna idea de cuál puede ser la respuesta, ¿no merece la pena arriesgarse? Para mí sí, porque el decir, "vaya, debería haber contestado a tal pregunta" de después supone una pérdida mayor que lo que pueda perder si contesto.

Eso es pura simplificación, pero ahora digamos que estamos en un momento de nuestra vida donde tenemos que tomar una decisión compleja. ¿Es admisible el "no responder" y dejar el agua correr? No lo creo. Desde mi punto de vista, el riesgo de pérdida o ganancia no es relevante, lo que importa realmente es si nos vamos a perdonar a posteriori no arriesgarnos.

Porque sí, el cerebro sabe valorar perfectamente ganancias y pérdidas en el presente, pero no es tan bueno cuanto tiene que pensar que vamos a estar lamentándonos de no haberlo intentado cierto número de años.

Vayamos a lo simple, supongamos que nos gusta alguien y estamos pensando en si decirle o no decirle algo. Entendemos perfectamente las ganancias si todo sale bien, y las pérdidas también las entendemos más o menos bien (perdemos lo que no ganamos, más esa "penalización" que supone el poder perder la amistad y demás). ¿Pero entendemos lo que estamos perdiendo por el hecho de dejar pasar el momento de largo? Dicho de otra manera, creo que es asumible pensar que no arriesgarse supone una pérdida mayor que arriesgarse. Supongamos que no nos atrevemos a decir nada y se nos escapa el momento, ¿nos perdonaremos?

Y así con todo. Cuando rechazamos ofertas de trabajo porque "estamos bien como estamos", ¿no es mayor la pérdida de no arriesgarse que la pérdida de que salga mal el asunto? Porque encima del hecho de no arriesgarnos no aprendemos nada, pero de un fracaso sí, y mucho.

Por eso de un tiempo a esta parte he preferido arriesgarme siempre. Reconozco que una buena parte de las decisiones más importantes que he tomado últimamente han salido bien, pero he cometido fallos como todo el mundo. Entonces me queda las ganancias de las veces que he salido bien parado, las cosas que he aprendido de cuando han salido mal mis decisiones, y lo más importante de todo, el saber que no me pesa en la conciencia ninguna decisión no tomada, ninguna frase no dicha.

Y con este planteamiento puedo llevar a cabo todos los proyectos que me plantee. Las pérdidas que pueda asumir no me asustan lo suficiente como para echarme para atrás. Quizás sea parte de mi carácter ambicioso, quizás de mi parte más alocada, pero en cualquier caso, adelante, adelante, adelante.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 10 de julio de 2012

Concursos de concursolandia

Tener frío y ganas de ponerse la manta por encima en pleno julio no puede ser normal.

En cualquier caso, he estado dándole un repaso a páginas de concursos de poesía y narrativa, y he encontrado una serie de ellos bastante interesantes, he de decir, a los que me gustaría enviar algo. En único problema está en que ando un poco corto de inspiración. Bueno, tampoco corto de inspiración, creo que es el tiempo que me está pasando factura. Además de que me duele un poquillo la cabeza, que no se diga.

En poesía no escribo porque me encuentro... atascado. Mis últimos poemas han sido sin rima (pero compensan con el sentimiento que le he puesto para escribirlos), pero estaba buscando volver a la senda del soneto, especialmente porque si mal no recuerdo sólo con dos más llego a los cincuenta escritos. Que sí, la calidad es baja o menor en bastantes de ellos, pero oye, cincuenta son cincuenta y algo motiva.

Y por otro lado, en narrativa tengo un doble problema. El primero es que no suelo estar yo muy metido en el tema. El segundo es que debo pensar en una historia interesante (de hecho en dos) para escribir en un máximo de seis páginas. Además de otra para hacer en veinticinco, pero esa es más secundaria. Vale que al ser sólo en seis páginas le veo cierta ventaja, porque se puede hacer algo bastante apasionado y eso, pero precisamente por ser tan poco tiene que tener mucho sentimiento en ella, mucho enganche, mucha pegada.

No se yo si estaré a la altura de las circunstancias. Pero bueno, que no se diga que no quiero intentarlo y escribir algo bonito en seis páginas. Puede que no gane ningún concurso, pero si saco algo de calidad suficiente para estar contento con ello, perfecto.

Habrá que ver cómo pienso enfocarlo todo, tengo algunas ideas vagas de lo que quiero, pero es difícil saberlo con exactitid. Creo que estoy buscando algo y todavía no sé el qué. Tiempo al tiempo supongo.

Tendré que comenzar a darles motivos para ganar el Nobel de literatura dentro de cuarenta años o así, que no se diga que no hago planes a muy largo plazo.

Nah en serio, después de darme una vuelta por aquí se me han aclarado algo las ideas, aunque sigo teniendo cierto dolor de cabeza. A lo que vamos, a escribir.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 9 de julio de 2012

Todas esas veces: Prólogo



Crucero Atria
Prólogo



«Por los que están y estuvieron,
y por los que nunca volverán».
Brindis popular.



Visto desde su privilegiada posición en el crucero Atria, aquel mundo era, innegablemente, una maravilla de la naturaleza. Las vastas extensiones de océanos azules cubrían al menos la mitad de la masa total del planeta, y allá donde el azul no penetraba, era el verde el reinante. Eran mínimos los lugares de la gran masa continental donde no había ese característico verde oscuro, verde selvático, y precisamente aquella ausencia del verde era sinónimo de seguridad, en los únicos lugares del planeta donde uno podría permanecer vivo, lejos de lo que quisiese que se escondiera en la inmensidad boscosa.
Y sin embargo, aunque el planeta Gaelum era un infierno esmeralda, nadie podía negar su belleza. Casi parecía que, como una planta carnívora, había adquirido esa magnificencia para atraer a su interior a las naves que no supiesen de su condición depredadora. Aunque nadie en toda la galaxia ignoraba el peligro que suponía aquel planeta. Por su bien, nadie debía tocar tierra allí.
–Comandante Graham, estamos en órbita –le informó el primer oficial, Jan Dae.
–Bien, inicien el escaneo planetario.
–Iniciando escaneo planetario –repitió la oficial de comunicaciones, Tori Ohara–. Escaneo en curso, tiempo estimado: una hora y treinta y siete minutos.
–Pónganse cómodos –les dijo Renvair Graham–, aún nos quedan otros dos después de este.
Ciertamente no era la misión que esperaba para el Atria, pero al menos era tranquila. Además, alguien tenía que hacerlo, ya que mantener la información sobre los mundos terraformados era vital por dos motivos claros. El primero era que, si se encontraba que un planeta había adquirido el nivel de terraformado mínimo requerido para su habitabilidad segura, debía de enviarse a colonos para establecer poblaciones y zonas de abastecimiento. Y el segundo motivo se debía a tratar de averiguar el por qué del fracaso de la terraformación en casos como Gaelum. En este, la conclusión de inhabitabilidad era clara: el entorno era demasiado hostil para albergar cualquier vida humana.
–Comandante, los sensores de largo alcance detectan algo –informó uno de sus tripulantes, Irrayl Watt.
–¿A qué se refiere exactamente? –preguntó la segunda oficial, Patricia Monet, acercándose al monitor.
–Es una lectura proveniente del grupo de asteroides NL-37, una especie de signatura radioactiva.
–¿Una nave quizás? –insinuó la segunda oficial, girándose al comandante.
–Los asteroides de este sector son ricos en residuos radioactivos, es posible que sean la causa –contestó Jan.
–Pero señor, los sensores no habían detectado nada con anterioridad –insistió Irrayl.
–Quizás dos asteroides chocaron, emitiendo el residuo –Jan se encogió muy levemente de hombros al decirlo–, o sencillamente nuestros sensores estaban cegados.
–De todas formas, prefiero asegurarme –habló el comandante–. Oficial Ohara, detenga el escaneo planetario y redirija los sensores hacia NL-37.
–A sus órdenes, comandante.
Nadie quería reconocerlo, pero en la cabina se respiraba cierto ambiente de tensión mientras que las mediciones y lecturas aparecían en el monitor de Tori. Podía tratarse de separatistas, o terroristas, o simplemente piratas, aunque estaban bastante lejos de ninguna parte como para hacer averiguaciones sobre lo que allí les esperaba. «Lo más probable», pensó Graham, «era que se tratase de simples asteroides en colisión».
Al cabo de un minuto, la oficial de comunicaciones se giró.
–No hay nada, comandante.
–Una simple signatura residual– comentó Jan.
–No, mi comandante, me refiero a que no hay nada en absoluto, no detecta ni siquiera los cuerpos de NL-37.
–¿Cómo dice? –creció la tensión en el puente de mando, especialmente tras levantarse Graham de su silla de mando– ¿Se han averiado los escáneres?
–Funcionaban con la lectura planetaria... – el sonido del tecleo era constante ahora– No parece que les ocurra nada, señor.
–Pues nos falta un campo de asteroides entero –Jan torció una mueca mientras hablaba.
–¿Técnico Watt?
–Los sensores siguen detectando la signatura, comandante.
–Comandante, opino que deberíamos establecer el estado de alerta en la nave.
Las palabras de Patricia parecieron cortar el ambiente, y de repente todos los ojos en el puente fueron a parar a Renvair, el cual estuvo meditando un instante aquellas palabras.
–Tiene razón –accedió–. Abra un canal con la nave.
–Listo, señor –le respondió la oficial de comunicaciones tras un par de toques en la pantalla.
–Aquí el comandante Renvair Graham –dijo a su auricular–, alerta naranja establecida en toda la nave. Artilleros a sus puestos de combate, mantengan las armas preparadas y los ojos abiertos. Informen de cualquier contacto.
Tras ello, se quedó pensativo, mirando por la gran superficie transparente en el casco de la nave frente a él, viendo aquel cuerpo planetario que se erguía allí delante, casi al alcance de la mano. Le parecía distinguir cada árbol, a pesar de encontrarse a varios cientos de kilómetros de altura.
–Reprogramad manualmente los escáneres para una lectura de NL-37 –dijo de improvisto– , y sacarnos de órbita, dejaremos esto para más tarde.
El puente de mando volvió a tener actividad. Por un lado, el apagado de los sistemas de escaneo mantenía bastante ocupados a los técnicos responsables de ello. Esto los había dejado algo ciegos, pero visto lo visto, parecía que sólo podían confiar en los sensores más básicos. Y por otro lado, aunque no lo sentía físicamente debido a los estabilizadores de inercia, sabía que habían comenzado a moverse, a corregir el ángulo con respecto a Gaelum para escapar de su atracción.
–¡Aquí batería de babor –resonó el puente de mando–, contacto visual, múltiples objetivos! ¡Permiso para abrir fuego!
–Fuego.
–Batería de babor, aquí puente de mando –respondió Patricia–. Abran fuego.
Y un par de segundos después, las cuatro torretas láser de esa banda comenzaron a escupir pequeñas lenguas concentradas hacia el supuesto objetivo.
Comandante, primer oficial y segundo oficial cruzaron miradas. Prácticamente se comprendieron al instante, los nervios estaban a flor de piel. Alguien les estaba atacando cuando todavía no habían salido de la órbita. Necesitaban salir de allí, rápido.
–Omniradar muestra múltiples contactos en babor, comandante –le dijo una voz entre los técnicos, no supo exactamente quién fue.
–Nos estaban esperando en silencio, pacientemente –comentó Jan en un tono que sonó bastante sombrío.
–Piloto, sáquenos de la maldita órbita ya –«a sus órdenes, comandante», escuchó responder a Yulic Bertoa–. Y que alguien me concrete a cuántos objetivos tenemos.
–Siete a babor, cuatro kilómetros –comenzó Tori–, siete a estribor, doce kilómetros, seis desde Gaelum, justo por debajo.
–¿Tipo? –fue la segunda oficial la que le quitó las palabras de la boca al comandante.
–Cazadores.
–¿Y quién los ha...?
–Traído –terminó Renvair mirando los sensores de largo alcance.
Justo en ese instante, aparecía en el cuadrante que representaba a NL-37 un punto marcado en rojo, más grueso que el resto de puntitos que revoloteaban hacia ellos. Para entonces, el sistema establecía automáticamente la alerta roja y la batería de estribor comenzaba a disparar, a pesar de la larga distancia que los separaba de su blanco.
–¡Crucero interceptor en NL-37, confirmado disparo de batería de proa! ¡Un minuto siete segundos para el impacto!
–Comiencen maniobra evasiva a babor –el sudor se le agolpaba en la frente y en las manos al comandante del Atria–, comiencen el fuego de cobertura, envíen señales de socorro en todas direcciones.
Trasmitidas las órdenes, la nave comenzó su pesado viraje a su izquierda mientras que todo a su alrededor se iluminaba con pequeñas aunque multitudinarias explosiones. Sentía la adrenalina en su organismo, apenas era consciente de lo que estaba ocurriendo. Sencillamente se limitaba a mirar las pantallas, a dar órdenes con toda la tranquilidad del universo. Y después, miró la cortina de fuego que formaba su nave.
Ese tipo de disparos estaba destinado a detener misiles y evitar a las naves menores acercarse demasiado. En el fondo, todos sabían que era inútil contra disparos pesados de artillería, sin embargo, de alguna manera se sentían más seguros, o al menos hasta que Tori informó de que faltaban treinta segundos hasta el impacto.
–Canal con la nave.
–Abierto.
–Aquí el comandante, prepárense para impacto de artillería en treinta segundos –silenció un momento su micrófono para hablar con la oficial de comunicaciones–. Comience cuenta atrás.
–Veinte segundos para impacto.
–¿Terroristas con un crucero interceptor? –ni a Patricia ni a nadie le parecía posible, pero no había manera de saber quiénes eran aquellos que sin mediar palabra abrían fuego sobre el Atria.
Los técnicos de escudos informaron de impactos ligeros en babor, ya habían llegado al combate los cazadores de aquella banda.
–Quince segundos.
Uno de aquellos atacantes caía y se desintegraba contra el escudo frontal, a la vista de todos los presentes en el puente.
–Diez segundos.
–Será mejor agarrarse a algo –dijo Jan, mientras se sentaba en su silla a la derecha del comandante. Todos lo imitaron.
–Cinco, cuatro, tres, dos, uno...
Algunos la vieron pasar. Durante un microsegundo, la pesada bala cruzó el espacio a media centena de metros por encima y otros tantos a la derecha, entre las explosiones, como una portadora de muerte. Para aquellos que sus ojos retuvieron esa imagen, apenas existió diferencia temporal entre ella y una explosión, seguida de la gran sacudida que provocó un alabeo de varios grados hacia la izquierda.
–¡Informe! –gritó Graham, aunque sabía de antemano que no le iba a gustar.
–No hay potencia en el motor principal –dijo el piloto antes que nadie, casi absorto–, ¡la gravedad de Gaelum nos atrae, no tenemos fuerza de escape!
–¡Corrige, corrige el ángulo! –le comenzó a gritar uno de los tripulantes.
–¿Cómo coño quieres que corrija si no tenemos potencia para movernos? ¡Sencillamente caemos, joder!
Y después de aquello, todo lo demás no importó. No importó que hubiesen perdido dos baterías de estribor, tampoco que el casco se hubiese abierto, y al sellarse automáticamente las puertas de emergencia del pasillo para aislar la fuga de aire, cinco personas hubiesen salido directamente al exterior. Tampoco el informe preliminar de bajas, una treintena entre muertos y heridos. Lo único que importaba era la proa del Atria, mirando cada vez más cara a cara a Galeum, que parecía engullirles.
Jan Dae gritaba órdenes ininteligibles para Graham, mientras la nave se sacudía una y otra vez, y la parte delantera del crucero se iba convirtiendo en una bola de fuego. Oyó venir de algún lugar de la sala la orden de potenciar los escudos de proa, quizás fuera Patricia, no lo sabía, sólo tenía ojos para el verde continente que se acercaba hacia ellos.
–¡Mensaje de emergencia! –gritó de repente, sorprendiéndose incluso a sí mismo– ¡Envíen toda la información posible de larga distancia hacia las estaciones y posiciones de naves más cercanas!
A pesar de todo, cumplieron la orden. Sabían lo que significaba, sabían donde estaban, y dónde se encontraban las naves más cercanas. Y en el fondo, también sabían que, de alguna manera, aquella señal no era una petición de rescate, sino un aviso para futuras naves, quizás para que sus familias pudiesen enterrar un cuerpo, pero nada más.
Pero incluso allí, cayendo en barrena contra un suelo cada vez más próximo, las esperanzas estaban puestas en el piloto que, contra viento y marea, trataba de rectificar el ángulo. Y algo estaba consiguiendo, algo mínimo, pero constante, sin rendirse.
Renvair vio a Patricia, con los ojos cerrados, sentada en la silla que le correspondía, a su izquierda, un poco más abajo que él, resignada a morir. Jan Dae, a su derecha, gritaba todavía alguna orden, que nadie cumplía, ya que el resto de personas en la sala, salvo el piloto, estaba agachada, o agarradas a los monitores o mesas, llorando, gritando, o simplemente, como la mayoría, en silencio. No quería ni pensar en cómo debían de encontrarse los tripulantes del resto de la nave.
–¡Ohara, las balizas de posición, fuera!
Esa fue su última orden, la última en cumplirse a bordo del Atria. El piloto había hecho lo que había podido, iban directamente ahora contra el océano, aproximándose a una playa de arena fina. «Es muy bello», fue lo último que cruzó su mente antes de que el crucero hiciese colisión contra el planeta, hundiendo su proa en el azul mar.








__________________________________________________________________



 Historia que estaba escribiendo sobre el espacio. No pretendía que fuese una historia demasiado espacial, es decir, sólo hay humanos, no pensaba meter cosas como la fuerza o cosas así... y además quería meter cosas actuales y de algunos momentos de la Historia.

Me dio por poner aquí esto para actualizar con algo "decente". No es que esté muy a gusto con ello, pero tampoco es desagradable. Seguramente cambiaría partes, casi todo matices, pero la idea original es esa.

Así pues, sin más, queda la historia para quien quiera leerla, y yo he cumplido con lo mío. Espero que os guste, tengo como cuatro veces más que esto escrito, y son todo capítulos sin terminar, así que sólo con lo que está empezado, debería quedar una cosa bastante interesante. El potencial de la historia es bastante más grande, porque de hecho daría ya para hacer una novela entera y quedaría para hacer una segunda parte.

Bueno, breve explicación, y que se disfrute.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 7 de julio de 2012

Nada nada

Pues de verdad que iba a actualizar con algo decente. Pero una cosa llevó a la otra, etc etc, y al final tengo que irme ya en breves.

Así que nada, otro día será cuando me ponga a ello en serio. Al menos van dos seguidas. Todo un record.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 6 de julio de 2012

.jar

Pues digamos que me he tomado unas vacaciones, y planeo volver a escribir aquí.

Reconozco que no sé si tan asiduamente como antes, porque el haber fallado en un día ha terminado con toda esa magia que era tener una racha de entradas, poder decir que trabajaba a diario en ello. No sé, hay cierta magia, quizás sólo yo la vea.

En cualquier caso, me gustaría tomarme esto de nuevo más en serio. Digamos que han sido unas vacaciones de verano, por ejemplo, aunque sea falso. Pero como excusa es perfecto.

Ni sé con que voy a actualizar, ni sé si voy a hacerlo diariamente. No sé nada. Lo único que sé es que me gustaría hacerlo, de alguna manera. Pienso que puedo hacerlo, hablar de algo interesante, aunque hubiese entradas que son claramente transitorias, de no saber qué decir. Hay mucho de que hablar, aunque yo no pueda hacerlo de todo.

Y hablando de entradas transitorias, esta es una de ellas, esperemos que sea transición de blog muerto a blog medianamente vivo.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 2 de julio de 2012

Again

Supongo que todo el mundo tiene días malos.

Pero lo único que importa es quién está a tu lado para pasarlos, quien te apoya sin importar lo que ocurra o lo borde que te pongas.

Todos tenemos momentos en los cuales nos convertimos en una especie de agujero negro, que atrapa y destruye hasta la última gota de felicidad de ti y de los que están alrededor. Momentos en los que no nos apetece siquiera pensar, o no nos encontramos bien, o no nos vale nada.

Y a pesar de todo, de repente un recuerdo, un olor, un sabor, nos saca de ese lugar oscuro que es nuestro yo interior y nos trae de nuevo a la realidad.

Es entonces cuando te repones, aunque cueste, y te obligues a adecentarte, a sonreír, no por ti, sino por las personas que realmente quieres.

Sigo sin ser un optimista, sí, pero no quiero dejar de intentar convertirme en uno, porque me has demostrado que merece la pena serlo, no por mí, sino porque no quiero dar motivos de preocupación.

Y por eso quiero seguir trabajando en las cosas que me importan, aunque tienda a rendirme cada cierto tiempo.

Por eso a veces necesito un poco de fuerza prestada, para recordarme que yo sólo me retiro, nunca me rindo.

Por eso y por mucho más te necesito a mi lado.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis