"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Yup

Miércoles, y mañana se termina la semana, que bien hacía falta.

Hoy no he hecho nada referente a la Facultad, por una cosa u otra, así que tengo todavía que pasar a limpio lo de Diseño Organizativo y probablemente leer la práctica que haremos mañana si no me engaña mi horario. Oh well...

De verdad que intento escribir algo interesante y decente, pero ya es la quinta vez que borro lo que escribo. Creo que lo mejor es que haga un drive through por hoy y me limite a decir, ey, no me he olvidado del blog, estoy vivo, you know.

Necesito desconectar un poquillo de la Facultad la verdad. No es que esté especialmente cansado de ello ni nada así, pero mi cabeza me está pidiendo un: «ey, ¿dónde está el tiempo para mí?». Me temo cabeza mía que no voy a tener tiempo para mí, quizás esta semana, pero después de ella le veo poco futuro echando cálculos. De mínimo creo que tengo tres trabajos grupales y diez o catorce exámenes parciales en el curso. Not bad.

Os dejo con una frase Oscar Wilde:

«Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo».




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 18 de septiembre de 2012

Hablando de la poesía

Con la tontería, casi se me olvida actualizar.

De forma distendida, pero llevo trabajando desde que llegué a casa hasta eso de las ocho y pico, ordenando esto y lo otro y pasando apuntes, básicamente por mantenerme ocupado en algo, y total, tarde o temprano lo iba a tener que hacer, y por primera vez prefiero que sea antes.

Me estoy tomando un tiempo aquí, mirando la pantalla prácticamente por completo en blanco, pensando en qué voy a escribir, pero de alguna manera la Facultad en general me está quemando una parte importante de  esa zona del cerebro que uso para escribir cosas interesantes, como poesía.

Me siento (otra vez) fatal en ese tema. La última vez que he escrito algo fue hace cosa de un mes o más, y no será porque no tengo motivos para darle al verso. Que coño, siempre hay motivos para darle al verso, lo que ocurre es que no siempre tenemos el tiempo que requiere eso.

Es como escribir novela, pero a lo grande. Digo a lo grande, porque se requieren algunas cosas muy difíciles de conseguir para el verso que por ejemplo para la novela no se necesitan.

En primer lugar, la novela la puedes escribir todos los días, mejor o peor. Tienes una idea de la historia, así que siempre puedes darle al teclado y avanzar un cacho. Y si después no te gusta, borras o modificas al gusto, y santas pascuas.

Ahora bien, la poesía eso no lo admite. Es como pintar un cuadro, si no estás en el cuadro, no vas a poder pintarlo como realmente quieres. Tienes que ser parte del poema, y no vas a poder modificarlo después. Bueno, técnicamente sí, pero modificar un poema me parece un sacrilegio. Hay enormes cantidades de versos que podría modificar o directamente quemar, pero no lo hago porque sería como si yo nunca los hubiese escrito, y lo hice por alguna razón. Sería como eliminarme a mí mismo tiempo atrás.

Parece una tontería eso de la poesía, pero tiene su sentido. Creo que es necesario escribirla para entenderla. Añado ahora que a mí no me gusta la poesía en términos generales, y aún menos los modernistas. Pero la escribo, porque... templa el espíritu. Quizás porque saca partes de nosotros que no siempre podemos o debemos sacar, quizás porque podemos engalanar unas palabras que, en definitiva, no queremos decir. A veces es porque no sabemos cómo hacerlo, otras es porque tenemos la obligación de darle al verso, a la rima, y crear algo. Algunas veces terminas y estás agotado, pero miras delante tuyo, relees y dices: «eureka», y todo lo demás se desplaza un instante para dejarte solo a ti con tu poema, con ese mundo que sólo tú entiendes, y que probablemente nadie más llegue a comprender nunca.

Algunos poetas dicen que son capaces de transmitirte esos sentimientos, pero es falso. Te generan sentimientos quizás parecidos, pero son intransmitibles. Sería como mirar una foto de una bella puesta de sol y decirle al que saco dicha foto que entiendes lo que siente. No es cierto, crees entenderlo, pero no es así.

Esto en lo referente a ciertos tipos de poesía, claro. La hay mucho más mundana, archibasura y protomierda modernista, poesía inútil, y sátiras burlescas directas, que dicho sea de paso a veces requieren explicación para comprender todo lo que se dicen en ellas por su complejidad.

Pero en definitiva, que aunque he dicho todo eso, creo que cualquiera podría escribir poesía. Es más, lo recomendaría, porque a veces necesitas decir cosas que no siempre pueden ser dichas, o que ni siquiera sabes que puedes decir. Al principio si te dedicas a esto escribirás versos malos, pero con el tiempo mejorarán solos, y en breves te sorprenderás con sonetos u otras estrofas, bien formadas, bien escritas y bien sentidas.

Aunque, como decía, no siempre se pueda escribir. No, escribir se puede siempre, pero hacer poesía... hacer poesía es el mayor esfuerzo del artista. La poesía no se hace, se transforma. La poesía está, existe, la observamos cada día, pero quizás por esto, escribirla es, a veces, una tarea absolutamente imposible.

Lo único positivo de esto es que, podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 17 de septiembre de 2012

Lunes, lunedí

Creo que los mejores días de la semana van a comenzar a ser los lunes y los martes, cuando tengo las dos asignaturas de finanzas.

Definitivamente me encantan, y eso que odio la contabilidad. Bueno, no es que la odie, es que para hacer asientos ya está el ContaPlus, es normal que le cogiese tirria a hacer el tonto a base de poner cuentas y demás.

Pero vamos, lo que a mí me gusta es ver la empresa realmente, las cuentas gordas, donde está lo interesante, su rentabilidad y su solvencia, y todos esos ratios de Warren Buffet. Definitivamente me gustaría dedicarme a ello en mi vida laboral. Bueno, a eso, y al comercio internacional, que ya he mirado que también puedo hacer el máster en eso al terminar la carrera. Bueno, eso sin prisa, pero vamos, que no me importaría hacer ambos másteres, más el MBA después de algunos años en el mercado laboral. Pero con calma.

A lo que iba, que me gustan mucho estas asignaturas, especialmente la de Análisis de los Estados Financieros, básicamente porque me obliga a pensar en lo que estoy haciendo y a identificar cada cosa en las cuentas y demás. Mercados e Instituciones Financieras es más básica y de aprenderse cómo funciona la cosa, pero bueno, que no es que me atraiga menos, sino que parece más "paradita". Quiero decir, el primer día de Análisis ya nos dieron unas cuentas de pérdidas y ganancias y demás para trastear, y eso me encanta. Es como se hace en todos los países que tienen buena educación, tipo Finlandia, primero se hace la práctica y a raíz de ella se explica lo que se está haciendo. Ahí es donde realmente tienes que pensar en lo que estás haciendo, por qué lo estás haciendo, y para qué lo estás haciendo, y eso me resulta mucho más interesante a que me lo den todo mascado y me aburran leyendo las diapositivas, como ha hecho hoy mi profesora de mercado. Ojo, que no parece mala señora, pero me da a mí que está haciendo su asignatura la más pirable del curso por lo que tengo visto. No es que vaya a pirar, pero en caso de "necesitar" hacerlo, se lleva todas las papeletas.

Y nada, hoy no tengo una inspiración muy buena para sorprender con algo que sea interesante, sólo comentar un poco el día, que oye, no me viene nada mal.

Me gusta mucho como se está organizando este curso, la verdad, y si todo sale bien (y apunta a que sí) acabaremos con un equipazo para los trabajos grupales (repetir el del año pasado supliendo bajas), que por cierto me gustaría ir empezando/viendo de qué tratan antes de que todos comiencen a meter parciales (que este año va a haber a montones según parece).

En fin, esperando/necesitando el día 22, buen número por cierto.




Jesus Burgos Lobo
Good night and good luck 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Engranajes

Debo ser una de las pocas personas que espera el lunes con ansia.

Qué queréis que os diga, es clase me siento contento, me gustan mis asignaturas, mis compañeros y me siento útil. Mientras tanto en casa paso las horas sin pena ni gloria.

Y es que en definitiva sentirse útil es algo de importancia vital. Sentirse útil nos reporta un feedback positivo, un "lo estás haciendo bien". No, más bien es un "estás haciendo lo que debes hacer", y además, deseas hacerlo. Es ocupar nuestro lugar en el engranaje.

Asumámoslo, no todos somos líderes, ni todos estamos preparados para estar arriba, o incluso en medio. Cada uno tiene que ocupar su lugar, y todos son igual de importantes porque, al fin y al cabo, el engranaje funciona porque cada una de sus pequeñas partes lo hace.

El problema es el siguiente: o nos sobrevaloramos, o nos subvaloramos. O, directamente, no somos realistas, o somos demasiado ambiciosos sin motivo. La importancia de saber cómo somos y cuáles son nuestras posibilidades es grande, si bien es cierto que uno no debe ponerse límites, sí debe conocer sus capacidades y no aspirar demasiado lejos.

Decía en las anteriores entradas que aspiro muy arriba, y parece ir en contra de esto que acabo de decir. Sinceramente, creo que eso se debe a que realmente quiero cambiar el mundo, y no creo que tenga pocas capacidades. Sé que puedo, al menos, intentarlo con todas mis fuerzas. Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Ortega y Gasset jamás pudo estar más en lo cierto.

Pero esto no quiere decir que no sepa amoldarme en el futuro a la realidad, al ahora, al ver hasta dónde he llegado y saber que somos una parte de un engranaje, y preguntarnos sobre si podemos avanzar más allá, si debemos hacerlo.

Todos tenemos unos límites naturales, que mayoritariamente desconocemos. Quizás los intuimos, pero solemos sorprendernos muchas veces por lo que hemos hecho, o lo que podemos hacer y no sabíamos que podíamos. A veces la vida te da no más esperanzas, ya que la esperanza es el refugio del débil, sino más fuerzas, más empuje, más tú puedes, y es entonces cuando comprendemos y lo hacemos. Y miramos para atrás, antes de eso, y nos decimos: ¿por qué dudaba de que podía hacerlo? No ha sido tan complejo.

Por eso también a mí me gustaría ser esa fuerza que incita a la gente a hacer cosas grandes. Quizás también por eso escribo en este blog, porque quiero pensar que alguien me lee y cambia su visión del mundo, evoluciona, y piensa, y entonces cree, o deja de hacerlo, pero entiende algo nuevo, entiende algo de transcendencia vital  y se cuestiona, y comienza un nuevo camino para llegar más allá y más lejos.

Me gusta pensar todo eso, al fin y al cabo, me da un gran motivo para sonreír y escribir en este blog.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 15 de septiembre de 2012

Confesiones

He borrado la entrada que tenía, un puñado de líneas.

Cuando creé este blog, lo hice junto con otros, cada uno para un tema digamos. Este era en el cual ponía reflexiones filosóficas o cosas por el estilo, vamos, pesado de leer y enrevesado, pero me gustaba. Digo gustaba, pero obviamente aún me gusta.

La diferencia es que ha evolucionado, como todo lo demás. Llegó a estar abandonado y fue recuperado para comenzar esta segunda etapa que tanto está durando y que va ya por las ochenta y cinco entradas en total. No quería dejar a un lado mis reflexiones filosóficas, pero tampoco quería dejarlo ahí. Podía contar cosas de mí, de mi vida, o colgar poesía, fotos o análisis de lo que fuera. Tal vez no un diario, pero sí un lugar donde volcar algo de mis pensamientos, algo de mis opiniones, y también algo de mis sentimientos.

Reconozco que no tengo apenas seguidores y gran parte de las visitas que recibo se debe a que llegan por casualidad vagando por internet, y también sé que los que me leen a diario, que hasta donde yo sé son dos personas, tampoco esperan nada de mí. Mejor dicho, no me exigen nada, ya que implícitamente todos esperamos algo del resto de personas, para bien o para mal.

Os estaréis preguntando a dónde quiero llegar. Yo también. No creo saberlo, pero lo que sí sé es que, aunque piense que no hace falta pregonar a los cuatro vientos día sí, día también, que estás bien con alguien a tu lado, a veces surge una necesidad que va más allá y más lejos.

Quiero decir, a veces hay personas que nos asombran y nos fascinan. No son muchas, porque si lo fueran tendríamos un problema y seríamos fácilmente fascinables, y pronto correríamos el peligro de seguir a quien no debemos.  Pero estas personas tienen una serie de cualidades que nos ganan, sin más. A veces es la pizca de locura entre los mares de la razón, o la espontaneidad, o la inteligencia o simplemente la manera de hacer las cosas.

Pero a veces es mucho más sencillo, y se resume con una sonrisa.

Quiero añadir primeramente que cuando hablo de una sonrisa, no me refiero a unos labios en cierta posición, me refiero a todo lo demás, a eso que hay detrás, y que difícilmente comprendemos. A esa eternidad a la que me gusta referirme a veces. No son los ojos el espejo del alma, no siempre al menos, aunque creo que en mi caso sí. Pero algunas veces alguien sonríe, y tú te quedas mirando, y durante un instante lo comprendes todo porque no te planteas nada, no existe más mundo que aquel que se abre entre aquellos labios. Sólo besar aquellos labios es una delicia mayor que observarlos, y a veces, tengo que reconocer, que la felicidad que me reporta esa sonrisa es incluso superior a sus besos.

Y después viene todo lo demás. Como el mentón se curva de manera única, o la forma de levantar la mirada  y clavar tu pupila de azul y oro en mi pupila, y sentir como entonces soy yo el que sonríe sin poder apartar la vista de esa chica a apenas tres palmos de mí, que se ha convertido en la persona más importante de mi vida, y que tiene sentada en esa silla aquel aire mezcla de madurez y dulzura que he estado buscando. Y puedo haberla estado mirando durante todo el día, pero siempre hace un gesto que me hace querer mirarla más. Y puedo haber estado oliendo su fragancia a cada ráfaga de aire, pero su perfume siempre me transporta a lugares llenos de flores, como si fuese una eterna primavera. Y puede que hayamos estado hablando horas y horas, pero de repente, cuando menos me lo espero, levanta la mirada de su batido de chocolate, me mira y dice algo que me sorprende y conmueve por igual, y entonces tengo que apartar la mirada porque me siento superado por mis sentimientos, y comienzo a balbucear algo, y me doy cuenta de que esa chica que me mira desde menos de tres palmos de distancia es la única persona capaz de dejarme absolutamente sin palabras, y que lo hace cada vez más veces, sólo diciéndome lo que está pensando sobre mis ojos o sobre mí.

Decía que sé que no es necesario decir lo bien que estamos con alguien pregonándolo a los cuatro vientos, por eso quiero que se tenga en cuenta esto para entender por qué he escrito esta entrada, y lo que significa esa chica de corazón de oro y alma noble para mí.

Sinceramente espero que todas las personas puedan llegar a sentir la felicidad que siento yo en estos momentos, porque no se necesita nada más, es cuando comprendes la diferencia entre existir y vivir la vida.

Y yo no necesito nada más que a ti.





Jesus Burgos Lobo
Te quiero, Carli

jueves, 13 de septiembre de 2012

Día "D"

Y en buena parte podría ser D de Desastre.

Según ha ido pasando la mañana y nos hemos ido comiendo una restricción de cambio de tutorías grupales tras otra para conservar nuestro grupo de trabajo el día a ido a menos, y sinceramente, no tiene pinta de que vaya a mejorar, para nada.

Al menos me quedo con la parte positiva, las dos asignaturas de hoy, Dirección Comercial y Diseño Organizativo, en parte continuaciones de Marketing y Recursos Humanos, que tampoco son precisamente muy cercanas a mí, pues tienen mejor pinta de lo que podría parecer, en parte por los profesores. Claro que el que vino a presentarnos Dirección Comercial no era nuestro profesor titular, pero en fin, quiero pensar que van todos por el mismo camino y son agradables.

Sobre los apuntes de hoy, ya están pasados a limpio. Vale, han dado clase durante... treinta minutos cada uno, quizás menos, pero oye, ahí están, a ordenador ya e impresos. Debería, además, estar leyendo algo del primer libro que he comprado (de, seguramente, una lista de cinco), Introducción al marketing, para Dirección Comercial. Pero sinceramente estoy bastante cansadete, al fin y al cabo me he levantado a las seis y diez de la mañana, para que después se queje la gente de que duerme poco. Bueno, en realidad es probable que me ponga a ojearlo mientras espero una llamada, total, no tengo nada mejor que hacer y prefiero ir quitándome cosas para hacer de encima, como ya dije marketing no es una asignatura que me agrade demasiado (lo encuentro interesante, pero no es para mí), así que preferiría por ejemplo leer algo de Estados Financieros o Mercados e Instituciones Financieras, pero para eso habrá que esperar a la próxima semana.

Ah, y suerte a todos aquellos que han empezado sus clases hoy también.


Reflexión del día: si logro mantener este ritmo durante cuatro meses más me daré por satisfecho.






Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Pre-día "D"

Me acomodo en mi silla con un poco de dolor de espalda, lo justo y necesario, mientras miro el portatil y escribo en el netbook, uno detrás y el otro delante, cada cual a lo suyo.

Y nada especial. Supongo, o quiero suponer, que esta será la primera entrada del curso, que comienza para unos cuantos (incluído yo) mañana. Llevo parte de la tarde preparando cosas para los primeros días, y ya me he quedado sin folios. Y eso que no he sacado el primer supuesto práctico de una asignatura, más que nada porque consta de 40 hojas y oye, entre que desmoraliza y andaba algo escaso de folios (escaso = a menos de 200, así nos las gastamos), pues ahí quedó.

En realidad no desmoraliza demasiado, dado que es una asignatura que sé que voy a disfrutar muchísimo, más que nada porque es a lo que me gustaría dedicar en mi carrera profesional (al menos en parte). No es que tenga nada decidido, pero apunto maneras como quien dice. Tan pronto digo eso como que me dedico a hacer ganchillo, pero vamos, se entiende que forma parte de mis planes.

Planes, siempre con planes a vueltas. Es peligroso hacer planes. Cuantos menos hagas, más peligroso es, de hecho, porque después no se cumple y quedas decepcionado, deprimido y hundido, sin camino. Ahora, quien tiene quince planes sobre la mesa, improbablemente le ocurrirá tal cosa. Y sí, es posible eso, yo los tengo. No sé si quince, pero seguro que infinitos. Porque quien sea capaz de predecir el futuro que tire la primera piedra.

Es cierto que hay cosas a las que no queremos renunciar, a grandes metas, pero eso es tan cierto como que cualquier evento en nuestra vida puede hacer preguntarnos a nosotros mismos "¿para qué?" o "¿merece la pena?". Quiero decir, a mi me encantaría vivir un año aquí y otro allá, pero también tengo que decir que a veces por ciertas personas somos totalmente capaces de dejarlo todo a un lado y no arrepentirnos en absoluto.

También es cierto que hay cosas a las que no renunciaría, o digo ahora que no renunciaría a ellas. Tengo un... digamos miedo, a morir sin ser recordado. Es entre miedo y obsesión. Sí, la pregunta obvia es "¿qué coño te importa si estás muerto?", pero mi respuesta podría ser "menos me iba a importar si fuese inmortal". Es decir, ganarte tu lugar en la Historia es para mí (y para bastantes otros) lo mismo que ser inmortal. Dejar tu gran huella en el mundo. Por ejemplo, sé que nunca descubriré la cura del cáncer, pero sé que puedo contratar a los mejores investigadores del mundo para que lo hagan por mí. Sé que no puedo salvar a todos los niños hambrientos del mundo a base de azada y semilla, pero sé que puedo tener suficiente dinero para fertilizantes, mecanización y toneladas de alimentos.

Sinceramente, el que cree que el dinero no cambia nada es que jamás se ha parado a pensar las maravillas que puedes hacer con él. Puedes salvar vidas, millones de ellas, sólo con destinar parte de tu fortuna a ello. Puedes educar a medio mundo si inviertes en infraestructuras.

Puedes cambiar el mundo siendo lo suficientemente bueno.

Y ese es mi objetivo, ser lo suficientemente bueno para que cuando muera el mundo me llore, y mientras viva el mundo siga viviendo, viva más, mejor. Algunos tacharán de idealismo a esto, pero os aseguro que no tiene nada que ver con ello. Esto es una cuestión de ambición. Soy bajo, y los bajos somos ambiciosos por naturaleza. Pero, ¿quién dijo que la ambición tuviese que rivalizar con las buenas obras? El dinero todo lo vale cuando lo inviertes en personas, no en propiedades.

Por eso admiro y adoro al gran Duque de Osuna, Pedro el Grande, y por eso me gusta recordarlo y nombrarlo cada poco, porque él quiso ser inmortal, y sería injusto que el peso de los años terminase con las personas que se tienen ganado su lugar en la Historia.

Hay que ver, al principio dudaba que pudiese hacer una buena entrada y al final tenemos esto, no me quejo en absoluto.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

jueves, 6 de septiembre de 2012

#SiMañanaSeAcabaseElMundo

Hay un hagstag my curioso por twitter ahora mismo: #SiMañanaSeAcabaseElMundo.

Y lo es porque la mayoría de las personas que escriben en él hacen comentarios del tipo "te diría que te amé" y ese tipo de etcétera, y eso me ha dado a pensar lo tan sumamente estúpidos que somos.

Vivimos como si tuviésemos toda la eternidad para ello. No es que tengamos precisamente poca vida, pero así como que no quiere la cosa yo ya habré vivido cerca de 7665 días, que son 21 años. Son muchos y no tienen tanto de salvable en general. Por eso creo que los que dicen que hay que vivir como si fuese nuestro último día tienen razón, al menos en parte.

Y la parte en la cuál recae su razón es en aquella que hoy todavía te haría plantar un árbol. Es esa parte que también nos puede invitar a hacer locuras. Seamos serios, si mañana se terminase el mundo hoy no estaría aquí escribiendo una entrada para el blog. ¿Debería por eso dejar de escribir y dedicarme a hacer sólo las cosas que quiero hacer? No, pero hay que quedarse con parte de la copla.

Si mañana se acabase el mundo, yo hoy no me lamentaría de nada. Posiblemente maldeciría mi suerte al pensar en que cuando por una vez encuentras a alguien que te quiere y que te comprende sea para tan poco tiempo, pero no podría realmente arrepentirme de cosas que no haya hecho. Bueno, de alguna siempre sí, pero con carácter general no. ¿Pero no querría haber hecho más cosas? Claro que sí.

Por eso decía antes que no somos eternos y que vivimos como si lo fuésemos. Tiramos muchos días a la basura como si realmente pudiésemos permitírnoslo, pero lo cierto es que llegará un momento en que nos preguntaremos que hemos hecho en nuestra vida, y la respuesta puede ser que poca cosa.

La solución es la locura. No pienses en que te da vergüenza, simplemente hazlo. Lo único que es vergonzoso es perderse lo bueno de la vida porque no queremos arriesgar. Arriesgar es lo único que nos queda, es la única manera de conseguir ganar algo. Y cuando termines ganando, sabrás que habra merecido la pena.

Hoy cierro con dos frases:


«Vale más hacer y arrepentirse que no hacer y arrepentirse», Nicolás Maquiavelo.

«Esa es la idea, ¿no? Que en todo lo que hagamos haya una pizca de locura», Carli.

Y me gusta bastante más la segunda que la primera.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 5 de septiembre de 2012

"Y después, sonreír"

Despertarse un día y comprender que la eternidad queda reducida a un beso, a una caricia, a una mirada, y sentir que no necesitas nada más que la eternidad para seguir adelante. Eso es lo que yo llamo simplificar la realidad a la más dulce y mundana expresión, a nosotros mismos y nuestros sentimientos, que lo son todo. Reexpresarlo todo en clave de calor, de latido, de complicidad. Y después, sonreír.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis