"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


miércoles, 30 de mayo de 2012

Cosas varias, proyectos varios

Pues ya me han llegado mis dos libritos de 1783. Que rapidez, técnicamente el envío se realizaba al tercer día de efectuarse el pago, y hoy precisamente se cumple ese plazo. Creí que al menos tardaría un día en llegar desde Badajoz, pero ya se ve que no es así. Y ciertamente me alegro.

En cualquier caso, estaba pensando en hacer una entrada poco optimista (realista en verdad) sobre por qué ya estamos prácticamente quebrados y me arriesgaría a decir que hemos superado el punto de no retorno en algún momento de este mes (prima de riesgo al alza, la bolsa rompiendo soportes, etcétera). Pero si soy sincero, ahora mismo me importa nada lo que le pase a la economía española, a la prima, a la hermana o a su madre. Estoy bastante cansado, pero muy contento de saber que mañana termino el curso oficialmente con el exámen de Recursos Humanos (aunque tendré que verme las caras en junio con estadística... otra vez), y eso es suficiente.

Así que en vez de arruinar el día a alguien diciéndole que vive en un país próximo a la quiebra (con todo lo que ello conlleva... que realmente no se puede saber con certeza), prefiero seguir pensando en mis proyectos de este verano, que, con suerte, serán muchos y muy variados.

Ciertamente comienzo (o voy a comenzar, toda diferencia es de un día) con mucha motivación y bastantes ideas sobre lo que quiero hacer. Por ejemplo, el otro día estuve mirando videos y demás por youtube, y no quiero pasar este verano sin aprender a hacer cócteles, así que tendré que hacerme con una coctelera Boston y demás aparatejos. Otra idea es que me apetece pintar abstractos (obviamente abstractos porque no sé pintar). Pienso que ya he probado bastante todo el tema escrito, e incluso algo de fotografía, así que parece un buen salto creativo, un cambio de aires.

Sobre el tema escrito propiamente dicho, digo lo de siempre, quiero escribir una novela. Lo dije el verano pasado, y se quedó en unos cuantos proyectos abiertos, el más largo de 60 páginas, pero ahora estoy algo más motivado, con ideas más o menos claras y con personajes e intrahistorias que quiero desarrollar. En verdad sería una serie de novelas, porque el tema se puede expandir mucho, pero con que sea capaz de hacer las primeras 180 páginas ya me doy con un canto en los dientes, sería el triple de lo más largo que he escrito nunca, así que satisfecho de sobra.

De poesía puede decirse que he vuelto a resurgir de mis cenizas. Ayer estuve a punto de hacer una poesía, pero me temo que la inspiración estaba algo tocada por tanto examen. Pero creo que este verano puede ser muy productivo, visto lo visto, así que quién sabe, quizás termine editando mis poemas antes de que llegue septiembre, lo cual es otro tema pendiente que llevo ya bastante tiempo esperando.

También me gustaría aprender mecánica para poder armar o desarmar cosas y eso. Trastear con cosas siempre ha sido un entretenimiento para mí, aunque no sé si este tema saldrá mucho adelante, la verdad. Y si hablamos de aprender, me gustaría retomar el italiano, a ver si aprendo algo de verdad, y quizás ponerme con el francés poco a poco, es un idioma que realmente me gusta. Por supuesto, supongo que seguiré aprendiendo cosas en inglés de forma informal por videos y conferencias y demás parafernalia, quizás tenga que usarlo en campo, todo depende de si me entra la locura y termino en un avión rumbo a nosedonde.

Como el otro día le dije a mis padres, yo este verano o quiebro o me forro. Vamos, que también me gustaría tomarme mi tiempo para mejorar mis habilidades financieras vía inversiones en bolsa (a ver si soy capaz de hacer un modelo sostenible en el tiempo... la última vez me aguantó dos semanas dando beneficios), así como, posiblemente, comprando y revendiendo por aquí y por allá diversos objetos, ciertamente es todavía un tema que no tengo muy desarrollado, pero sólo comento que el otro día estaba mirando cómo podía enviar paquetes desde Hanoi y Bangkok hasta España (sin mucho éxito en el resultado).

Imagino que también tendré que sacar el carnet de conducir. No tengo ningún interés ni ganas de hacerlo, pero llevo retrasándolo tres años. Lo que pasa es que con las pocas ganas que tengo de tenerlo y conociéndome, sé que puedo suspenderlo simplemente por el hecho de que no me gusta, lo cual es peligroso, visto el precio de las clases.

En cualquier caso, pensar en ello me ha cortado la racha de cosas que quiero hacer este verano.
 
Ahora mismo en todo lo que pienso es en mañana después de terminar el último exámen final y lo que voy a hacer ese mismo día, que es, en definitiva, todo el plan que quiero tener en mi cabeza. Más que suficiente.

A pocas horas de la libertad.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 29 de mayo de 2012

Libros Viejos

En esta pausa soleada que concede el martes de campo en Oviedo voy a dedicarme a hablar un poquito de ese hobby que prácticamente nadie conoce: coleccionar libros.



Y hela aquí, mi pequeña colección de libros. Empecé a comprarlos hace algunos años, y ciertamente hace también algunos años que no la amplío, por una u otra razón. Se tratan de diversos libros que van desde diccionarios hasta novelas, pasando por un compendio sobre la madera con ilustraciones de la época, que abarcan desde 1846 (a la izquierda, Diccionario Español-Francés Francés-Español; de la A a la CHU), hasta 1923 (el verde de la izquierda de la foto, Lecciones Elementales de Química). El rojo del final no he podido encontrarle todavía la fecha, a pesar de que lo he buscado por todas partes.

Y precisamente hace poco (el sábado o el domingo) he decidido volver a ampliarla, y el primer paso ha sido irme a ebay y echar un vistazo largo y tendido por todo él buscando libros interesantes (y sobre todo baratos). El resultado ha sido un par de libros que formaban una colección de tres (lástima que se trate del primero y el tercero), por doce euros cada uno (que por ahí me han costado la mayoría), y de nada más y nada menos que 1793. Pensar que tienen casi 220 años de historia me resulta impresionante.

Esa es la razón por la cual los compro, la fecha. Es fascinante que hayan soportado tanto tiempo, sabe dios en dónde, con quién, y bajo qué condiciones. Pero aquí están, en el 2012, como si acabaran de ser impresos ayer. El tema es lo de menos, tanto importa que sea un texto religioso, una novela de Alarcón o un diccionario, lo que me es relevante es la fecha. Tampoco me importa realmente el estado (salvo, por supuesto, por el precio que me vaya a pedir la persona que lo venda). Pienso que si un libro está en mal estado también tiene su significado, su historia. Quién sabe, quizás estuvo abandonado en una casa durante cuarenta años hasta que la humedad se afianzó en él, o tal humedad la cogió cuando iba en una caja en el cargo de un navío que capeaba una tormenta. Soñar sigue siendo gratis.

En cualquier caso, sin duda esta va a ser una de las cosas a las cuales le dedicaré tiempo este verano. Tengo otros, algunos todavía en el aire, como bien pueden viajar a perderme a algún lugar del mundo, darme más a la cocina y algo relacionado con el chocolate. Con suerte este verano no voy a tener tiempo para aburrirme, ya tengo ganas del jueves (día del último exámen).

Así que ya sabéis, si estáis tirando libros o algo que tengan más de un siglo, es altamente probable que yo os lo compre.


¡Viene el verano!





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 28 de mayo de 2012

Frase

Al final lo único verdaderamente importante no es quién eres, o qué haces, o qué sientes, sino quién es el motivo de todo, quién es tu combustible diario, quién es tu fuego, y en cuanto encuentras a esa persona, todo lo que deseas es arder.


Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

domingo, 27 de mayo de 2012

Eurovision Song Contest - Baku 2012




Otro año más, Eurovisión.

Se trata sin duda de una de las fechas que más espero a lo largo del año. Me encanta ver a todos esos países juntos cantando muchas veces en idiomas que nunca antes he escuchado. Es el lugar perfecto para encontrar canciones con instrumentos que no se escuchan habitualmente, y recuerdo ahora a Serbia, hace ahora tres Eurovisiones, con el Ovo je balkan (estos son los balcanes) de Milan Stankovic, que tenía una especie de trompeta con un sonido bastante interesante. En general todos los países del este llevan canciones donde suenan estos sonidos tan folklóricos, que personalmente me encantan.

Pero bueno, si tuviese que resaltar algunas actuaciones de este Eurovisión 2012, empezaría sin duda por España. No me gusta escuchar las canciones que van a participar antes de tiempo, así que realmente no tenía ni idea de cómo era, sólo me hacía una idea del estilo, y poco más. Tampoco conocía la forma de cantar de Pastora Soler, así que en general era una sorpresa. Y vaya si lo fue. Una actuación fantástica donde las halla, tipo de canción aparte.



 Pastora Soler en plena actuación en Baku


No me gusta ese tipo de canciones para eurovisión, pero nadie absolutamente puede decir que no ha sido una de las mejores canciones del festival. Al final, décimo lugar poco merecido, teniendo en cuenta la canción ganadora, Suecia, bastante deficiente. Pero ya se sabe que parte del concurso siguen siendo los politiquéos, aunque poco a poco van desapareciendo en algunos países.



Otra magnífica actación (la mejor con diferencia para mi gusto musical) venía de Italia, con Nina Zilli y su L'amore è femmina (el amor es mujer). Una puesta en escena que me ha recordado a Duffy, y la propia Nina reencarnando a Amy Winehouse, para una canción que, sinceramente, lo rompe.


Amy Winehouse Nina Zilli interpretando L'Amore è femmina

Muy buena voz, muy buena música, muy buen coro, excelente ritmo. Y cuando yo digo eso, las posibilidades de que gane el concurso se reducen drásticamente. Rara vez ha ganado mi favorita. Las excepciones han sido ese gran Hard rock hallelujah de Lordi (por Finlandia) que revolucionó Europa allá por el 2006, y mi querida Lena Meyer (por Alemania) con Satellite, en el 2010. A pesar de todo, Italia se ha situado en noveno lugar, justo delante nuestro, así que han tratado bastante bien esta gran canción.



Continuando con esta, podríamos decir, rewiev, la otra gran canción de la noche, y por motivos más que obvios el precioso edificio construído ad hoc para el evento casi se viene abajo con la ovación al ver aparecer a las representantes rusas.

Las abuelitas rusas, cantando Party for everybody

Fantásticas, con una canción muy pegadiza y, innegablemente, adorables. Según tengo entendido, están en Eurovisión porque quieren recaudar dinero para reconstruir la iglesia de su pueblo, que lleva veinte años derruída. Y si con ese increíble segundo puesto van a poder reconstruir la ciudad entera. Rusia siempre queda en los puestos altos (raro es que no figure entre los cinco mejores), así que no es sorpresa verla en segundo lugar, pero me alegro mucho por ellas, y porque han cantado en su dialecto, que hacía que sonase todavía mejor.



Y del resto, podemos decir que las siguientes tres canciones más interensates eran Turquía, Grecia y Rumanía.
Turquía con Love me back  y su barco marinero


 Grecia, Aphrodisiac, que además es título de su canción


 Rumanía cantando Zaleilah, tema interpretado mayoritariamente en cubano castellano



 Tres temas bastante entretenidos, con coreografías bien diseñadas y un ritmo interesante en general. Turquía (séptimo puesto) destacaba por su música que sin mucho esfuerzo te desplazaba a pensar en el mar y en una canción marinera, Grecia fue a tratar de ganarse al público con la sonrisa encantadora de Eleftheria Eleftheriou, pero hubo de quedarse en una decimoséptima plaza. Rumanía enfocó sus esfuerzos en España sin lugar a dudas interpretando su tema en castellano, cosa que personalmente me encantó. Puesto decimosegundo para la señorita Mandinga, que por cierto pasó un mal momento en las semifinales al fallarle el pinganillo y descompasarse de su música.



 En cualquier caso, en general un buen festival, aunque me decepcionó un poco al faltar canciones más "étnicas", más cada uno de su país, con instrumentos curiosos y demás. Pero ha estado realmente entretenido, y me ha servido para hacer esta review que, por cierto, me ha distraído durante un buen rato de mis oblicaciones.


Ah sí, la canción ganadora, Euphoria, de Loreen, representando a Suecia, sobre la cual me abstengo de dar cometarios. Era muy extraña, como ella misma, en sus gestos un tanto emo rara.



Loreen, Euphoria, canción ganadora del Eurovision Song Contest - Baku 2012



Y quiero hacer además una mención especial a una canción muy bonita, pero que ha sido maltratada en este festival. Se trata de Reino Unido (y mira que es raro que yo defienda a esos perros), que enviaba a un veterano de la canción, Engelbert Humperdinck. Cantaba Love will set you free que en cierta medida recordaba a una canción francesa, quizás por el ritmo o por la guitarra. En cualquier caso, su puesto, penúltimo y con doce puntos, no es ni mucho menos merecido. Es cierto que no era un top cinco, y quizás de forma dudosa fuera un top diez, pero estaba muy lejos de tratarse del puesto veinticuatro sobre veintiséis.






Y hasta aquí la actualización de hoy, y hasta el año que viene que nos tocará irnos a pasar frío a Suecia a que nos vuelvan a maltratar en las votaciones como es habitual. Espero que os haya gustado este pequeño resumen. En verdad recomiendo escuchar las canciones de las que he hablado aquí, especialmente Italia, porque pienso que son realmente buenas. Había algunas otras, sonido bastante pop inglés-americano de las que encuentras en cualquier lista de hits en esos países, pero la calidad media era más alta que otros años.





¡Hasta el año que viene!









Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 26 de mayo de 2012

Poema: Historia de bella dama y galán apuesto I

Bueno, llevaba ya unas horas entre pitos y pausas tratando de actualizar el blog, y aunque alguna idea me había aparecido en mente, he decidido postponerlas y dejar a mi mente trabajar en el estudio de estadística, mi examen del lunes, posiblemente el más difícil de los que tengo.

En cualquier caso, lo realmente relevante es dar algo interesante de lectura a quien se quiera pasar por estos lares, así pues he decidido irme a un campo donde no me desenvuelvo tan mal para hacer una actualización rápida: la poesía.

Así pues, os dejo con un poema que es primero de una serie de, a priori, cuatro (de los cuales sólo tres han sido escritos, la serie lleva parada prácticamente un año), sobre cómo una serie de personajes tratan de cortejar a una dama en las Asturias de Oviedo. Vemos aquí, en el primero de la serie, al mítico don Juan Tenorio haciendo alarde de fama.

El poema ha sido escrito hace bastante tiempo, cosa de, posiblemente, más de dos años. Se trata de un conjunto de estrofas: dos octavillas italianas, una lira, un sexteto lira, seguido de medias octavillas (tal nombre está acuñado por mí, son octavillas italianas de cuatro sílabas, no sé si tienen nombre real, realmente no lo creo) y finalizando con un cuarteto endecasílabo.

El uso de octavillas italianas y tales versos rápidos de cuatro sílabas recuerda claramente a Espronceda, porque de tal poeta tomé la distribución de las estrofas. En "La canción del pirata", así como otras tales como  "El mendigo" y "El reo a muerte", puede verse el uso de octavillas italianas y versos cortos. Los versos cortos también son usados en "El estudiante de Salamanca" aunque en menor medida.

Sobre la interpretación del poema, se trata de una sencilla obra totalmente inventada en todos sus sentidos. Simplemente me parecía interesante usar a personajes tales como don Juan Tenorio o don Félix de Montemar (este en la segunda obra, precisamente llamado por Espronceda «segundo don Juan Tenorio») y hacerlos enfrentarse a un amor más puro del que pudieran manejar. Esta relatada desde el poeta, como si realmente se encontrase en el lugar, y nos narrase los hechos.

Tras estas breves reseñas y demás, y sin más dilación, dejo el poema. Espero que os guste al menos tanto como me gustó a mí escribirlo:




Historia de bella dama y galán apuesto I

En tiempos de las Españas,
en tiempos de los marqueses,
vivía entre ovetenses
una dulce y linda flor.
Era el sol que rompe el alba,
dama de bellos andares,
¡cortéjante a hombres millares!
Todos luchan por su amor:
mi nombre, don Juan Tenorio,
hasta en Flandes conocido,
toda mujer he rendido,
toda abrió su corazón.
Esta dama será mía,
como tantas otras antes,”
don Juan, victoria no cantes,
oh, callad vos, maldición.

Juan Tenorio me llaman,
¿oís, tan dulce pájaro del norte?
De aquí al sur me aclaman,
por rico, por buen porte,
por vencer siempre el duelo a un corte.

Te amo, vida mía,
te amo, por favor, no me rechaces,
te amo, moriría
por oír un te quiero; sí, me haces
tan feliz con tan poco,
murmúrame tu amor, vuélveme loco.”

Ah, Tenorio,
buen intento,
mas no exento
de dolor,
que la dama
no es boba,
casanova
del amor.
Y responde
con sonrisa
y sin prisa
no, ni hablar,
que yo amo
en secreto,
y en secreto
va a quedar.”

Oh, don Juan, el galán fue rechazado,
pues la dama ya ama a otro hombre,
su corazón, nos dice, tiene nombre,
pero nadie conoce al amado.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 25 de mayo de 2012

Viernes

Y aquí estamos.

Cuando la tormenta pasa, el sol brilla, augusto, en el cielo. Dicen que es la calma que precede a la tempestad, pero eso sólo ha de importarle a los que temen a los rayos.

Yo lo único que deseo es cruzar los océanos, siempre plus ultra, llevado por esta brisa dulce de primavera.



Deseando que llegue el jueves. Quedan tres de cinco, y ya van dos aprobados seguro. Esto marcha.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

jueves, 24 de mayo de 2012

1/5

Primer examen: perfecto. O como se dice en mi idioma: "con eso se podría dar clase".

Siguiente examen: finanzas, en cosa de 17 horas.

Valoración: complejo pero bastante asequible. Muy motivado.

Nota adjunta: me dicen que este año las notas altas llevan recompensa adicional. No me quiero perder ninguna.


Cierro.


Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 23 de mayo de 2012

Quod natura non dat, Salmantica non praestat

A unas veinticuatro horas de mi primer examen que dará paso a otros cuatro más en una semana. No se puede decir que no esté nervioso, pero sin duda estoy más impaciente. Es todo culpa de la espera.

Las esperas es lo peor que existe en la vida, especialmente cuando estamos esperando a entrar en acción. Se hace eterno. Por suerte, para bien y para mal, ya no queda nada comparado con todo este tiempo que he tenido hasta hoy. Al fin llega la acción.

Tengo ganas de que llegue porque tengo ganas de que pase y poder centrarme en otros proyectos con la seguridad de saber que no tienes nada que hacer en todo el verano. O eso espero. Sinceramente, no sé que va a ser del examen de estadística, la veía mal hace dos meses, y la veo sin demasiado futuro ahora. Lo tengo el lunes, pero independientemente de esto, no veo mucha cosa positiva en el asunto. Al menos la continua va aprobada, que es suficiente para mí. Firmaba ahora mismo un cinco sin pensármelo dos veces. Sobre el resto, realmente esperaba según pasaba el curso tener un siete de nota media, por fijarme un objetivo en el curso, pero sinceramente ahora me da exactamente igual con tal de quitarlos de delante.

Bueno, en realidad no tengo mucho más que decir, ni a este respecto ni a ninguno (tengo la cabeza en otros lares ahora mismo). Anoche me leí todo el temario de macro (que en mis apuntes está bien sintetizado) en cuarenta minutos, y salvo alguna cosa puntual, creo que lo tengo todo. La cuestión es que el viernes tengo finanzas, y como no sé como va a ser el examen, tengo mis dudas sobre qué pueden preguntar. Bueno, realmente saberlo no va a cambiar el resultado.

Me quedo con lo importante, que la Tierra barre áreas iguales en tiempos iguales.



«Fortuna audaces iuvat»




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 22 de mayo de 2012

Explicaciones varias

En estos días volví a darle vueltas a un asunto que es, en realidad, una de las grandes dudas transcendentales e irresolutas de la humanidad: ¿qué hay después de la muerte?

Bueno, en verdad para mí esto no es ningún tipo de duda, debido a mi carácter más tirando a taoísta: detrás de la vida no hay nada. Es más, no entiendo por qué ha de haber algo. La gente espera que cuando se mueran alguien les diga algo como bienvenido al paraíso, vas a reunirte con tus seres queridos muertos y van a pasarlo genial. Tengo mil formas para refutar estos pensamientos, pero me voy a centrar ahora en la más básica: ¿de verdad necesitas para dar sentido a tu existencia que te digan que al morir va a venir algo mejor? Entiendo perfectamente este pensamiento en la antigüedad, donde vivías y morías a una velocidad asombrosa, pero creo que hoy día tenemos motivos de sobra para querer vivir por vivir, y no como mero camino hacia una existencia en el paraíso.

No quiero hacer de esto un compendio refutando a la fe cristiana sobre su pensamiento, porque cuando alguien te dogmatiza en un pensamiento, difícilmente vas a poder pensar en otra cosa (por suerte, siempre me he mantenido lejos de dogmas, políticos y religiosos). Pero creer que existe un ser superior que lo rige todo y a todos me resulta un tanto peculiar, especialmente cuando la gente le reza. Existen cientos de cosas que no sabemos y sobre las cuales posiblemente nunca podremos saber nada, pero eso no quiere decir que pensamientos escritos en otros milenios sobre dioses y mitos nos vaya a arrojar soluciones al asunto. Especialmente cuando antes que esos ya había otros dioses y otros mitos, más antiguos y tan reales como los actuales. Es mucha casualidad que todas las civilizaciones tengan al menos una fe que habla sobre uno o varios dioses, y todos se enfrenten al resto por la legitimidad del asunto. Lo mejor, lo que siempre digo, tener fe en uno mismo y en los de su alrededor, y vivir correctamente esta vida, porque sólo tenemos esta y, qué queréis que os diga, no creo que esté tan mal como para tener que inventarme historias sobre a dónde voy a ir después de morir.

Pero en realidad este no era el tema que iba a tratar, eso simplemente han sido comentarios que debía poner y que no me canso de repetir una vez tras otra aunque no espere que vaya a convencer a ninguna persona adoctrinada sobre el asunto. Lo que realmente quería tratar es el asunto realmente importante: ¿dónde estamos antes de nacer?

Es una pregunta que rara o ninguna vez nos hacemos, por la sencilla razón de que ya ha ocurrido, y como tal, nos da igual. Nos preocupa la muerte (que de hecho, sin ella no podría existir ningún concepto de vida, pero ese es otro tema) pero nos despreocupa saber de dónde hemos salido.

No sé lo que dice ninguna fe al respecto, pero si tenemos en cuenta la teoría cristiana del paraíso, lo más lógico (aunque a saber dónde queda la lógica en temas religiosos) sería pensar que tal paraíso forma un sistema cerrado con el mundo normal, que transmite energía (digamos alma, que es un término interesante) para los niños que nacen, y recibe energía de los que mueren. Eso es muy similar a lo que pienso, pero centrándose en el hecho de que es energía pura y dura, digamos electricidad.

Es un tema complejo incluso de explicar, pero imaginemos que toda la energía se almacena en un lugar desconocido, o en el universo, o en la tierra... donde más se prefiera. Bien, supongamos ahora que nace un niño, y como bien sabemos todos el ser humano necesita de algo que mueva al cuerpo, es decir, una corriente eléctrica que envíe órdenes entre neuronas para llevar a cabo actos. Energía, en definitiva. Tal energía cumple sus funciones durante la vida, y cuando el cuerpo envejece y muere, la energía puede ocurrir con ella dos cosas.

Y antes de seguir, hago un breve inciso. Esto es un breve ensayo para explicar diversas cosas que la ciencia no puede explicar directamente, así que tiene cierto carácter especulativo. Lo digo porque puede haber personas que a estas alturas se estén llevando las manos a la cabeza. Bueno, las religiones llevan promulgando algo peor durante milenios, así que tampoco estoy tan desencaminado en el asunto visto así.

Como decía, ocurren dos cosas, que no creo que sean excluyentes. La energía vuelve a ese sistema primigenio, ese depósito de energía, para volver más tarde a otro cuerpo. Una parte, un remanente, puede quedar atascado en este mundo (todo sistema tiene ineficiencias), que es lo que llamamos fantasmas (y repito como siempre que yo sólo me baso en hechos en estos temas). Sobre la energía que queda atascada, retenida, que no quiere ir... digamos lo que sea sobre ella, sencillamente queda en el lugar, y poco más se puede añadir.

La otra parte, es más interesante, porque aquí tenemos que asumir una cosa que no necesariamente ha de ser cierta. Vale, nada de lo que he dicho tiene que ser necesariamente cierto, pero sigue una lógica. Debemos asumir que dicha energía aprende. Mejor dicho, recuerda. Esto es una parte importante, por dos razones fundamentales. La primera es la explicación de las teorías de la reencarnación en otra vida. Están demostrados casos de personas que recordaban perfectamente otras vidas, aunque es bastante especulativo y malamente demostrable. La segunda razón fundamental es la explicación de por qué a veces miramos a ciertas personas y sentimos que tenemos en común algo más allá de lo expresable. No me refiero sólo a que nos guste, sencillamente me refiero a que por alguna extraña razón cuando está cerca sientes que en tu pecho algo cambia.

Sí, por supuesto que esto puede explicarse de otras mil maneras distintas, pero realmente me apetecía hacer una entrada de este tipo, con mayor o menor especulación por mi parte. Da para mucho más el tema, sólo con seguir el razonamiento llevado a cabo, pero he preferido cortar ya el asunto, porque estaba empezando a alargarme demasiado, y yéndome un poquito del tema.

Así que, sencillamente, me despido. He releído parte del texto, y me he dado cuenta que no he explicado como me hubiese gustado todo lo relacionado con el tema principal, que era dónde estamos antes de nacer, pero creo que es una entrada interesante. Se agradecen comentarios y subscripciones.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 21 de mayo de 2012

Las verdades que callas

Son de esas cosas que siempre me han hecho una gracia irónica y mordaz, y que forman ese conjunto de cosas que llamo la hipocresía de la democracia, por darle un nombre en consonancia con lo que realmente creo.

Veamos, cómo puedo decirlo sin que suene demasiado duro (porque en realidad no es mi objetivo culpar a nadie, creo que debemos tener todos la conciencia muy tranquila y actuar como realmente creemos). Sí, hoy, ahora, mientras yo estoy aquí sentado, escribiendo, y vosotros estáis ahí en vuestras casas, leyendo, muere gente en el mundo. Mucha gente, en realidad, desde niños hasta ancianos, por hambre, enfermedad, guerra, odio o cualquier causa. Realmente creo que las sociedades actuales, no tienen ni idea de esto. Para alguien de una sociedad actual, las personas sólo mueren cuando encienden la tele y ahí aparecen, muriendo, por cualquier causa. Entonces es cuando pasan a ser "los pobres negritos de África", "los pobres niños-esclavos de Bangladesh", etcétera. Entonces, cuando estamos ahí, cenando, y nos meten por la boca esas imágenes que son el pan de cada día del mundo, es cuando sentimos lástima, y en un arrebato de solidaridad hipócrita, decimos cosas tales como "el mundo es un asco", "no hay justicia en este planeta", "¿no hay nadie a los que les importe?". Esta última me encanta. Es la expresión última de la hipocresía de Occidente. En cuanto vemos algo que no nos gusta, nos levantamos y, haciendo ese alarde de honor, buscamos a alguien a nuestro alrededor para que solucione el asunto. ¿Qué podemos solucionarlo por nosotros mismos? Ah, ya, pero es que a mi no me hacen caso, somos demasiado pocos, demasiado débiles, etcétera.

A muchos de los que estáis aquí, leyendo esto, os sonarán, seguro, esas frases, de haberlas dicho vosotros mismos, ¿verdad? Y es genial, porque cuando ahora, te hacen tener que pagar por la Sanidad Pública, te indignas entero, y gritas al mundo lo indignado que estás de que tengas que pagar por algo que cientos de millones de personas en el mundo ni siquiera reciben (ni gratis, ni de pago). Por supuesto, soy el último que desearía proteger ninguna de las medidas llevadas a cabo en España, pero seamos realistas, damos asco.

Damos asco porque, en definitiva, nos importa una mierda lo que le ocurra al África negra, o a esos niños de Bangladesh. No, no digamos ahora que esto es mentira, que somos todos muy comprometidos en la lucha del hambre en el mundo, o somos muy verdes, o cualquiera de estas tendencias de las cuales nos gusta tener una chapita para enseñar a nuestros amigos y decir, "sí, yo contribuyo con el mundo, me parece increíble que tú no lo hagas". Por favor, dejemos esas hipocresías. Asumamos la realidad, de media, nos da igual el resto de países y de personas más allá de aquellos a los que consideramos importantes. Muchas veces, nos da igual todo el mundo más allá de nosotros mismos.

Si a estas alturas sigues leyendo, y lo haces con un sentimiento de culpabilidad en el pecho, no vas a solucionar absolutamente nada. Olvídate de la culpa, ¿por qué te vas a sentir culpable? ¿De qué sirve? ¿De que te acuerdes de esta entrada durante unos días, y al final "se te pase"? Es tu naturaleza, no puedes hacer nada al respecto. Pero la próxima vez que veas a un niño muriéndose de hambre, asume que, en el fondo, es tu culpa, que tú estás aquí, con tus lujos, quejándote de vicio, y el mundo, la mayor parte, se muere. Tú sigue luchando por tus derechos, pero mantén siempre en mente que hay millones de personas por las que nadie va a luchar nunca. Cuando el Estado te recorte en Sanidad y Educación Públicas, piensa que es un lujo. "Sí", podrás responder, "pero es mi derecho como español". Claro, es cierto, has tenido la enorme suerte de nacer en España, en la parte buena del mundo. Nadie querría nacer en la cara mala, ¿verdad?

Algunos podrías echarme en cara lo mismo a mí, pero creedme cuando os digo que yo tengo la conciencia tranquila. Sé perfectamente que a todas horas mueren personas en el mundo, por eso me muestro indiferente cuando en las noticias me muestran aquellos que tienen la enorme suerte de tener un equipo de reporteros delante, o que son ayudados por la Cruz Roja o los cascos azules. Cada vez que veo eso, me recuerdo que, a cien kilómetros, hay una familia exactamente igual que la que sale en pantalla, pero con la enorme diferencia de que se está muriendo. Esa es la parte que no enseñan las cámaras. Cuando te muestran esos niños saltando de alegría cuando llega la ayuda internacional, más al norte, o al sur, o donde sea, unos niños soldados están arrasando un pueblo.

Podríais decir que,si me muestro indiferente, con la conciencia tranquila, soy una especie de máquina sin sentimientos. Pero os puedo prometer que no hay segundo que mi alma no se sienta pesada, y mi mirada se aleje al horizonte, preguntándome qué hago yo aquí, labrándome mi futuro, si queda tanto por hacer en este mundo, si hay tantas personas que jamás han tenido ni la posibilidad de poder comenzar a labrarse un futuro. Si hay tantas personas sin futuro alguno, que no pasarán de esta noche. 

Esto no es para que os vayáis a lanzar a afiliaros a la Cruz Roja, o a Vicente Ferrer, o digáis en alto lo mal que está el mundo, u os arrepintáis. Ni muchísimo menos. Con que lo mantengáis en la cabeza, y sepáis que vuestra naturaleza está lejos de querer ayudar a aquellas personas, está todo correcto. Con que dejéis de ser unos hipócritas, está todo correcto. Con que sepáis que a cada segundo mueren miles de personas, está todo correcto. Es el mundo que nos ha tocado vivir, y nos ha tocado hacerlo en la parte buena, ¿verdad?

Sí, nos merman nuestros derechos a cada día, pero si tan sólo alguno de nosotros pudiera llevar la mitad de nuestros derechos perdidos a todo el mundo, podría morir totalmente tranquilo.



Pero, al fin y al cabo, la solidaridad no existe, es un invento occidental para mantener nuestra conciencia tranquila.






Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

domingo, 20 de mayo de 2012

Vamos

Entrada número veinte, y ayer ha habido un pico de cincuenta visitas a este blog. Es genial, porque usualmente tenía cosa de veinte, o algo así. Pero lo mejor de todo es que, poco a poco, voy sabiendo el nombre y apellidos de aquellas personas que me leen, y eso me gusta aún más.

Van once entradas desde que decidí retomar el blog. Once entradas en doce días, si mal no recuerdo, lo cual es sorprendente para mi, porque nunca he sido capaz de mantener nada más allá de una semana, a lo sumo. y la verdad que cada vez me gusta más la idea de continuarlo, ya que hay gente a la cual le gusta lo que escribo, que me lo ha dicho directamente y que me ha motivado a seguir adelante con este miniproyecto.

Iba aquí una parrafada interesante sobre la motivación y diversos temas, pero he decidido finalmente quitarla, porque, en parte, no procedía lo que iba diciendo en ella.

Así que creo que sencillamente voy a hablar sobre por qué me gusta reunirme con amigos que hace mucho tiempo que no veo, o hablo, o simplemente sé algo de su vida. Me gusta porque, por mucho tiempo que pueda pasar, las cosas van a seguir igual, y eso es algo que no siempre se puede decir al respecto. La mayor parte de las veces, una amistad que no te preocupas en mantenerla hablando o quedando cada dos meses, digamos, es una amistad que terminas perdiendo. Pero en realidad, siempre hay un núcleo de amigos que se mantienen, pase el tiempo que pase, lo que ocurre es que el mayor problema es que a menudo, no sabes quiénes son, confundes amigos "nucleares" con amigos "periféricos", que vas a terminar perdiendo tarde o temprano, o dejas que amigos nucleares se vayan pensando que son periféricos, y al final, cuando regresan, te das cuenta de que pueden formar parte de tu núcleo.

Al fin y al cabo, el tiempo pone a cada uno en su lugar.



Y termino diciendo, Garrido, felicidades, que la brisa de la primavera de la vida meza las más bellas flores a tu voluntad =)





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 19 de mayo de 2012

Comunicación

Si me preguntasen qué valoro de una relación hoy día, sin duda diría que la comunicación. Me parece una parte tan vital, que si no existiera de manera fluida, no creo que pudiese existir ninguna pareja de forma estable.

Al fin y al cabo, qué más da todas las cosas que puedan tener en común una pareja, si al final tienes que recurrir a terceras personas para contarle lo que no te gusta de él/ella, o lo que te gustaría hacer en vez de una cosa, o lo que sea. Si te tienes que quejar, quéjate a la otra parte, al fin y al cabo, ¿quién te va a entender mejor que alguien que te quiere y que le gustaría mejorar?

Es por eso que, si me preguntasen sobre el tema, diría siempre que no hay nada como ver en estado puro a las personas. Cuando son como les gusta ser, es cuando realmente merecen la pena y cuanto más disfruto, y esto se aplica a mis amigos también. Al fin y al cabo, sólo me interesan las personas que están locas, y que están locas de verdad, con las cuales puedo decir lo primero que se me pase por la cabeza a gritos y no me van a mirar raro, y al segundo siguiente nos vamos a enfrascar en una conversación política o filosófica de gran transcendencia, con ese alarde de genialidad que nos encanta tener dentro de la locura.

O poder escribir versos, y enseñarlos, o recitarlos, y saber que hay gente que se maravilla, y que se derrite, y que realmente dice de todo corazón que les gusta. No puedo ni decir lo bien que me siento en esos momentos. Cuando oigo que mi poesía gusta, o veo que la sonrisa aparece como el sol en un amanecer de verano en tu cara, no puedo ni describir toda la alegría que me embarga.

Por eso la comunicación es tan importante, porque si algo tengo claro es que no quiero callarme ni una frase, ni una palabra, ni un verso.

No os calléis nada nunca, al fin y al cabo, a quién realmente le importáis va a encantarle ver que sois  siempre sinceros con el mundo y con vosotros mismos.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 18 de mayo de 2012

El mundo es pequeño

Había comenzando como una especie de broma, o locura, o sueño, llamémoslo como queramos. Pero, de una manera o de otra, estaba mirando habitaciones hoteles de Vietnam. Y no sabía muy bien por qué, pero cada vez me parecía una idea más atrayente.

No solamente Vietnam, sino en general todos estos destinos que nos suenan tan exóticos. Son lugares perfectos para olvidarte de quién eres y sencillamente dejarte llevar por el ritmo local, por otra cultura, ser el extraño allí, el extranjero.

De alguna manera, a cada día que pasaba me veía más dispuesto a ir a estos lugares durante el verano. Estos u otros en realidad, pero me gusta la idea de saber que mil euros aquí significan más de veintiséis millones de dong en Vietnam. Es decir, son tan baratos, que sencillamente te puedes despreocupar de a dónde vas, de lo que quieres hacer, y de lo que te gusta comprar: simplemente lo haces. Y eso siempre acompaña, especialmente cuando no sabes cuánto vas a tener que pagar de matrícula el año que viene, y los gastos que vas a tener en una economía en constante declive. Poder viajar sin preocupaciones monetarias, disfrutando del ambiente, es esencial para olvidarte durante unos días de tu posición en la sociedad occidental.

Y sinceramente, no me importaría ir sólo. Me encantaría ir en la mejor compañía, pero ir a la aventura me parece entretenido, especialmente si viajo al Tibet, o a algunos de esos lugares donde sé que me puedo poner a llorar sencillamente por el hecho de estar observando algo superior. Hay lugares demasiado impresionantes como para quedarse indiferente ante su belleza o magia.

Y me voy a despedir, no con una imagen de Vietnam, sino del Tibet, del palacio de Potala, que me parece maravilloso, a pesar de su simplicidad. Yo mientras tanto, seguiré soñando.







Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

jueves, 17 de mayo de 2012

Sueños y cartas

Hoy me había levantado con un extraño sueño en la cabeza. Tan sólo recordaba una imagen del mismo, pero era bastante extraña ciertamente.

Sobre el tema de los sueños, siempre he sido escéptico. Para comenzar, diré que no es un tema del que sepa gran cosa, pero lo que sí sé es que no siempre un sueño es interpretable. Soñar con suspender el día antes de un examen tan sólo implica el miedo que tiene tu subconsciente a ese examen. Lo mismo ocurre con las cosas que nos gustan, soñar con ellas tan sólo puede ser el anhelo de poseerlas.

Yo prácticamente nunca he tenido sueños de esos tipos (todos mis sueños me los creo despierto). Para bien o para mal, apenas sueño (o apenas recuerdo lo que sueño que, en definitiva, me llevan al mismo lugar ambas frases), y cuando lo hago suelo atender bastante a la interpretación, precisamente porque se trata de algo extraño. Mis sueños suelen reducirse a una serie de los mismos durante una semana o dos al año, de forma continuada durante varios días, y después como vinieron, desaparecen.

Pero a pesar de todo, esta vez no he mirado la interpretación de mi sueño, por un sencillo motivo: no quiero meter fantasmas en mi cabeza. De un tiempo a esta parte, he vuelto a usar el tarot, y me ha dicho perfectamente qué estaba ocurriendo y hacia dónde iba todo, no sin plantearme mis dudas en ciertas ocasiones. Pero viendo donde estoy, no quiero saber hacia donde voy a ir.

A menudo la gente me dice "yo no creo en estas cosas". Bueno, yo sólo creo en lo que he visto, es una frase que uso a menudo para referirme al tema. No es que crea que el tarot me vaya a predecir el futuro, es que ya lo ha hecho (y de una forma casi mágica).

Eso sí, hay que huir de toda esa calaña de gente que quiere hacer dinero con el futuro de las personas, o que cree que sabe tirar o interpretar las cartas. Hay que saber en el tema, y no es cuestión de cuanto más vieja y más pinta de bruja tengas, mejor. Es tan sencillo como que hay gente que vale, gente que tiene algo, y gente que no. Y es normal y lógico comprender que haya gente que no crea en el tema, es más, si no fuese yo quién tirase las cartas, sería imposible que me fiase, desconfío de prácticamente todas las personas que me hablan de estos temas, como les invito yo a desconfiar incluso de mi y de lo que diga. Es muy importante ver para creer. Pero hay veces que las cosas se salen un poco de quicio, y te sorprendes y mucho. Por ejemplo, actualmente siento cierta "manía persecutoria" de una de las cartas del tarot que, sin exagerar, ha aparecido en las últimas cuatro o cinco tiradas importantes, en posiciones digamos de cierto peso. Es difícil no sentir que hay algo que "la llama". De hecho, si aplicásemos estadística, estoy seguro de que te diría que efectivamente no hay ninguna aleatoriedad al salir esa carta.

Pero, a pesar de todo, me siento genial viendo cuando sale esa carta, es como si, pasara lo que pasase, siempre fuera a estar ahí.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 16 de mayo de 2012

Los que realmente importan

Amanece un día precioso, soleado, que anima a las golondrinas a salir a cazar y a girar. También anima a escribir, todo sea dicho, a pesar de que a veces cuesta concentrarse en lo que uno quiere decir.

O quizás lo que realmente cuesta es no decir lo que uno desearía. A veces todo se reduce a eso, a las palabras que nos callamos, a los sentimientos que ahogamos en nuestro interior y dejamos que, silenciosos, aguarden hasta el momento de asaltarnos, normalmente cuando menos nos lo esperamos.

Y es que nos callamos tanto que quién sabe cómo sería el mundo si dijésemos lo que realmente queremos decir, cuando queremos hacerlo. Somos, en definitiva, bastante cínicos. Esto no es necesariamente malo, ya que a veces pequeñas mentiras solucionan problemas, pero he llegado a un punto que mi interior me prohíbe decir algo que realmente no sienta, pase lo que pase. En este tema, creo que he perdido todo miedo a posibles repercusiones, al fin y al cabo, ¿por qué iba a mentir a una persona? Por ella diría la verdad, lo cual es mucho más escaso hoy día.

Así, poco a poco, he llegado a donde estoy ahora. Se han ido quedando por el camino personas importantes, y otras personas de menor peso, pero he llegado lejos. Hemos llegado lejos, todos nosotros. Ayer lo hablaba con un amigo, a pesar de todo lo que está cayendo, de toda la ineptitud que existe en el mundo, hemos logrado formar una pequeña isla en este basto océano de tormentas que, si bien esta muy lejos de ser el paraíso terrenal, no podemos decir que no se trate de algo único. Todos sabéis lo idealista que soy, así que me gusta pensar que algún día, los que nos llamamos en su día Grandes Sabios, seremos reconocidos escritores, cada cual en su área, y será entonces cuando nos miremos, y sonreiremos satisfechos, porque recordaremos cómo fueron aquellos días sobre el Moldava.

Pienso que es precioso (y preciso) soñar, especialmente en estos temas. Ayuda a despejar la mente, y, al fin y al cabo, pienso que "sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset). Por eso os motivo a todos los que os pasáis por aquí a tener algún hobby del que estar orgulloso el día de mañana, que os permita abstraeros en vuestro mundo interior y sacar lo mejor y lo peor de allí. Mi hobby, a pesar de lo que la gente pueda pensar, no es la escritura en este blog, o la poesía, o soñar, o querer. Mi hobby realmente es apoyar a las personas que realmente me importan. No hay nada que me reporte más alegría que cuando se requiere mi apoyo para algún tema personal. No hay nada que me guste más que una sonrisa de agradecimiento sincero.

Porque lo que realmente une a las personas no son sus cosas en común o sus días buenos gastados juntos, sino las veces que se han unido para luchar, los días oscuros que han invertido en ayudarse. Y al final, para saber lo que te importa realmente una persona, sólo tienes que medir lo que la echas de menos por cada día que pasa, lo que lamentas no poder pasar cada segundo con ella.

Pero al final de todo, lo relevante es que sabes que, en definitiva, quienes realmente importan van a estar ahí siempre, pase lo que pase.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 15 de mayo de 2012

Poema: La luz de tu sonrisa

Acabo de preparar para enviar a concurso una de mis poesías.

Borro. Escribo.

Acabo de preparar para enviar a concurso mi mejor poema. Un soneto, para el único concurso que sabe valorar las formas y la estrofa más bella que jamás el hombre podrá hacer. No espero ganar, mucho me pese, por dos motivos muy básicos.

No, no diré, como algunos, que creo que mi calidad no da la talla. Creo fervientemente que mis poemas son buenos (especialmente de un tiempo a esta parte), si no lo creyese así, estaría faltando a la belleza de ciertos lugares, ciertas personas, ciertos momentos de mi vida. La razón principal que suele darse para que no crea que vaya a ganar un concurso suele ser que la estrofa en este siglo ha sido una anécdota. Mucha gente escribe poesía, pero por dios, cuántos se pueden llamar a sí mismos poetas. Todo a lo que se ciñen es a poner palabras, unas tras otras, y cuando les apetece, darle al enter, y seguir escribiendo en la línea de abajo, sin siquiera sentimiento. La poesía de verdad, la poesía del Siglo de Oro, está muerta, asesinada por los críticos faltos de criterios y una racha de pseudopoetas de dudosa calidad que han ido desfilando desde que perdimos Cuba. El segundo motivo de que crea que no vaya a ganar es mucho más sencillo: se trata de un concurso internacional al cual podrían venir cientos o quizás miles de personas.

En cualquier caso, hasta cierto punto no me importa no ganar. No soy tan cínico como para decir que realmente me da igual. No por favor, quiero ganar, y quiero ganar con este poema en especial, después de tanto tiempo sin escribir nada remarcable. Pero digo que no me importa, porque espero poder editar algún día mis poemas en un libro, así que, a la larga, todo el mundo que quiera va a poder leerlo.

Pero como adelanto, lo voy a poner aquí. Lo he tenido que modificar un poquito por ciertas razones técnicas, pero es prácticamente igual al presentado en el concurso. Me gustaría que dieseis vuestra opinión de qué os parece a las personas que os pasáis por aquí con asiduidad (gracias por leerme), y si no podéis, no pasa nada, con saber que lo habéis leído me basta.



La luz de tu sonrisa

En el mar de tus ojos me perdiera,
pirata de tu amor siempre sería,
tus buques, uno a uno rendiría,
tesoros, uno a uno los tuviera.

La luz de tu sonrisa amaneciera,
mi bergantín con ella partiría,
largad velas, fijad rumbo; es guía
mi amor, timonel que siempre fuera.

Siete mares, plus ultra la belleza
aguarda, eres todo lo que quiero,
tú, amor, eres todo mi tesoro.

Si un corazón es dulce, la pureza
de tu fragancia retener espero,
que todo el mundo sepa que te adoro.

                                           JBL




Sencillamente me encanta. Está mal que lo diga su autor, pero leerlo me hace sentir increíble. Espero que os haga sentir algo similar y lo disfrutéis, y que, en definitiva, os guste.

Porque al final, todo lo que quedará será la poesía.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 14 de mayo de 2012

Algunas cosas personales

He de reconocer que, en el fondo, no me gustan las sorpresas.

En verdad, lo correcto quizás sería admitir que no las valoro, pero en definitiva la idea es que no soy muy de alegrarme con las sorpresas. Esto es así por dos motivos.

El primero de ellos, es que es muy difícil sorprenderme. Suelo olerme que alguien está tramando algo, y en ese momento mi cabeza empieza a pensar sobre lo que será. Y, puede parecer absurdo, pero después cuando recibo la sorpresa a veces puedo sentirme desilusionado porque mi mente, de tanto pensar, había dado por hecho una sorpresa mejor de la que he recibido.

El segundo motivo es que me gusta saber por dónde están yendo las cosas, es decir, tener planes respecto a ello. Quiero saber exactamente que música está sonando y va a sonar, y en cuanto algo no entra dentro de lo que esperaba, me tiro a la defensiva. Avanzar a ciegas no es algo que me guste por ese sencillo motivo, necesito saber hacia dónde se camina, para saber reaccionar de la mejor forma posible a los acontecimientos.

Creo que de esta faceta mía se deriva el que no me guste hacer o recibir regalos. Me pone bastante tenso ambas cosas, porque realmente no sé ni qué debo regalar, ni cómo reaccionar ante estos regalos que, usualmente, no van a gustarme. No es como si pudiese mentir y decir que realmente me encantan, pero sé que tampoco puedo decir que no me gustan por no hacer quedar mal a la otra persona. Lo mismo me pasa al regalar, no sé que espera la otra persona, ¿no se supone que, si realmente quisiera algo, ya lo habría comprado? No sé, no me importa regalar cosas personales de mucho valor sentimental a las personas más cercanas a mí, a las que realmente siento que tengo que darles algo, pero no entiendo por qué tengo que darle algo a alguien el día de su cumpleaños. Entendedme, no me importa pagarle su propio regalo, pero no me gusta elegirlo, porque además no me iba a gustar que la otra persona tuviese que mentir porque le he regalado algo que no le gusta.

Es una de las múltiples razones por las cuales no celebro mi cumpleaños. Detesto mentir, y muy pocas personas me conocen lo suficiente como para poder saber lo que realmente me gustaría que me regalasen. Así, nos ahorramos el gasto innecesario y el tener que mentir y decir que me gusta el regalo. Sólo me gustan los regalos que salen realmente del corazón, y esos sólo deberían entregarse en contadas ocasiones, no cada año. Además, sobre esos regalos, que le gusten a la otra persona requiere que realmente sepa lo importante que significa para ti. Realmente muy complejo.

Esta creo que es una de mis facetas más arraigadas y que no creo que pueda cambiar nunca (y no es que no lo intente). No sé regalar, y tampoco soy muy bueno aceptando regalos (especialmente porque automáticamente creo que tengo que devolver esos regalos, y me hace ponerme algo tenso la idea). La solución podría ser preguntar a otras personas, pero eso me gusta aún menos. Me parece que quedo como aún más tonto al preguntar a otra persona cercana qué podría comprarle de regalo. Si realmente no soy capaz de saber lo que le gusta, ¿cómo voy a entregarle ningún regalo sabiendo que ni siquiera lo he elegido yo? Creo que es bastante absurdo.




Jesus  Burgos Lobo
Semper Fidelis

domingo, 13 de mayo de 2012

Esos pequeños placeres

Me gusta el café sólo con canela. También me gustan las golondrinas. Me gusta el cielo repleto de estrellas, y el amanecer, y el buen jazz. Me gustan los campos de Castilla, siempre amarillos, y la poesía clásica y eterna.

Me gusta viajar, experimentar, jugar, perderme por las calles de Bangkok, en los bosques de Chengdu o cruzar el Himalaya para ver el palacio de Potala en la lejanía, siempre brillante, como bastión primigenio de la verdad.

Me gustan los trenes, y la tundra, y el transiberiano, o el transmanchuriano, y ver las estepas de Genghis Khan. Me gustan los barcos, las flotas, las tormentas, los rayos, la lluvia, los puertos, los peces. Me gusta cruzar el mundo por el hecho de capitanear un bajel. Me gusta comerciar, comprar, gastar, y me gustan las cosas pequeñas, que han requerido mucho esfuerzo y precisión.

Me gusta el incienso, y las cerillas, y las banderas, y las montañas, y los bosques neblinosos, y las grandes ciudades, y las pequeñas aldeas que esconden de por sí cientos de historias que jamás sabremos.

Me gusta mirar, observar, comprender, trazar estrategias, fallar y volver adelante. Me gusta aguantar, defender, sentirme superado, porque me gusta reponerme, mejorar, siempre mirar más allá y más lejos del horizonte.

Me gusta soñar, inventar, innovar, idealizar. Me gusta apoyar, unir causas, sentirme un caballero. Me gusta sentirme bien, que me hagan sentir bien.

Me gusta escribir y no decir nada. Me gusta cantar, y tirarme a mirar el techo de mi habitación sin dejar de pensar en lo que quiero. Me gustan los placeres más idiotas de la vida.

Me gusta ver las gotas deslizarse por el cristal, y dejar lo mejor de la comida para el final. Me gusta comer la yema de un bocado, quitando primero la clara, y las patatas congeladas que son largas, y el comer queso.

Me gusta sentirme libre, y que me retengan. Me gusta dudar. Me gusta decidir y que decidan por mí. Me gusta no entender porque me gusta aprender. Me gusta seguir. Y reír, y bromear.

Me gusta la pintura. Y Velázquez. Y el impresionismo. Y la Historia. Y la economía. Y la filosofía. Y hablar sobre temas relevantes. Y no decir nada. Y escuchar. Y brillar y brillar.

Me gusta sentir cerca a las personas a las que quiero. Y verlas sonreír. Y abrazarlas. Y besarlas y que me besen. Y quejarme, y hacerme el arrogante, y agobiarme por nada e irme y volver al pie del cañón, más fuertes, más dispuesto.

Me gusta ver al amanecer las estelas de los aviones y pensar sobre esos vuelos, y sus destinos, y sus historias y sus vidas. Me gustan las luces solitarias en la noche.

Me gusta cocinar y limpiar. Y no hacer nada y estar echado el suelo, pensando. Me gusta estar loco, y que de repente sienta la imperiosa necesidad de hacer algo inútil.

Me gusta no estar limitado nunca. Me gusta saber que yo creo lo que quiera, que el mundo es muy pequeño cuando estas conmigo. Me gusta invertir, y quebrar, y fracasar mejor, y olvidar y recordar siempre.

Me gusta compartir mis ideas, y mis gustos, y mis alegrías. Me gusta poner en común ideales y actuar. Y mientras tanto, me gusta tomar té azul, o blanco, o verde, o rojo. Me gusta recostarme en mi asiento con los pies sobre la mesa, en pijama, y tomármelo todo con calma. Y me gusta el taoísmo, y practicar con mis espadas, y con mi bastón, y sentirme uno con el ambiente, y girar y girar en las ocho direcciones.

Me gusta tocar el teclado, y sentir que mis pensamientos se organizan. Y las fotos en blanco y negro. Y en sepia. Y los campos de arroz de Vietnam. Y el sánscrito. Y Cuba. Y París, Venecia, Praga, San Petersburgo, Kioto. Y me gusta ir a arrodillarme frente al templo de Zhuge Liang. Y respirar en Chibi. Y saludar a Masamune Date en Sendai.



Me gusta, ante todo, la simplicidad de saber lo que me gusta. Y me gusta que lo leáis y lo sepáis.


Sencillamente, me gusta estar donde estoy, ser como soy.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 12 de mayo de 2012

La disonancia de la elección y el favor de los sentimientos

Si hay algo que el ser humano jamás va a poder entender es el por qué de la existencia.

Siempre me lo he preguntado, qué se supone que debemos hacer aquí. Esta bien, es correcto pensar que se puede llegar a ser un gran escritor, un rico empresario, un astronauta... y miles de cosas más. Pero debemos darnos cuenta de una cosa, esos objetivos sólo se sostienen desde la propia existencia humana.

Es decir, cuando el ser humano comenzó a poblar el mundo, ninguna de esas aspiraciones existían, y se puede asegurar que eran personas felices (seguramente mucho más felices que nosotros, de media). Podías llegar a ser jefe de tu tribu, o un gran cazador... y poco más.

Siempre mantuve que las limitaciones sobre los objetivos de la vida te hacen poder lograr la felicidad más rápidamente, y así puede leerse en una de las entradas de este blog. Básicamente se explica con el mítico ejemplo de la elección del sabor en la heladería. Si sólo existe el helado de chocolate, vas a estar contento con tu helado de chocolate, pero en cuanto existe el de chocolate y el de vainilla, vas a llegar con dudas, y en cuanto elijas uno de ellos, la disonancia cognitiva te va a hacer dudar sobre si realmente preferías el otro sabor, por tanto, vas a perder utilidad (es decir, felicidad) sólo por el hecho de tener que elegir.

Algo tan simple como eso, ilustra perfectamente la idea que siempre he querido transmitir: la única razón por la cual existen personas que no saben hacia donde van es la enorme cantidad de destinos posibles. O dicho de otra manera, cuando sólo te gusta una cosa, tienes tu vida resuelta de forma muy sencilla.

Mucho me pese (y alegre), a mi me gustan miles y miles de cosas, y me gustaría serlas todas ellas a la vez. Nos pasa a todos, ¿no es cierto? Las aspiraciones en la vida, que no son más que objetivos artificiales que el ser humano se ha puesto, son tantas y tan variadas, que las elecciones las hacemos a veces por descarte. Y, por supuesto, al hacerlo por descarte, no es lo mismo que si lo hiciésemos por vocación, porque realmente queremos hacerlo.

Uno de los principales motivos de que no sepamos qué elegir es que no existe un sentimiento claro que rija ese asunto. Por ejemplo, sobre el helado, el gusto nos dice que ambos sabores nos apetecen, y ya está. No hay forma de descarte por esa vía. Como mucho, deberíamos tirarnos a pensar que el helado de chocolate empalaga más, o que el de vainilla es más fresco. Vamos, asignamos una serie de cualidades que no necesariamente son ciertas al objeto en cuestión, para poder justificar la elección. Alguien puede querer ser escritor por la fama, y al final acabar en una esquina olvidado.

Pero a veces tenemos muy claro lo que queremos. Esto sólo ocurre cuando hay un sentimiento que rige perfectamente lo que queremos hacer. Que lo hacemos porque nos gusta. Porque queremos. El querer es el único motivo emocional que nos lleva a ejecutar acciones sin esperar a veces nada a cambio. Es decir, escribir o pintar por hobby. A veces nadie sabe de esas aficiones, son sólo nuestras, secretas, porque realmente no importa lo que opine el resto de la gente al respecto.

A veces, en las relaciones humanas, sucede que llegamos a querer a las personas. No esperamos nada a cambio, simplemente las queremos por el hecho de quererlas, porque nos hacen sentir bien. Pero, en definitiva, la gracia de querer a ciertas personas es que, sin necesidad de pedir nada a cambio, nos entregan todo. Al fin y al cabo, si esperases algo, el sentimiento se juntaría con cierto oportunismo, porque esperamos que al quererlas nos entreguen cosas.

La gracia de todo esto es el dar por el hecho de dar, el querer por la gracia del querer.






Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

jueves, 10 de mayo de 2012

Buen día tenga usted

Amanece un día estupendo en Oviedo, tan bueno como ayer, que da a entrever que el verano quiere llegar por adelantado. Una bandada de golondrinas pasan rápidas, en formación, posiblemente cazando pequeños y desafortunados insecto. Y, todo sea dicho, entre el calor del sol y del ordenador, comienzo a asarme un poco.

No estaba tan mal asarse, en realidad. Hacía mucho que no llegaba el buen tiempo, a pesar del extraño invierno que hemos tenido. El mayor problema que le encontraba al asunto es que con la claridad me dolían bastante los ojos. También esto podía compensarse, si se volvían verdes o al menos se tornaban más claros, como solía ocurrir en estos casos.

Y mientras tanto, seguía aquí sentado, escribiendo a ratos, pensando sobre qué voy a hacer en vacaciones. Sí, queda un camino corto pero muy duro para ello, todos los exámenes finales más parciales que todavía nos han puesto, pero realmente, de alguna manera, merecía la pena sentarse a reconsiderar el asunto.

La cuestión es que pasaba demasiado tiempo ocioso, sentado, sin demasiado que hacer. Lo máximo que hacía era escribir poesía, aunque desde hace un par de días me encontraba bastante empantanado conmigo mismo como para poder sacar un verso coherente. Por eso, lo último que había pensando, era pintar.

No, no tengo la menor idea de pintar, pero eso no es problema, me gusta aprender por mi cuenta, tampoco sabía escribir poesía, y he hecho enormes avances. Al fin y al cabo, para hacer abstractos sólo se requieren sentimientos. Son, de alguna manera, similares a los poemas sin estrofa. No tienen forma, pero tienen algo detrás de ellos que se les puede llamar belleza. Además, creo que un abstracto enmarca bastante bien el conjunto de sentimientos que tengo ahora mismo. Quiero decir, es difícil estructurarse a uno mismo cuando los problemas que se monta salen de sí. Si el problema es externo, encararlo es muy simple. Pero si el problema eres tú, o viene de ti, ¿cómo puedes encararlo? Pues la idea es hacerlo salir precisamente, a base de pintura.

Podría ser a base de poesía, de hecho, solía ser así, pero de alguna manera no encuentro el hilo para poder dar pie a un verso. Si lo hiciese de esa manera, debería juntar palabras bellas con argumentos sin sentido, sin orden alguno en el verso, y no me gustaría romper la racha de poemas que tengo actualmente, a cual más bello. Porque, para escribir una poesía, sólo se requiere una musa.

En cualquier caso, cuando llega el momento de la verdad, encarar el problema puede dar pie a más problemas, especialmente si no se tiene fuerza de voluntad. Yo voy a tener que pedirla prestada, pero lo cierto es que dicho problema se va solucionando sólo, poco a poco se va reparando el mundo interior que había colapsado sin motivo aparente. Quizás había sido un problema de construcción, quizás de demasiada fuerza aplicada sobre él. En cualquier caso, lo único que se podía hacer era desescombrar y reparar, como siempre.

Dicho de otra manera, a veces llegan momentos en los cuales podemos llegar a dudar de nosotros mismos, de hacia dónde vamos, de qué hacemos o incluso quiénes somos. Esas respuestas a veces son muy sencillas, a veces muy complejas, y si tuviera que elegir, diría que, actualmente, no me veo capacitado a responder a ninguna de ella. Lo único que puedo decir al respecto es que tengo la suerte de saber que si necesito ayuda, hay gente a la cual puedo recurrir, y hay otra gente que, sin pedirle nada, se involucra ella misma a pesar de todo.

Y como suele decirse en estos casos, el tiempo pone a cada uno en su lugar. Eso me recuerda que sí, es cierto, no tengo ni idea de hacia dónde voy, pero sí sé lo que quiero. Supongo que, a veces, es tan sencillo como construir un puente entre tú y tu objetivo. Dista de ser fácil, y a veces la obra se retrasa por diversos motivos, pero confío en mis proyectos cuando los emprendo.

Emprendamos.



Frase del día:
Nuestro todo es más que la suma de sus partes.






Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 9 de mayo de 2012

Welcome back

Pausas. Silencios. Descansos.

Todo es igual si, al final, regresas de nuevo con una sonrisa.

Nunca es tarde si la dicha es buena, o eso dicen por ahí. Realmente me gusta pensar que esto es cierto, porque en tanto que yo regreso ahora a hacer esta entrada (y quién sabe si, de forma asidua, alguna más), alguien le echará un vistazo en alguna parte de la Tierra, y se creará una opinión, o nacerá una nueva idea. Si nunca la hubiese escrito, ¿quién sabe qué hubiese pasado entonces?

Cada uno hace lo que hace por alguna razón, y todo lo que calla, todo lo que deja a un lado, es todo lo que se pierde, para bien y para mal. A veces llegas a cierto lugar, a cierto momento de tu vida, en el cual sencillamente la posibilidad de dejar a un lado las cosas es la que realmente se deshecha: es la época del cambio.

Me gusta cambiar, detesto quedarme siempre parado en un pensamiento, en una idea, en una vida, necesito mutar al siguiente estado, sea cual sea, sea donde sea. A veces este pensamiento, y la imposibilidad del cambio, me hace caer en un profundo y negro vacío de mi mundo interior que me traga con todo lo demás y me convierte en una persona con una sombra negra en la mirada. Pero a veces, alguien brilla lo suficiente a tu lado como para darte toda la luz que necesitas.

Creo que ese es el nuevo estado que he admitido, la siguiente parada de mi vida. Esta vez he querido coger ese tren, y ha sido lo mejor que he podido hacer.

Hasta hace nada, podría resumir el vivir como una sucesión de cosas que van ocurriendo mientras tú tratas de gestionar todas esas cosas sin demasiado sentido. Te dedicas a existir. Sólo a veces vives. Cada uno vive cuando hace alguna cosa, en alguna parte, sólo o con alguna persona. A mi me encantan hacer locuras y cosas idiotas, especialmente si sabes escoger la compañía. Me encanta olvidarme de donde estoy, de lo que está pensando el resto de la gente de mi, y hacer lo que quiero hacer. Y hacerlo con quien quiero hacerlo.

Ahí a la derecha siempre estará esa frase de Kerouac sobre la locura. Amigo, que gran razón tienes. Sólo me interesan las personas que están locas, porque son aquellas que hacen genialidades. Las personas normales son aburridas, siempre haciendo lo mismo, siempre en esa rutina que llaman vida pero es en verdad existencia. Pero las locas... Las personas locas hacen siempre que sonría. Es por eso que estoy seguro que la locura es la mayor virtud que puede tener una persona si realmente busca huir de la rutina.

Es por eso que me encanta volver al blog de vez en cuando, para disgregar sobre las locuras de la vida, las vueltas que da, y las personas geniales que, de vez en cuando, aparecen en tu vida, como un soplo primaveral.

Exactamente con la misma fragancia que un soplo primaveral.