"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


martes, 4 de junio de 2013

Comentarios de vacaciones: toma I

Ordenador VAIO delante de mí, donde escribo. Sobre él,  una pantalla Acer de varios años que la uso como pantalla de apoyo de vez en cuando, cumple sus funciones perfectamente. A la izquierda, sobre una cajonera alta con rueditas, mi antiguo Packard Bell, con la música puesta: It’s Been So Long, de Horrorpops, aunque ando cambiando entre esta y Undefeated. Se acercan las doce de la noche, el cuerpo me pide salir pero todavía es lunes, primer lunes de vacaciones y ya estoy perdidísimo.
De cualquier manera, me dedico a trabajar en esto. Un pequeño libro, como otros miles que he comenzado, que viene a ser un diario, una autobiografía más bien: tomo uno. Recuerdo que las veces que he comenzado a escribir algo así, bajo diversos títulos y por diversos motivos, siempre comenzaba explicando durante páginas y páginas la situación actual, o de dónde venía, o quién era. Pero ahora me parece un absurdo, no tiene la menor relevancia hacerlo, sencillamente creo que es importante sencillamente hablar, narrar, contar, pensar, soñar, lo que sea, pero sin límites.
Sin límites… es el lema que más trato de grabarme a fuego porque es el que más incumplo. Vivimos de nuestros límites. No, más bien morimos por nuestros límites. La vida es, de hecho, una perfecta libertad en la cual tratamos de ponernos el mayor número de trabas de forma inconsciente. No se puede hacer, no sé hacerlo, es que yo, pensé que, etc. Tonterías. Más de una vez he defendido mis teorías sobre lo bonito que sería el mundo si cada uno de nosotros tratásemos de mejorar en exclusiva la vida de un pequeño número de personas a nuestro alrededor, pero creo que este caso se puede particularizar a nosotros mismos: muchos de nosotros haríamos del mundo un lugar mejor si invirtiésemos más tiempo en nosotros, en saber qué queremos hacer y hacerlo, independientemente de nuestras cualidades, capacidades o pensamientos del resto de la gente. Trabajar en nosotros también. Esto puede ser una evidencia para muchas personas pero no lo es para mí. Hagamos una analogía, si yo fuese un país exportaría todos los bienes y las personas que vivieran en él serían pobres, sólo podrían vivir de las importaciones, pero no siempre el resto de personas producen lo que tú deseas consumir. Y a la larga, se quiebra. Más de una vez, como todo el mundo, me he declarado en quiebra y he tenido que reorganizarme, con mayor o menor éxito, pero siempre con la regla de exportar primero. ¿Por qué? Bueno, es mi naturaleza. Me recuerda a esa historia del escorpión y el sapo, en la cual el escorpión convence al sapo de que no le va a picar y le ayude a cruzar un lago y el sapo accede, y a mitad de camino el escorpión le pica. No es culpa suya, es su naturaleza. En parte, estoy totalmente de acuerdo. Hay muchas partes de mí que forman un núcleo duro. Pero en parte también creo que puedo excluir lo que desee del núcleo duro, y puedo cambiar cuanto desee, porque vivo de la adaptabilidad, que no deja de ser una faceta importante para lograr la invencibilidad (aunque probablemente sea la peor faceta para conseguirla). Lo digo porque me he visto cambiar, y porque marco etapas, marco objetivos, cumplo metas como todos los demás. Me despojo de lo que no sirve y adopto lo que puede ser correcto. No lo suficientemente bien, ni lo suficientemente rápido, pero lo hago. Conozco personas que no han cambiado gran cosa con el paso de los años, y eso tendría un punto de envidiable si no fuese porque su posición está equivocada. También conozco mucha gente que ha cambiado, y cualquier cambio es bueno porque representa una nueva fase, un paso hacia donde quiera que se esté yendo, representa movilidad y eso es loable. También yo he cambiado, y también yo he mantenido bases. Me he sorprendido a mí mismo haciendo cosas que nunca creí que tuviese el valor de hacer, y al fin y al cabo, si hago memoria rápidamente, no hay una sola vez en la cual haya cambiado y no haya recibido una recompensa por ello. Cambiar, y saber cambiar, es algo único. Reforjarnos, incluir mejores metales, incluir nuevos conceptos, hacerlo con nuevas técnicas.
Pero en definitiva también es muy cierto que mis cambios suelen provenir de largas etapas de inversión o de quiebras. Cambiar, en mi caso atreverse a ello, es caro, incluso aunque estemos 100% asegurados y avalados. Pero saberlo es positivo, porque saber qué errores se cometen siempre ayuda a poder subsanarlos. No necesito proseguir con los cambios realmente, necesito cambiar la actitud, y a pasos agigantados. A veces me sorprendo a mí mismo para bien, y normalmente para mal porque soy exigente con esta faceta mía. Supongo que si hace cinco años me hubiese preocupado por el largo plazo hoy en día el discurso sería otro y podría preocuparme de fracasar o quedar en ridículo sin problemas, pero imagino que si hace cinco años hubiese pensado eso hoy no sería quien soy ni estaría donde estoy, y me gusta ser quien soy estando donde estoy. Adoro estar donde estoy, con quien estoy. Eso no quita que, para mi próximo plan quinquenal, cuente con muchas inversiones mayores de las que he llevado a cabo hasta ahora, y baraje muchos cambios a nivel de mi yo interior a corto. Probablemente cualquier cambio que trate de llevar a cabo en el corto plazo termine en nada y tire el esfuerzo por la ventana, pero mientras recuerde estas líneas y todo aquello que me gustaría hacer pero no hago por esos límites que me autoimpongo, esos límites de los que hablaba en el inicio de este escrito, mientras recuerde todo eso seguiré tratando de aumentar el empuje hacia donde sé que debo tirar, eso no lo puede cambiar nada ni nadie, y menos aun cuando sabes que todo son ventajas y recompensas cuando acometas ciertos cambios.
Podría seguir hablando sobre el tema, pero no creo que quede mucha gente leyendo esto a estas alturas, y si se quiere saber más se deberá esperar a la próxima entrega.




Jesus Burgos Lobo

Semper Fidelis

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