"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


viernes, 31 de mayo de 2013

Profesores que corrigen en dos semanas...

(Aviso a posteriori: ideas un poco entremezcladas y sin ordenar)

Hablemos de eficiencia, ese pesado término que nos quieren imponer a todos desde Alemania. Podría, probablemente, soltar un coñazo bastante largo y técnico al respecto y después decantarme por una idea final para cerrar el texto, pero me gusta empezar las cosas por el final:

La eficiencia es la clave.

La eficiencia, de hecho, lo es todo. Ojo, que tiene muchos matices y prejuicios por el medio. Voy a ir al grano para hacer esto súper compacto: me da exactamente cuánto gane una persona. Así es, me da igual pagar 100.000€ al año a un trabajador, mientras produzca más de lo que gasta. Imaginemos que tengo dos ejemplos, uno con ese trabajador que produce por valor de 200.000€ (es decir, un beneficio para la empresa de 100.000€), y 200 trabajadores que cobran 500€ y producen por valor de 600€ cada uno de ellos. Si sumamos eso nos da un gasto de personal de 100.000€ y producen por valor de 120.000€, es decir, nos producen una plusvalía de 20.000€, cinco veces menos que el único trabajador. Podemos meterle matices por arriba y por abajo, claro, pero la idea es, paga bien y recibirás más.

La idea se fundamenta en los siguiente. Si yo pago a mis trabajadores 500€ a mitad de mes estarán con las cabezas locas pensando en como van a pagar el alquiler, la letra del coche, la comida, la comunidad, la luz, etc etc. Básicamente, no van a producir una mierda porque están demasiado preocupados (como es obvio). Si pago a esos mismos trabajadores 2.000€, no tienen de qué preocuparse (todos los matices que se quieran, pero se entiende la idea), y seguirán produciendo felizmente durante todo el mes, y serán felices y no se preocuparán y tendremos todos una buena relación.

Son dos ideas juntas pero bueno. Por un lado la idea de que salarios bajos sólo conlleva baja productividad, conflictividad, absentismo, deserciones y robos en la empresa. La otra idea, el salario es irrelevante, lo que importa es la relación con lo que el trabajador me genera.

Por eso decía en Facebook que no deberían cobrar lo mismo dos profesores que corrigen a diferente ritmo, porque el producto (nota del examen) llega al consumidor (el alumno) y este lo percibe más positivamente cuanto antes llegue. Si fuésemos capaces de medir la "felicidad" (económicamente: utilidad) que nos reporta, seremos más "felices" con el profesor que corrige antes, y por tanto, debería ser pagado mejor.



Matices y rollos varios para gente que sepa más de economía y se quiera liar la cabeza, no hace falta leer: sí, es cierto que si pagamos más a quien antes corrija vamos a tener a todos los profesores leyendo por alto y puntuando como vean los exámenes y van a hacerlo todo mal (como suele pasar en una cadena de montaje si das incentivos al volumen de producción), eso es un posible error aunque salvable probablemente. También existen muchos problemas con los salarios, ya que los CLU (Costes Laborales Unitarios) son diferentes al propio salario, pero dependen directamente de la eficiencia.Los conflictos trabajador-empresa, trabajador-trabajador y empresa-sindicatos son mayores a mayor número de trabajadores con salarios menores, por tanto eso apoya la idea de mantener salarios altos y fuertes. ¿Matiz? No deben seguir los convenios sindicales, porque la empresa tiene que ser capaz de "girar a suficiente velocidad", es decir, poder bajar el salario fuertemente en época de crisis, así como retribuir a los trabajadores con parte del beneficio si este ha sido muy excelente en los mejores años. De todas formas, si cobran 2.000€ pueden soportar bajadas salariales del 50% con total tranquilidad, lo que da mucho margen de maniobra a la empresa.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 6 de mayo de 2013

Delenda est

Nos equivocamos. Lo hacemos continuamente y lo llevamos haciendo desde que la ambición se coló en nuestro ADN. Lo haremos hasta que rompamos el modelo que nosotros hemos creado.

Porque, en definitiva, la sociedad se rompe. Bueno, no "se rompe", la rompemos. Somos unos aceleracionistas, avanzamos sin tratar de reparar los errores que vamos creando, porque el logro está adelante. En definitiva, la sociedad se agrieta porque es nuestra naturaleza, porque nos rodeamos de cosas superfluas y cada vez es más complicado ver las que realmente importan, se hacen indistinguibles o las rechazamos por otras superfluas. Porque en general vagamos sin rumbo, y vivimos como si fuésemos eternos.

No lo somos.

Ni debemos serlo, y la adquisición de bienes e incluso de conocimientos es superflua porque el ser humano no necesita de nada de eso. Nos hemos creado necesidades de ese tipo para explicar nuestra existencia, porque necesitamos explicar por qué vivimos. Lo que necesita(mos) es sentarse y señalar las cosas importantes, y darse cuenta de que a muchas de ellas jamás podrá aspirar, y defender las pocas que sí. Pero es imposible que haga esto, que lo hagamos ninguno de nosotros, porque somos parte de un engranaje de una máquina obsoleta. Porque giramos por inercia mucho más rápido de lo que deberíamos, y muchas partes han perdido su seña de identidad, y es confuso poder decir qué mueve qué, o en qué se diferencia esto de aquello.

Porque hay vías que nunca podremos seguir, ni vidas que nunca viviremos.

Nos equivocamos, continuamente, pero tratamos con todas las fuerzas de que parezca que no, hasta el punto de que hemos hecho que muchas necesidades superfluas se graben en nuestra cabeza y pensemos que son vitales. Y realmente las hagamos vitales. Y tratemos de lograrlas durante toda la vida, como si ese lapso de tiempo fuese infinito. Pero es infinitamente más pequeño de lo que creemos.

Necesitamos trabajar en nosotros mismos. Si cada uno de nosotros invirtiese el próximo año de su vida en tratar de ser feliz saldríamos de la crisis ya. Y no me refiero a la económica, que es la de menos. La mayor crisis que llevamos arrastrando desde siempre es la crisis de identidad de la sociedad.

A todos nos vendría bien que alguien nos recordase que, tarde o temprano, moriremos, que no somos eternos. Memento mori.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis