"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


martes, 31 de diciembre de 2013

31 de diciembre de 2013

Reclinarse y pensar en los 364 días pasados es, a mi entender, una ardua tarea. Por estas fechas siempre toca despedir el año, o jubilarlo, o enviarlo de vacaciones a Haití, lo que sea. Lo que es cierto, es que no va a volver, 2013 está acabado y agotado. Pero cuando reclinarte y pensar en esos otros 364 días se vuelve difícil, ya sabes de qué tipo ha sido el año que ha cerrado.

Ha sido de esos años que se dejan vivir, o querer. Se dejan, en definitiva. No es que sean facilones, pero pronto, con un poco de colegueo, te llevas bien con él. No mentiré diciendo que son de esos que cuesta despedirlo, pero, al hacerlo, se te queda una sonrisa en los labios, como un recuerdo, ahí plasmada. No ha sido un año fácil, no creo que haya ningún año fácil, pero ha sido un buen año, que dejará una gran cosecha. Lo despides a un paso entre el siembra y recogerás y el no llores porque terminó, sonríe porque sucedió. Incluso quizás con tintes de progreso, de aquellos que dicen que no es posible avanzar si no se mira lejos ni se piensa en grande.

2013 es, de hecho, una mezcla con buen sabor. Cada uno se puede amargar con lo que quiera, porque siempre existen recuerdos para amargarse, por supuesto. Pero es impresionante los buenos recuerdos que ha logrado dejar. Estamos un paso más allá, siempre más allá y más lejos. Siempre más fuertes, y siempre nosotros. Y siempre habiendo aprendido, más sabios quizás, pero seguro que más perspicaces. Estamos preparados para todo, porque años como este nos permiten saber por qué luchar y tener ganas de hacerlo. Son años fuertes, que construyen más que destruyen y que terminan bien, como en los cuentos de hadas, con un beso a la princesa.

Y es que años como este no cuesta nada despedirlos, son geniales. Quedan en el recuerdo. Merecen la pena. De alguna manera el main course de la Universidad ya ha pasado, y solo queda para mí el postre y, como mucho, la sobremesa. Me siento, por ello, fuerte y con ganas. Tengo momentum, o empuje, o llámese como se quiera, porque cuando te apoyas en años como este es muy fácil tenerlo. Sí, no tiene por tanto ningún mérito ser fuerte cuando el año es fuerte, pero sí lo tiene el fortalecerse para el nuevo año. Yo ya miro al 2014, mientras brindo a la salud de este año que ya vence.

A este año le quedan menos de 24 horas, y quizás él no quiera reflexiones, porque está orgulloso de lo que ha logrado. Pero es un año que merece la pena tener ahí presente, comentarlo, señalarlo. Porque gracias a estos años me siento un paso más cerca de mis objetivos, como todos vosotros.

Y no quiero cerrar este año sin despedirme con aquella vieja copla que recitaba de vez en cuando hace ya bastantes años:

Por los que están, estuvieron y nunca estarán.


Feliz 2014


Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 10 de diciembre de 2013

Los jóvenes marcamos el ritmo

Hablaba esta tarde con Carli sobre qué hacer o dejar de hacer una vez que nos hayamos graduado (muy mal se nos tiene que dar para que no sea este año), y sobre todo tratábamos de marcar directrices sobre una hoja de ruta inexistente: máster sí/no, idiomas cuándo, trabajo cómo. Y de esa conversación se deriva el pensamiento que traigo, eso de que los jóvenes marcamos el ritmo.

Marcamos, de hecho, muchos ritmos, pero en este caso me refiero al laboral. Voy a recalcar antes de continuar que soy idealista y orgulloso, y que no se nos olvide esto según avanzamos porque es lo principal del razonamiento.

Pues bien, me niego a trabajar por 600€ al mes (brutos) en un trabajo cualquiera. "Ya pero es que", "cómo están las cosas", "ojala pudiera" y toda esa verborrea, nos la guardamos. Yo, caballeros, no valgo 600€ al mes. No me importa alquilarme (aunque prefiero poseerme, por eso lo de montar una empresa), pero quiero una buena retribución. Alguno dirá que voy de sobrado, pero muchas (bueno, algunas) de las personas que conozco tampoco valen 600€ al mes (os sorprendería escuchar que sería como decir que vuestra vida vale unos 120.000€, toda ella, con estimaciones muy rápidas). Lo dicho, me alquilo a un precio de acuerdo a lo que ofrezco. Este verano, durante las prácticas de Liberbank, el Departamento de Publicidad quedó encantado con mi trabajo, propuse bastantes ideas nuevas, les dí cosas para pensar y en general tiré como el mejor, como si me fuese un ascenso en ello, porque así trabajo yo (y no, no exagero porque me lo dijeron en varias ocasiones). Y además, en dinero, no cobre absolutamente nada. ¿Lleva la contraria a mi razonamiento? En absoluto, tengo 12 créditos (el equivalente a 2 asignaturas) con un 10 de nota, además de todo el conocimiento que logré guardar y los nombres de proveedores que recuerdo. Es decir, me cobré a buen precio las prácticas.

Por eso digo, ¿600€ al mes? Solo diré sí si me ofreces un puesto al lado de un asesor de Fusiones y Adquisiciones, un operador bursátil o un analista fundamental, o algo similar, algo de lo que realmente pueda aprender a muerte para superarlos a todos porque adore lo que esté haciendo. Porque cuando trabajas donde realmente quieres te vuelves un ser impresionante, y lo que haces lo haces con satisfacción, y alguien que trabaja con gusto en lo que hace siempre, SIEMPRE, va a superar a alguien que trabaja solo por tener un trabajo y cobrar a fin de mes.

Y por eso digo que los jóvenes marcamos el ritmo. No le digáis todos sí a todo. Algunos de vosotros no valéis eso. Desde un punto de vista de analista fundamental, estáis regalando dinero, y yo al menos detesto perder dinero porque sí. Por eso no le tengo miedo a montar una empresa, y por eso invierto en bolsa. Si he de perder dinero, quiero perderlo por mis propias decisiones, porque soy dueño de mis circunstancias también, no por comisiones e inflación. Por eso nunca compro fondos de inversión hechos por y para inútiles, ni tampoco renta fija que ni cubre la inflación esperada. Porque uno debe ser dueño de sus propias decisiones, de sus ganancias y de sus pérdidas, y de estas últimas será de las que más aprenda.

Porque en definitiva, la mayoría estáis vendiendo vuestra capacidad de saber qué es equivocarse, qué significa acertar, qué se gana y qué se pierde. Simplemente ejecutáis, un día tras otro.

Porque yo soy yo y mis circunstancias, y si no las controlo a ellas, no me controlo a mí.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Los Cuatro Clásicos

No por nada mis cuatro libros favoritos son, de hecho, cuatro grandes clásicos: ninguno de ellos son literatura per sé. Hablemos de ensayos.

Creo que la gente que me conoce puede hacerse una idea de los cuatro libros que podrían ser. Bueno, en realidad más bien la gente que me conoce podría decir "ah claro" cuando lea los títulos de los cuatro libros. No se trata de adivinar, sino comprender. Y comenzaré a hablar por el libro "menos relevante", aunque en verdad podría ser el mejor y más concreto.

Se trata de «Las 36 estrategias chinas» (alguien ha dicho "ah claro"). La razón por la cual me gusta este libro es porque resume en 36 estrategias las grandes líneas de comportamiento que pueden llevarse en ciertas situaciones y, de hecho, lo hace con ejemplos. Al menos mi versión está bien ilustrada con ejemplos sobre todas ellas. Si algo tengo que decir de este libro es que llegó a mis manos "de forma tardía" (es decir, sobre los 17 intuyo), cuando ya tenía una cierta línea de pensamiento montada. Es decir, no aportó gran cosa, pero sin duda es un libro al que me gusta acudir de vez en cuando (aunque sea rara vez en comparación con los otros tres clásicos).

El siguiente, «El libro del Tao» de Lao-Tse. Lo escribo de esta manera porque es como está en mi versión, que por cierto era una por fascículos, y este libro venía junto con «El libro de las mutaciones», que sería mi quinto clásico si no fuera porque se basa en un libro sobre la adivinación principalmente. De todas formas, la primera vez que leí este libro debió ser con 14 años y me pareció... iba a utilizar una palabra, sensacional, o mágico, pero parece algo absurdo hacerlo de esta manera. Digamos que lo que aprendí la primera vez que lo leí fue a pensar de otra manera, que muchas cosas no hubiesen sido así si no lo hubiese leído. Digamos que es un libro que me construyó en su momento. Digamos que fue clave. En realidad el libro es difícil y muy ambiguo o vago, y lo correcto sería leerse interpretaciones sobre el libro. Pero yo quería la esencia en sí misma, quería entender esas palabras, no las interpretaciones que le dieran otros. Y, de hecho, todavía el año pasado recuerdo haber llegado a la conclusión de que por fin comprendía uno de sus pasajes. Un libro en el que tardas más de seis años en comprenderlo debe ser un buen libro.

Los dos siguientes, y han de ir juntos ya que son "primera y segunda parte" (con muchos matices), son «El Arte de la Guerra» y «El Arte de la Guerra II», de Sun Tzu y Sun Bin respectivamente. Del segundo diré que apenas lo he leído una vez y tengo pendiente volver a leerlo (es un libro que tiene pasajes perdidos). Pero sobre el primero, el de Sun Tzu, qué puedo decir. Leo pasajes al menos una vez al mes, prácticamente todos los meses desde hace muchos años (probablemente de cuando tenía 14 años o incluso menos). El libro es atemporal, así lo demuestra que se haya usado efectivamente en tácticas de guerra hasta Mao Zedong (o Tse Tung, depende de la traducción), que era un lector nato de este manuscrito e incluso lo comentó. Por supuesto los principios de este libro no se han quedado en Mao, simplemente lo cito porque él lo leía continuamente y era un gran estratega (no conozco los por menores de toda la guerra civil china de Mao contra el Kuomintang, pero Mao Zedong llevó a cabo la estrategia de retirarse durante 10.000 kilómetros de forma satisfactoria [la estrategia de retirarse no es salir corriendo, es mucho más compleja]). Lo que enseña el Arte de la Guerra es pan de cada día en el mundo de los negocios. Esto es así de forma tan directa que todos los libros contemporáneos sobre estrategia empresarial vienen de este libro, aunque muchos ni lo sepan. Todavía el otro día en la tremendamente aburrida clase de Análisis Competitivo de la Empresa (que creí que daría estrategia de verdad y resulta que es un mal resumen de dos asignaturas menores), se nombró a un general griego que puso un acantilado a sus espaldas para que sus hombres luchasen hasta la muerte y vencer la batalla. Me dio bastante pena que eso quedase así, sin más, que ni siquiera se nombrase a Sun Tzu, que te diría: "En terreno mortal, lucha". O haber hablado sobre que se trata de una estrategia a la desesperada, o haber dicho el ejemplo del general chino que dio un gran desayuno a sus soldados y ordenó a esos romper las marmitas después porque sabían que no iban a estar vivos para volver a desayunar, y venció. O incluso cuando el gran Zhuge Liang, con 2.500 soldados, abrió las puertas de la ciudad donde se encontraba de par en par para que el enemigo creyese que se trataba de una trampa, y así hacer huir a un ejército de 150.000 hombres. Sí, esta estrategia no es exactamente la misma, pero se basa en que son estrategias para cuando la situación es desesperada, se trata de usar nuestra última bala y jugar con la psicología y la moral, ya que la fuera per sé no sirve.

En definitiva, y ya torciendo un poco el camino de la entrada, me da bastante pena que en carreras donde podemos (y debemos) aplicar tan directamente un clásico como es el Arte de la Guerra ni siquiera se estudie, y tampoco se conozca ni el libro ni tampoco la relación de todas las asignaturas de estrategia con él. No sólo de estrategia de hecho, ya que buena parte del libro habla de recursos humanos, de las características de un buen líder, y también de cómo proceder en ciertas situaciones. Con esto, con el cómo proceder, cierro la entrada, citando así el pasaje que probablemente sea mi favorito y que resume de forma clara aquello que muchas veces parece evidente, pero que en nuestra vida olvidamos una y otra vez:

«Hay caminos que no se deben recorrer, tropas a las que no hay que atacar, ciudades que no se deben sitiar, terrenos que no hay que disputarse», Sun Tzu



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 4 de junio de 2013

Comentarios de vacaciones: toma I

Ordenador VAIO delante de mí, donde escribo. Sobre él,  una pantalla Acer de varios años que la uso como pantalla de apoyo de vez en cuando, cumple sus funciones perfectamente. A la izquierda, sobre una cajonera alta con rueditas, mi antiguo Packard Bell, con la música puesta: It’s Been So Long, de Horrorpops, aunque ando cambiando entre esta y Undefeated. Se acercan las doce de la noche, el cuerpo me pide salir pero todavía es lunes, primer lunes de vacaciones y ya estoy perdidísimo.
De cualquier manera, me dedico a trabajar en esto. Un pequeño libro, como otros miles que he comenzado, que viene a ser un diario, una autobiografía más bien: tomo uno. Recuerdo que las veces que he comenzado a escribir algo así, bajo diversos títulos y por diversos motivos, siempre comenzaba explicando durante páginas y páginas la situación actual, o de dónde venía, o quién era. Pero ahora me parece un absurdo, no tiene la menor relevancia hacerlo, sencillamente creo que es importante sencillamente hablar, narrar, contar, pensar, soñar, lo que sea, pero sin límites.
Sin límites… es el lema que más trato de grabarme a fuego porque es el que más incumplo. Vivimos de nuestros límites. No, más bien morimos por nuestros límites. La vida es, de hecho, una perfecta libertad en la cual tratamos de ponernos el mayor número de trabas de forma inconsciente. No se puede hacer, no sé hacerlo, es que yo, pensé que, etc. Tonterías. Más de una vez he defendido mis teorías sobre lo bonito que sería el mundo si cada uno de nosotros tratásemos de mejorar en exclusiva la vida de un pequeño número de personas a nuestro alrededor, pero creo que este caso se puede particularizar a nosotros mismos: muchos de nosotros haríamos del mundo un lugar mejor si invirtiésemos más tiempo en nosotros, en saber qué queremos hacer y hacerlo, independientemente de nuestras cualidades, capacidades o pensamientos del resto de la gente. Trabajar en nosotros también. Esto puede ser una evidencia para muchas personas pero no lo es para mí. Hagamos una analogía, si yo fuese un país exportaría todos los bienes y las personas que vivieran en él serían pobres, sólo podrían vivir de las importaciones, pero no siempre el resto de personas producen lo que tú deseas consumir. Y a la larga, se quiebra. Más de una vez, como todo el mundo, me he declarado en quiebra y he tenido que reorganizarme, con mayor o menor éxito, pero siempre con la regla de exportar primero. ¿Por qué? Bueno, es mi naturaleza. Me recuerda a esa historia del escorpión y el sapo, en la cual el escorpión convence al sapo de que no le va a picar y le ayude a cruzar un lago y el sapo accede, y a mitad de camino el escorpión le pica. No es culpa suya, es su naturaleza. En parte, estoy totalmente de acuerdo. Hay muchas partes de mí que forman un núcleo duro. Pero en parte también creo que puedo excluir lo que desee del núcleo duro, y puedo cambiar cuanto desee, porque vivo de la adaptabilidad, que no deja de ser una faceta importante para lograr la invencibilidad (aunque probablemente sea la peor faceta para conseguirla). Lo digo porque me he visto cambiar, y porque marco etapas, marco objetivos, cumplo metas como todos los demás. Me despojo de lo que no sirve y adopto lo que puede ser correcto. No lo suficientemente bien, ni lo suficientemente rápido, pero lo hago. Conozco personas que no han cambiado gran cosa con el paso de los años, y eso tendría un punto de envidiable si no fuese porque su posición está equivocada. También conozco mucha gente que ha cambiado, y cualquier cambio es bueno porque representa una nueva fase, un paso hacia donde quiera que se esté yendo, representa movilidad y eso es loable. También yo he cambiado, y también yo he mantenido bases. Me he sorprendido a mí mismo haciendo cosas que nunca creí que tuviese el valor de hacer, y al fin y al cabo, si hago memoria rápidamente, no hay una sola vez en la cual haya cambiado y no haya recibido una recompensa por ello. Cambiar, y saber cambiar, es algo único. Reforjarnos, incluir mejores metales, incluir nuevos conceptos, hacerlo con nuevas técnicas.
Pero en definitiva también es muy cierto que mis cambios suelen provenir de largas etapas de inversión o de quiebras. Cambiar, en mi caso atreverse a ello, es caro, incluso aunque estemos 100% asegurados y avalados. Pero saberlo es positivo, porque saber qué errores se cometen siempre ayuda a poder subsanarlos. No necesito proseguir con los cambios realmente, necesito cambiar la actitud, y a pasos agigantados. A veces me sorprendo a mí mismo para bien, y normalmente para mal porque soy exigente con esta faceta mía. Supongo que si hace cinco años me hubiese preocupado por el largo plazo hoy en día el discurso sería otro y podría preocuparme de fracasar o quedar en ridículo sin problemas, pero imagino que si hace cinco años hubiese pensado eso hoy no sería quien soy ni estaría donde estoy, y me gusta ser quien soy estando donde estoy. Adoro estar donde estoy, con quien estoy. Eso no quita que, para mi próximo plan quinquenal, cuente con muchas inversiones mayores de las que he llevado a cabo hasta ahora, y baraje muchos cambios a nivel de mi yo interior a corto. Probablemente cualquier cambio que trate de llevar a cabo en el corto plazo termine en nada y tire el esfuerzo por la ventana, pero mientras recuerde estas líneas y todo aquello que me gustaría hacer pero no hago por esos límites que me autoimpongo, esos límites de los que hablaba en el inicio de este escrito, mientras recuerde todo eso seguiré tratando de aumentar el empuje hacia donde sé que debo tirar, eso no lo puede cambiar nada ni nadie, y menos aun cuando sabes que todo son ventajas y recompensas cuando acometas ciertos cambios.
Podría seguir hablando sobre el tema, pero no creo que quede mucha gente leyendo esto a estas alturas, y si se quiere saber más se deberá esperar a la próxima entrega.




Jesus Burgos Lobo

Semper Fidelis

lunes, 3 de junio de 2013

Nice try

Lunes, 15:01 del 3 de junio. Vacaciones.

No sabía muy bien cómo empezar esta entrada y, de hecho, ni siquiera sé que voy a contar en ella. Al menos sabía que quería escribir algo. De hecho, tenía escrito algo de ayer por la noche pero creo que voy a esperar para publicarlo un tiempo, vamos, que igual lo publico mañana o igual nunca, pero que nunca se sabe.

En cualquier caso: planes planes. Eso es lo que necesito ahora para no aburrirme. Tengo bastantes cosas para hacer no obstante, ando trabajando en un par de cosinas y me gustaría volver a cogerme el libro de japonés (también de italiano, francés e inglés) y darme a ello un tanto. Y hablando de libros tengo un par de ellos por aquí a los que echarle mano (financieros) y otros dos o tres (literarios) que debería retomar.

También me gustaría volver a eso de una entrada diaria como antes, si no es hablando de esto pues de aquello o lo de más allá, es irrelevante con tal de escribir un rato. Había pensado en volver a mi práctica de varios blogs, teniendo este para mis cosas, uno especial para cosas financieras y económicas (que probablemente lo haga porque estoy pensando ahora mismo que puede ser una buena idea, con título y todo en mente) y quizás otro general pero hablando sobre algún tema del que no tenga ni idea pero quiera aprender, tipo tecnología/juegos/moda/whatever. Es más, quizás lo que haga sea mantener ese blog con apoyo de otra gente, no sé, pienso que estaría bien aunque todo sería hablarlo y demás.

De todas formas al menos creo que voy a abrir un nuevo blog para compaginarlo con este. No creo que tenga mucho interés del público pero oye, nunca se sabe y a mí me gustaría llevarlo, además así evito que este se llene de cositas financieras y económicas como ha ocurrido mayormente en las últimas entradas. Este igual lo reconvertiría a un poco "mis cosas", tipo hablar de mi (hola, rinconcito para el ego) o de poesía o algo así. Para entendernos, tipo contar mi vida (o como mucho añadir cosas filosóficas), y el resto al segundo blog.

Es gracioso, y comienzo a contar mi vida, como me emociono cada vez que voy a empezar algo nuevo o tengo una idea o algo así. Mira que es solo (nota mental: "solo" aunque equivale a solamente no lleva acento desde hace años) abrir un blog, pero yo contento y emocionado al respecto.

Creo que lo mejor va a ser por ahora dar carpetazo a la actualización y ponerme a preparar el otro blog, y si me gusta pues colocar una primera entrada para presentarlo o algo así. Como sea, nos vemos en la siguiente.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 31 de mayo de 2013

Profesores que corrigen en dos semanas...

(Aviso a posteriori: ideas un poco entremezcladas y sin ordenar)

Hablemos de eficiencia, ese pesado término que nos quieren imponer a todos desde Alemania. Podría, probablemente, soltar un coñazo bastante largo y técnico al respecto y después decantarme por una idea final para cerrar el texto, pero me gusta empezar las cosas por el final:

La eficiencia es la clave.

La eficiencia, de hecho, lo es todo. Ojo, que tiene muchos matices y prejuicios por el medio. Voy a ir al grano para hacer esto súper compacto: me da exactamente cuánto gane una persona. Así es, me da igual pagar 100.000€ al año a un trabajador, mientras produzca más de lo que gasta. Imaginemos que tengo dos ejemplos, uno con ese trabajador que produce por valor de 200.000€ (es decir, un beneficio para la empresa de 100.000€), y 200 trabajadores que cobran 500€ y producen por valor de 600€ cada uno de ellos. Si sumamos eso nos da un gasto de personal de 100.000€ y producen por valor de 120.000€, es decir, nos producen una plusvalía de 20.000€, cinco veces menos que el único trabajador. Podemos meterle matices por arriba y por abajo, claro, pero la idea es, paga bien y recibirás más.

La idea se fundamenta en los siguiente. Si yo pago a mis trabajadores 500€ a mitad de mes estarán con las cabezas locas pensando en como van a pagar el alquiler, la letra del coche, la comida, la comunidad, la luz, etc etc. Básicamente, no van a producir una mierda porque están demasiado preocupados (como es obvio). Si pago a esos mismos trabajadores 2.000€, no tienen de qué preocuparse (todos los matices que se quieran, pero se entiende la idea), y seguirán produciendo felizmente durante todo el mes, y serán felices y no se preocuparán y tendremos todos una buena relación.

Son dos ideas juntas pero bueno. Por un lado la idea de que salarios bajos sólo conlleva baja productividad, conflictividad, absentismo, deserciones y robos en la empresa. La otra idea, el salario es irrelevante, lo que importa es la relación con lo que el trabajador me genera.

Por eso decía en Facebook que no deberían cobrar lo mismo dos profesores que corrigen a diferente ritmo, porque el producto (nota del examen) llega al consumidor (el alumno) y este lo percibe más positivamente cuanto antes llegue. Si fuésemos capaces de medir la "felicidad" (económicamente: utilidad) que nos reporta, seremos más "felices" con el profesor que corrige antes, y por tanto, debería ser pagado mejor.



Matices y rollos varios para gente que sepa más de economía y se quiera liar la cabeza, no hace falta leer: sí, es cierto que si pagamos más a quien antes corrija vamos a tener a todos los profesores leyendo por alto y puntuando como vean los exámenes y van a hacerlo todo mal (como suele pasar en una cadena de montaje si das incentivos al volumen de producción), eso es un posible error aunque salvable probablemente. También existen muchos problemas con los salarios, ya que los CLU (Costes Laborales Unitarios) son diferentes al propio salario, pero dependen directamente de la eficiencia.Los conflictos trabajador-empresa, trabajador-trabajador y empresa-sindicatos son mayores a mayor número de trabajadores con salarios menores, por tanto eso apoya la idea de mantener salarios altos y fuertes. ¿Matiz? No deben seguir los convenios sindicales, porque la empresa tiene que ser capaz de "girar a suficiente velocidad", es decir, poder bajar el salario fuertemente en época de crisis, así como retribuir a los trabajadores con parte del beneficio si este ha sido muy excelente en los mejores años. De todas formas, si cobran 2.000€ pueden soportar bajadas salariales del 50% con total tranquilidad, lo que da mucho margen de maniobra a la empresa.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

lunes, 6 de mayo de 2013

Delenda est

Nos equivocamos. Lo hacemos continuamente y lo llevamos haciendo desde que la ambición se coló en nuestro ADN. Lo haremos hasta que rompamos el modelo que nosotros hemos creado.

Porque, en definitiva, la sociedad se rompe. Bueno, no "se rompe", la rompemos. Somos unos aceleracionistas, avanzamos sin tratar de reparar los errores que vamos creando, porque el logro está adelante. En definitiva, la sociedad se agrieta porque es nuestra naturaleza, porque nos rodeamos de cosas superfluas y cada vez es más complicado ver las que realmente importan, se hacen indistinguibles o las rechazamos por otras superfluas. Porque en general vagamos sin rumbo, y vivimos como si fuésemos eternos.

No lo somos.

Ni debemos serlo, y la adquisición de bienes e incluso de conocimientos es superflua porque el ser humano no necesita de nada de eso. Nos hemos creado necesidades de ese tipo para explicar nuestra existencia, porque necesitamos explicar por qué vivimos. Lo que necesita(mos) es sentarse y señalar las cosas importantes, y darse cuenta de que a muchas de ellas jamás podrá aspirar, y defender las pocas que sí. Pero es imposible que haga esto, que lo hagamos ninguno de nosotros, porque somos parte de un engranaje de una máquina obsoleta. Porque giramos por inercia mucho más rápido de lo que deberíamos, y muchas partes han perdido su seña de identidad, y es confuso poder decir qué mueve qué, o en qué se diferencia esto de aquello.

Porque hay vías que nunca podremos seguir, ni vidas que nunca viviremos.

Nos equivocamos, continuamente, pero tratamos con todas las fuerzas de que parezca que no, hasta el punto de que hemos hecho que muchas necesidades superfluas se graben en nuestra cabeza y pensemos que son vitales. Y realmente las hagamos vitales. Y tratemos de lograrlas durante toda la vida, como si ese lapso de tiempo fuese infinito. Pero es infinitamente más pequeño de lo que creemos.

Necesitamos trabajar en nosotros mismos. Si cada uno de nosotros invirtiese el próximo año de su vida en tratar de ser feliz saldríamos de la crisis ya. Y no me refiero a la económica, que es la de menos. La mayor crisis que llevamos arrastrando desde siempre es la crisis de identidad de la sociedad.

A todos nos vendría bien que alguien nos recordase que, tarde o temprano, moriremos, que no somos eternos. Memento mori.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

sábado, 13 de abril de 2013

"La Regla del 10%" o "La exclusión de los extremos"

No sé si he hablado en alguna ocasión de lo que llamo "la regla del 10%", que he aprendido de un vídeo sobre el grupo Irizar (un grupo de montaje de autobuses, aunque me temo que no recuerdo ni link ni conferenciante) y de la cual ya había oído hablar en primero de carrera estudiando sociología. Esta regla viene a decir que siempre hay un 10% (es un número "cualquiera", no necesariamente es un 10%) que está en contra de todo, y hay un homólogo al otro lado que siempre está a favor de todo.

Se basa en lo que vemos en el dibujo, hay dos minorías, que son las colas, es decir, los extremos, y después está el centro con la mayoría de los casos. No sólo sirve para decir "a favor-en contra", sino que es la regla "normal" de distribución de casos: la mayoría de las notas tienden a un valor central, la mayoría de los salarios tienden a un salario medio, etc. Pero ocurre que, particularizada al modelo "a favor-en contra", nos dice algo muy importante: excluye a los extremos.

Me explico. Imaginemos que el gráfico anterior mide el apoyo de la sociedad a cierta medida X aplicada por el Gobierno Y, en tanto que la escala va de -10 a 10. Si entendemos que la medida deja a la sociedad dividida tendremos que esa distribución tiende a un valor 0, que deja el mismo número de a favores y en contras a un lado y a otro. Pero supongamos que antes de aplicarla tenemos que convencer a la gente de que esté a favor de ella, negociar y ver qué ven mal, entonces debemos coger los casos que han votado negativo a la aplicación de dicha medida, pero excluyendo los que están más allá de esa línea roja que marca ese 10%. ¿Por qué? Bueno, porque nunca jamás vas a convencerlos, independientemente de la medida y las negociaciones. Y esto ocurre siempre que se hace algo, independientemente de lo que sea y dónde estés. Entonces, ¿cómo se debe proceder para aplicar algo? O dicho de otro modo, ¿cuándo sabemos que hemos logrado mayor apoyo en nuestra medida? Pues sencillamente mirando el valor medio. En el ejemplo anterior era 0, pero imaginemos lo siguiente:


Donde la parte amarilla era la anteriormente marcada como el 10% (olvidémonos del 0 y la x del dibujo, está sacado de internet, el 0 debería estar en medio de la distribucción y esta acotada entre -10 y 10). Es decir, está desplazada hacia la parte negativa, lo cual muestra una mayoría de casos negativos, es decir, una resistencia mayor a la medida. El caso hacia el otro lado se cumple: cuanto más a la derecha del valor 0, mayores apoyos.

Esto nos hace llegar a la conclusión siguiente: el progreso/consenso (dependiendo de a qué lo apliquemos) se logra cuando la primera gráfica mostrada está desplazada hacia la parte derecha. Pero siempre teniendo en cuenta que habrá una cola izquierda imposible de cambiar.

Y me gustaría darle más vueltas a esto ya que es sólo una explicación (algo chapucera) sobre esta regla, pero lo cierto es que no tengo tiempo para hacerlo ahora mismo. De todas formas, espero que haya servido para hacer entender a quien lo lea que en ciertos temas hay minorías que no merece la pena hablar con ellas, ya sea porque son demasiado entusiastas o demasiado contrarias como para que aporten nada. Acabo de ver que esta regla bien podría llamarse, aplicado por ejemplo a política y cambio organizativo, la exclusión de los extremos.



Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 5 de abril de 2013

Viejas Entradas: "Desviaciones"


Me he mordido el labio al comer y me he hecho sangre, al igual que ayer a la cena y a la comida. Me siento imbécil.

Hoy me he dado cuenta, o digamos que me he redescubierto diciéndolo, que me da exactamente igual lo que le ocurra a la economía española. Antes de que cualquiera diga "pues debería porque blableblibloblu" que me conozca antes, y conozca lo que he hablado y escrito sobre el tema.

Los motivos que me llevan a decir eso son, precisamente, que ya había descontado este camino. Ya sabía que iba a ocurrir esto, y lo que queda por ocurrir. Para muchos es una sorpresa, yo sencillamente me lo esperaba, y cuando te esperas algo, ¿cómo puede hacer que te enfades, o que te sientas indignado? Para mi todo va según el plan que ya había pensado que ocurriría.

Algunos de esos revolucionarios sin causa que salen a la calle porque alguien les ha dicho que es el momento de salir, y no lo era antes de que comenzara la crisis, cuando se hacían las cosas mal pero ellos tenían la cartera llena con el dinerito de sus padres, podrán llamarme conformista. Yo entonces podría llamarles imbéciles, y santas pascuas. Pero me gusta justificar mis palabras. Si me llamaran conformista, yo les diría que si ellos se quejan de que aquí las cosas van mal, hay docenas de países más en el mundo. Si ellos entonces me dicen que quieren quedarse en España, entonces soy yo el que les podría llamar conformistas. Claro, quedarse con la familia, los amigos, el dinero y todo eso es muy bonito, es muy... conformista.

Asumamos, entonces, la realidad. Las cosas van mal, como han ido siempre. Ni peor, ni mejor. Muchos hablan de la peor crisis de la historia, y claro, para ellos, que sólo han vivido una, pues sí la es. El príncipe nos recordó bien recordado que sobre 1880 si mal no recuerdo hubo una crisis brutal, mucho más dura que esta. Y después perdimos las últimas colonias en una guerra que ni empezamos, tuvimos una dictadura, la guerra civil, la otra dictadura. Y antes de todo eso, sucesiones de levantamientos, pobrezas y hambruna durante todo el siglo XIX.

¿Para qué sirve la historia? Para darte cuenta de que las cosas se llevan haciendo mal de siempre, que, de hecho, la propia historia espera que haya manifestaciones, que tú salgas a la calle como otros han hecho. También sirve para darte cuenta de que no estamos tan mal si se mira atrás. Yo personalmente estoy bien y mi familia también, aunque actualmente mi entorno comience a notar la crisis. Por eso me digo, todo va según lo que ya esperaba.

Ya no me preocupa lo que le ocurra a España ni a los españoles. Lo único que me preocupa es ese círculo difuso de personas que están cerca mío. Que sí, que debería preocuparme las personas, pero son ellas las que nos han llevado hasta aquí, ¿no es así? Que sí, que están mermando mis libertades, pero yo siempre he sido tan libre como he querido, porque no hay prácticamente nada que me ate a España. Eso es la libertad. La libertad no son aquellas cosas que te dicen que son tuyas por derecho de nacimiento o histórico, sino todas las demás cosas que sabes que son tuyas por derecho propio. Ninguno de nosotros hemos luchado y muerto en trincheras por la democracia, y sin embargo todos la tenemos.

Yo lo tengo claro, soy tan libre como quiero, no como me dicen que sea, independientemente de la realidad.




Y como siempre, aunque diga todo esto, mañana mismo puedo irme a dar palos con los mineros o cualquier cosa, que a pesar de todo tengo mi orgullo y mis obligaciones históricas para con España. Nunca renuncio al sueño de entrar algún día en política y sustituir el modelo, porque esa es la manera de hacer las cosas, los cambios vienen desde dentro hacia fuera, sólo que es mucho más fácil tratar de hacerlo a la inversa.

Si algo me ha demostrado la vida es que cualquier cosa que se logra de manera fácil, entonces será frágil.


Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 20 de febrero de 2013

Mi vida en 18 frases

Un título para referirme a un pequeño compendio que acabo de hacer con mis frases más destacadas, la primera de ellas en el 2005 y probablemente la más mítica e histórica mía, ya que la utilicé en activo durante varios años.

En cualquier caso, esta entrada ,a guisa de recuerdo rápido de estos casi 22 años que tengo, va a ser tan simple como lo siguiente:


La retirada es una opción, pero la rendición no lo es
[JBL] (22/07/2005)

Cuando no te decides entre dos caminos, escoge el tercero.
[JBL]

O se lleva la verdad por delante o es que no se lleva encima.
[JBL]

Si no sabes a lo que recurrir no recurras a lo que no sabes.
[JBL] (3/6/2008)

No te codees con las hienas que ríen cuando van a devorarte.
[JBL]

La vida es algo así como una comedia con unos entreactos demasiado largos.
[JBL] (21/08/2009)

La vida es como el café: deliciosa al principio, excitante más tarde, somnolienta al final.
[JBL] (20/11/2009)

La vida es como el zumo; exquisita si se saca bien el jugo, pero asquerosa cuando queda mucha pulpa.
[JBL](21/11/2009)

En el teatro de la vida siempre faltarán apuntadores.
[JBL] (22/08/2010)

Tener no significa poseer, sino contar con.
[JBL] (16/01/2011)

Coincidir en un punto del camino no nos hace compañeros de viaje.
[JBL] (14/10/2011)

Ser el peor tiene sus ventajas, ser el mejor tiene sus virtudes.
[JBL] (22/04/2012)

Cualquier cosa que se logra de manera fácil, entonces será frágil.
[JBL] (14/06/2012)

Si no estás creando, estás muerto.
[JBL] (19/06/2012)

Creo que eso es la perfección realmente, poder ser como quieres ser con alguien que te quiere como eres.
[JBL] (20/06/2012)

Nunca dejo que el dinero me impida hacer lo que deseo hacer.
[JBL] (19/08/2012)

Un esclavo no es una persona oprimida, es una persona que se ha impuesto límites.
[JBL] (16/09/2012)

Acabo de comprender que cuando realmente quieres proteger a alguien primero debes dominar parte de su vida.
[JBL] (22/12/2012)





Sin duda mis mejores frases, hacia algunas de las cuales guardo cierta adoración. En cualquier caso, espero que gusten y despiertes intereses a las personas que las leáis.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

jueves, 14 de febrero de 2013

martes, 15 de enero de 2013

Los cinco tigres

Después de una jornada nada positiva para la bolsa (lo único que alegra el día es el rebote a última hora que nos ha dejado sobre los 8.600 puntos) voy a hablar de cinco empresas que, por una u otra razón, son cinco valores que yo querría tener en cartera para este 2013 y probablemente para algún año más. Los llamo por tanto "los cinco tigres" (el nombre es en honor a los generales con el mismo pseudónimo bajo las órdenes de Liu Bei [Liu Xuande], emperador de Shu durante el periodo de Los Tres Reinos, sobre el 220 d.C. en China).



El que todo el mundo desea: Inditex

Probablemente el valor más deseado del Ibex, hacía una valoración a corto plazo sobre él hace meses (aquí: Inditex: Análisis Financiero) y desde entonces ha hecho lo mejor que sabe hacer: subir en bolsa. Actualmente ha cerrado en los 104'70 € por acción, después de rebotar desde máximos en los 111'8 €. Cualquiera puede decir que la bajada ha sido significativa y podría ser atractivo entrar. Bueno, no voy a decir que no sea atractivo entrar, porque es, de hecho, una empresa perfecta desde todos los aspectos clave del análisis fundamental. Vamos a exagerar el asunto, es la empresa perfecta. Nótese la cursiva. Entonces, ¿por qué no estamos todos comprando como locos? La razón es sencilla, es demasiado cara. Incluso pensando que la empresa tiene mucho potencial, creo que es consenso general del mercado (y yo a nivel personal opino lo mismo) que la empresa vale mucho más de lo que realmente debería valer, que son en torno a los 80€ por acción. Personalmente sería atractiva si llegase a los 90€ por acción, que es más o menos por donde viene la media móvil a 200 sesiones. Y si tuviera que ir más allá, seria feliz si viese una corrección hacia los 90€ antes de terminar febrero, por diversos motivos que observo en mi gráfico y me abstendré de decir. En definitiva, es un must para nuestra cartera si cumple esta poco alagüena previsión que acabo de hacerle al valor.



El "hermano pequeño" del que todo el mundo desea: DIA


Quizás no exactamente igual, ya que sí tiene problemas en cuanto a ciertas estrategias que lleva a cabo la empresa (no termina de cuajar en China y en Turquía está en guerra con una gran distribuidora local según he leído). Pero por lo demás, encantadora. Es un valor muy joven, lleva desde junio del 2011 en la bolsa, y quizás eso lo hace un tanto peliagudo (falta perspectiva), pero en general gusta bastante al mercado y medio mundo quiere tenerla en cartera. A nivel personal, la quiero, pero la quiero a otro precio muy distinto del actual: al menos que sea inferior a 5€. Cotiza a 5'08€, y si pudiera elegir la añadiría a mi cartera si la viese en torno a los 4'5€, cerca de un viejo soporte que tuvo. Es otra empresa cerca de los máximos, que se hayan en los 5'37€ (vale, no tan cerca, ha caído bastante), pero con recorrido según dicen. Digo "según dicen" porque no tengo la menor idea de saber cuánto va a subir una empresa que está rompiendo máximos históricos cada dos por tres. Esta en especial ya no lo hace, y bueno, quizás podríamos ver en los próximos días un retroceso hacia esos 5€ que comentaba. Si no lo vemos perder los niveles actuales en los próximos días lo más probable es que vaya continuando su camino hacia la cima, dios sabe hasta donde.



El nuevo: Viscofan


Voy a empezar por el principio: no he visto un balance de la empresa en mi vida y tampoco sé nada sobre ella. Dicho esto, en el análisis técnico la he visto con fuerza, aunque ahora sufre las ventas de haber entrado en el Ibex recientemente (por Gamesa, que al salir ha subido con fuerza, justo al contrario que Viscofan). Cierto es que su subida se ha atragantado un poco en agosto-septiembre del año pasado, pero fue una mala gripe que había que pasar. La vemos subir sana, y después de rebotar hoy quizás no la veamos caer hasta donde me gustaría: los 37€. De hecho, el valor que a mi me gusta lo ha tocado hoy, los 37'8€, mínimo de hoy (cierre en 38'65€), pero ha rebotado rápidamente (y además no tengo liquidez para comprar ahora mismo). Por ahora le salva la media móvil a 100 sesiones, y si la pierde la media móvil a 200 sesiones la tiene lejos, por debajo de los 36€, así que estaría sin muchos apoyos de por medio. Pocas esperanzas para ver esta empresa bajar después de hoy, aunque tampoco voy a hacer de adivino aquí: si la veo a tiro y tengo munición, a por ella.



La primera constructora: OHL


Constructora por concesiones bien diversificada internacionalmente, hoy ha marcado un mínimo en 21'57€, muy jugoso, mientras que ha cerrado en 22'64€, nada jugoso, especialmente teniendo en cuenta que tiene una fuerte resistencia en los 24€. Comprando en 21'57€ y suponiendo que sube todavía ganas algo. De todas formas me gustaría ver este valor en torno a donde se haya su media móvil a 100 sesiones, sobre los 20'5-21€. No era una locura hasta haber visto el retroceso de hoy, esos 21'57€, que podrían ser tratados como un mínimo y por tanto apoyase nuevas alzas en los sucesivos días. Como sea, buena empresa que comienza a recuperarse y que el consenso de mercado le da bastante coba, interesante y que además tiene los máximos históricos muy por encima: 30€ justo en la burbuja, 26€ en torno a mayo del 2011. Cabe destacar, y mucho, que ya llegó hasta donde estuvo esta temporada reciente, cerca de los 24€, atrás en marzo del año pasado, momento en el cual comenzó una bajada hasta tocar fondo en junio, en los 14'6€ y comenzar otra vez su subida hasta hoy. Por tanto si queremos entrar a largo plazo casi esperaría a ver si rompe esos 24€ y la situación mejora, no nos vayamos a encontrar con que técnicamente repite el patrón del año pasado.


La otra constructora: ACS

Es la de Florentino Pérez, tiene problemas con su cartera de acciones de Iberdrola y bueno, se recupera, o al menos lo hizo esta temporada pasada. Es uno de los cinco tigres porque ya estuvo en mi cartera y la he seguido bastante tiempo. ¿Empresas mejores? Seguro, en el mercado continuo hay varias muy interesantes que forman parte de mi cartera. Pero vamos a ver a este tigre. Ha estado lateral de septiembre a diciembre del año pasado, momento en el cual le apeteció subir y marcarse dos días con subidas superiores al 5% (18 y 19 de diciembre), para después quedarse por esos valores más altos. Los máximos históricos están muy por encima, en los 35€ aproximadamente en la burbuja y en torno a los 32€ en diciembre del 2010. El 25 de julio del 2011 ha tocado los 10'38€, y después a comenzado a subir. Es interesante por esos máximos históricos, y es parte de este análisis rápido porque a formado parte de mi cartera, pero todo el mundo debería tener prioridades respecto a esta empresa, no sólo de las otras cuatro que aquí aparecen, sino sobre más del mercado continuo. Para plantearse la entrada, cuanto más cerca esté el precio de los 17'5€, siempre sin romperlos, mejor, ya que más lugar tendremos para subir hasta los precios actuales sobre los 19€, aunque todavía tenemos una media móvil a 500 sesiones con pendiente negativa, es decir, pesan más los días del valor en rojo que en verde. Las otras medias móviles las tiene lejos y va un poco en tierra de nadie, pero mientras no pierda los 19€ no está en demasiado peligro. En cualquier caso repito, antes que ACS hay muchos valores más decentes, aunque a largo tiene un recorrido posible enorme.




Y después de todo estos resúmenes de análisis técnicos y fundamentales personales sobre cinco valores que tengo siempre bajo revisión constante (de hecho los tengo en apartado especial de mi plataforma de análisis de gráficos), creo que es hora de dejarlo y tomarme un respiro, porque ha sido un buen rato largo escribiendo, aunque bien sabe la gente que me conoce que puedo tirarme todo el día hablando sobre esto y tener todavía tema para el día siguiente. A los que hayáis llegado hasta aquí, que no os haya aburrido mucho esto.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

viernes, 4 de enero de 2013

100

Doritos, salsa de queso, un café con canela, el móvil a mano con el whatsapp abierto por si surge algo interesante, unos apuntes que probablemente hoy tampoco toque sobre la mesa, y mi entrada número cien.

Y una pausa, para reflexionar.

Lo estuve pensando durante todo el día de ayer, si quería que esta entrada fuese algo especial, al fin y al cabo no se alcanzan las cien entradas del blog todos los días (de hecho sólo se logran una vez). Pero realmente tampoco lo veo como un gran hito, no es que las haya escrito de seguido, de hecho este blog tiene varios años de vida, porque estuvo cerrado de forma práctica durante bastante tiempo hasta que pensé en reabrirlo, en querer volver a hablar de temas, menos filosóficos que para lo que fue creado, y probablemente más interesantes.

Y durante esas noventa y nueve entradas, he hablado de todo lo que me ha apetecido. Y lo volveré a hacer, puede que no en otras cien entradas, pero sí en algunas más que las actuales, quién sabe cuantas. Pero lo que sí sé es que ahora, como en un día normal, en una entrada normal, voy a contar, quizás no lo que más me apetecería decir, pero sí unas conclusiones que, aunque no son para nada nuevas, me han llegado hoy mientras hablaba con mi madre a la hora de la comida, y creo que merece la pena comentarlas.

Hablaba sobre el valor de las cosas. Hemos comprado cierta máquina pequeñita y compacta, y yo, a modo de ejemplo sobre la postura que estaba manteniendo mientras veía "Al rojo vivo", le he preguntado que cuánto valía esa máquina. Ella me ha respondido el precio, y yo le he dicho que no, que eso es lo que se ha pagado por ella. Lo que vale es lo que produce. A veces nos olvidamos de eso, pero es lo principal: tú puedes pagar uno, diez o cien, pero el objeto vale lo que vale.

Fue entonces cuando mi cerebro me descubrió una conjunción de ideas que son clásicas pero que me había olvidado de su uso. Es decir, que el valor de algo varía en función de quién lo posea (o lo explote), de dónde esté, de cuándo esté y de lo que nos dé.

Esto no tiene nada que ver con la economía, me explico, no voy a soltar una perorata sobre cosas de la industrialización o sabe dios qué diciendo que si tal o cuál máquina vale tanto. Eso, personalmente, me importa un comino. Lo que no me importa es el hecho de que hacemos (o debemos hacer) la extrapolación a nuestras vidas, como siempre.

De hecho, nuestro cerebro lo hace, aun sin entender esta idea. Tenemos ciertos amigos y otros no lo son por lo que producen, y no me refiero a dinero obviamente, me refiero a producir en términos generales, en felicidad digamos (aunque pueden producir más cosas que felicidad, lo resumimos así). Estas decisiones las hace el cerebro a raíz de nuestros gustos. ¿Por qué no como berzas? Porque mi cerebro me dice que la felicidad que me reporta comer berzas es negativa. Algo así. ¿Por qué adoro la carne roja? Por mis gustos, obviamente. Berzas y carne roja, ambos son comida, contienen nutrientes beneficiosos para el cuerpo humano (cada uno los suyos), así que, objetivamente, debería comer ambos. Pero no lo hago, y si me pusiesen delante de mí cien veces berzas y un chuletón, elegiría cien veces el chuletón. ¿Por qué? Gustos, felicidad.

Entendido esto, pasemos al siguiente nivel. Si me ofrecen un chuletón después de comer y otro antes, lo elegiré antes. No os digo nada nuevo, pero estoy explicando que el cuándo es igual de relevante que el propio chuletón. Si me ofrecen un chuletón en un buen restaurante y otro en la calle a la puerta de ese restaurante, elegiré el del buen restaurante. ¿Si me ofrecen berzas antes de comer o chuletón después? Bueno, podemos liar esta idea todo lo que queramos.

Pero dejemos la comida. Estoy hablando de las personas, y de su valor, del valor que cada uno de nosotros les damos, que están totalmente influenciadas por eso que decía antes, por el momento, el lugar, lo que nos reporta. Depende de cada uno, pero los buenos amigos que no están en los momentos difíciles, a la larga, se van echando del círculo de buenos amigos (aquí hay mucha psicología y valoración personal de por medio y no siempre va a ser cierto, por supuesto, pero como siempre hay que tratar de generalizar para hacer la ley). Es por esto por lo que las relaciones a distancia donde no se ven durante meses no funcionan. No es tan sencillo como que te deje de gustar la otra persona, es que te reporta cada vez menos, porque no está donde tiene que estar cuando debe hacerlo, y es bastante probable que, aunque ambas partes traten de defender la relación, tarde o temprano se marchite (salvo que se puedan ver regularmente aunque sea cada bastante claro, porque eso siempre suma si estas enamorado de la otra persona, y hoy día hablar con alguien todos los días con videollamada o llamada normal no es ningún problema).

Lo que quiero decir es que valoramos. Siempre. Y además, comparamos en la mayoría de las ocasiones, y sin querer hacerlo. Si alguien nos dice que algo está bien, y otra persona nos dice que es una pasada, le encanta, está genial, salvo que haya una diferencia muy grande entre ambas personas nos gustará más lo segundo, porque nos sentimos mejor al oírlo. Dichas dos personas pueden sentir lo mismo, pero lo está transmitiendo de forma que nos gusta más la segunda que la primera (y voy a tratar de no meterme en cómo transmitir la información y los problemas que se generan porque si no más que una entrada hago un ensayo). Dicho de otra manera, comparamos. Si la segunda nos dice que está fatal, lo que nos ha dicho la primera nos encantará (dejamos al margen los pensamientos y dudas que generaría).

No estoy diciendo nada nuevo, pero no busco Shangri-La , sino que señalo esas evidencias que, a menudo, son tan claras que se nos escapan al pensamiento.

Entonces, como decía, el lugar importa [me ahorro el chiste al respecto]. ¿Cuántas veces habrá ocurrido que no nos cae bien una persona en clase pero cuando vamos a una excursión (pienso aquí en el colegio) nos pasamos todo el rato hablando con ella? O salimos el finde y nos echamos unas risas con gente de nuestra propia clase que apenas nos saludaban. O vamos a comer con un grupo de amigos y terminamos monopolizando la conversación con una persona que se sienta en clase apenas unos asientos más allá del nuestro y con la cual apenas hemos hablado hasta entonces.





Me he tomado una larga pausa entre esto y el anterior párrafo, porque esto estaba tomando demasiadas líneas ya, y no quería seguir hablando y hablando sin parar. Sólo pretendía exponer que, en resumen, algo vale lo que nos da a cambio. A veces su precio es demasiado alto, a veces sorprendentemente bajo. A veces creemos que vale más, otras que vale menos. Quizás no sea perfectamente extrapolable al campo a donde lo he tratado de llegar, pero ilustra ideas sin meternos demasiado en discusiones subjetivistas.

En definitiva, cien entradas, brindo ante todo por las personas que sé que me leen al menos siempre que pueden, y que rara vez parecen saltarse una de mis entradas: Garrido y Carli. Porque la mitad del blog (mucho más de la mitad) está motivado por los pensamientos de Garrido o los sentimientos de Carli.

Hablaba de cómo valorar antes... pero quien pueda dar el valor de una de las personas más intelectualmente activas que conozco y de la persona con la cual podría compartir el resto de mi vida sin arrepentirme de ello ni un solo día, que venga aquí y tire la primera piedra.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

miércoles, 2 de enero de 2013

ACS, OHL, DIA, Gamesa, Sacyr, Inditex...

Está resultando un día fantástico para el IBEX 35... o 34 después de la suspensión en la cotización de Bankia. En cualquier caso, tengo mis dudas sobre si aguantará hasta las 17:30, hora de cierre. Usualmente cuando pega estos estirones por la mañana se atraganta por la tarde, espero equivocarme y cerrar una sesión perfecta como la que estamos teniendo.

En cualquier caso, y debido a que cambiamos de año, aún me encuentro a la espera de las revisiones en los valores intrínsecos esperados por los analistas para este 2013. Algunos, como el de Inditex, ya están estimados: sobre 75 euros por acción. Actualmente cotiza sobre 110 euros, lo cual es un precio excesivamente alto a pesar de que es una empresa muy atractiva y muy bien diversificada sobre la cual, por cierto, ya hice mis (fructíferos) negocios durante el año pasado.

Pero ya que estoy voy a comentar dos casos que me pillan muy cercanos, ACS y OHL, dos constructoras que en 37 días (naturales, no hábiles) cuentan con una revalorización del 18'63% y del 14'1% respectivamente y a precios de cotización de las 13:43 de la tarde.

Si se lleva a un cálculo sobre el equivalente en una rentabilidad anual estaríamos hablando de 440% y 267'5% respectivamente debido al corto periodo de tiempo en el que ha ocurrido tal subida, lo cual lo deja con rentabilidades superiores a las obtenidas en anteriores operaciones en DIA (105%) y la anteriormente mencionada Inditex (258'7%). La principal diferencia está en que aún no he recogido beneficios, por lo que podría verse mermado o aumentado el beneficio de ambas constructoras.

Si hacemos caso a algunos analistas, todavía les queda cuerda para rato, ya que se habla de un valor intrínseco para ACS de 22 euros (cotiza a 19'34) y de OHL cercano a 24 (dato para el 2012, aún sin actualizar; cotiza a 23,11).

Si observamos el análisis técnico que realiza BNP Paribas sobre ambas empresas (links: ACS y OHL) podemos observar que hay subida al menos para situarse sobre 20 euros para ACS y junto al valor intrínseco en OHL.

A pesar de todo esto, no recomendaría la entrada a estas empresas ya que hay mejores con más recorrido por hacer, por ejemplo la recién admitida al IBEX Viscofan, que se encuentra en subida libre aunque muy acelerada para mi gusto. Repsol, que acaba de repartir un dividendo flexible mediante una operación totalmente liberada, también tiene mucho potencial este año, aunque su gráfico no nos dice nada bueno así que más bien la recomendación sería echarle un ojo para comprar. Telefónica, otro blue chip, un clásico con posible recorrido y bien diversificada, puede verse inmersa en buenas revalorizaciones este año. Y como siempre mis dos patitos volátiles, el tándem Sacyr-Gamesa (esta segunda ya no es parte del IBEX debido a la entrada de Viscofan), subidas tan fuertes como sus bajadas, pero por primera vez en bastante tiempo están tratando de dibujar figuras técnicas agradables para la compra, superan algunas medias móviles relevantes y puede que estén tratando de volver arriba. Puede, nunca se sabe con estas dos. Para finalizar, otra de mis preferidas, DIA, que acaba de superar los 5 euros por acción, muy por encima del valor intrínseco que habían fijado los analistas, pero que ha sorprendido con su beneficio este año. Merece la pena recordar que DIA apenas lleva un par de años cotizando y cualquier análisis de largo plazo se vuelve un poco inservible. Sin embargo, si en el 2013 continúa el trabajo del 2012 sin duda vamos a tener una fuerte subida en sus títulos (y además se trata de otra recomendación de los analistas para este año).

Por lo tanto, ¿qué me gustaría ver este año en la bolsa? Un Inditex a 70-80 euros para poder entrar, unas Sacyr-Gamesa vuelta a recuperar aquellos niveles lejanos de 3-4 euros (¡muy muy lejanos!) y al IBEX por encima de los 10.000 puntos de nuevo. Son cosas que dudo mucho que ocurran, pero que podrían alegrarme de manera bursátil el año si se diesen.

No llega a ser ni medio análisis entre todo lo que he escrito, pero se tratan de reflexiones en voz alta al respecto de las acciones. En cualquier caso, sigo esperando análisis fundamentales para el 2013.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

martes, 1 de enero de 2013

Reflexiones (motivadas por Garrido)

Carlos Garrido en su entrada (Blog: Árbol de los Cuervos) acaba de hacer algo muy importante probablemente sin saberlo: me ha recordado, de alguna manera, el valor del orgullo.

Si tuviera que definir el orgullo hoy por hoy sería algo así como eso que he ido vendiendo día tras día durante años a favor de otras cosas, con el agravante de que he (había) olvidado el uso real que tiene.

No quiero decir con esto que no lo volvería a hacer, ya que estoy contento con lo que soy ahora mismo, he apartado mis principales defectos como mi arrogancia, que se alimentaba directamente del orgullo (o quizás era el orgullo el que nacía de esa arrogancia, tal vez nunca lo sabré), y he aprendido muchas otras cosas, unas por experiencia y aprendizaje personal, otras por críticas sobre mí.

Y, como él dice en su blog, el cansancio también pesa.

No sé a qué se refiere cuando habla de cansancio porque a fin de cuentas él es él y yo soy yo, pero también estoy cansado, quizás cansado de ceder y recibir poco a cambio, porque la gente confunde muy rápidamente a las personas que hacen sus movimientos con, efectivamente, gente altruista.

Yo, como él, no soy altruista. Ni un poco, nada. Si hago algo, espero algo a cambio, como todo el mundo. No es que te lo vaya a pedir, jamás, porque ahí está almacenadas mis últimas reservas de orgullo, nunca voy a pedir nada, pero eso no quiere decir que no espere nada a cambio. Espero que algún día a la persona a quien ayudo me devuelva el favor. Y lo que sí soy es una persona agradecida, cuando recibo un favor, una ayuda, procuro devolverla multiplicada por el mejor número que pueda. Sí, me gusta ayudar y adoro sentirme útil, pero también hay implícito esa esperanza de que alguien se gire a mí en algún momento y me diga algo que deseo escuchar. No quiero que me pregunte que necesito, porque no necesito nada, o mejor dicho, lo que necesito es que no pregunte y actúe, y haga lo que crea que necesito. Si no era eso, ya aprenderá, no soy una persona tan compleja realmente, y no tengo problemas en decir las cosas cuando veo a alguien esforzándose.

Por eso poco a poco me he ido quitando orgullo de encima, porque probablemente cada vez esperaba aún menos que la gente te echase una mano cuando tú ayudabas, y realmente me encanta ayudar. Y además, resulta que también tengo un ideal de la caballerosidad (o llamémoslo como nos plazca) que llega al punto de preferir sacrificar partes de mí antes que negar ayuda a nadie.

Dicho de alguna manera, he ido vendiendo orgullo a medida que apoyaba a tal o cuál persona. Esto no es ser altruista, es ser, probablemente y teniendo en cuenta la media de la forma de ser de las personas, imbécil. Pero en cualquier caso, prefiero ser imbécil antes que egoísta, porque la imbecilidad se cura muy rápido, mientras que el egoísmo requiere tratamientos mucho más costosos.

La pregunta que me hago es, llegados a este punto, qué hacer con el tema del orgullo y del cansancio. Porque en tanto que tenía orgullo para ceder, podía ir tranquilamente desprendiéndome de él a favor de arreglar ese cansancio que iba apareciendo. Pero hemos llegado al punto en que no queda nada que vender, y el cansancio sigue aumentando. Quizás puntualmente, porque siempre encuentro válvulas de escape, siempre me las arreglo para ir un poco más allá y más lejos, pero de alguna manera, tal vez sea por el invierno, miro alrededor y no me queda nada que pueda vender. Puede que, de hecho, esté mirando a esos territorios vendidos con cierta añoranza, pensando en que quizás nunca debí ceder ni un ápice de orgullo. Probablemente si no lo hubiese hecho nunca jamás me podría haber construido a mi mismo a lo largo de los años hasta lo que soy, lo que tengo, ahora, pero no nos engañemos, la mayor parte de las veces la disonancia cognitiva me asalta, y no siempre me quedan fuerzas para decirle que está equivocada, a pesar de que mi orgullo me diga que, si no es por lo que tengo ahora, no podría ser quien soy.

Y a pesar de todo, con peros, con cosas por cumplir, me gusta ser quien soy.

Aunque a veces sea yo mi mayor enemigo, aunque me cause problemas, aunque haya días que me duela aquí dentro, soy como soy, y es algo con lo que voy a tener que vivir el resto de mi vida.

Por eso escribo estas entradas motivadas por otros pensamientos de mis amigos mientras como palomitas dulces, bebo café con canela y le doy vueltas a la vida, porque es así como soy, porque no es sólo lo que soy, sino también lo que tengo.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis