"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


miércoles, 9 de mayo de 2012

Welcome back

Pausas. Silencios. Descansos.

Todo es igual si, al final, regresas de nuevo con una sonrisa.

Nunca es tarde si la dicha es buena, o eso dicen por ahí. Realmente me gusta pensar que esto es cierto, porque en tanto que yo regreso ahora a hacer esta entrada (y quién sabe si, de forma asidua, alguna más), alguien le echará un vistazo en alguna parte de la Tierra, y se creará una opinión, o nacerá una nueva idea. Si nunca la hubiese escrito, ¿quién sabe qué hubiese pasado entonces?

Cada uno hace lo que hace por alguna razón, y todo lo que calla, todo lo que deja a un lado, es todo lo que se pierde, para bien y para mal. A veces llegas a cierto lugar, a cierto momento de tu vida, en el cual sencillamente la posibilidad de dejar a un lado las cosas es la que realmente se deshecha: es la época del cambio.

Me gusta cambiar, detesto quedarme siempre parado en un pensamiento, en una idea, en una vida, necesito mutar al siguiente estado, sea cual sea, sea donde sea. A veces este pensamiento, y la imposibilidad del cambio, me hace caer en un profundo y negro vacío de mi mundo interior que me traga con todo lo demás y me convierte en una persona con una sombra negra en la mirada. Pero a veces, alguien brilla lo suficiente a tu lado como para darte toda la luz que necesitas.

Creo que ese es el nuevo estado que he admitido, la siguiente parada de mi vida. Esta vez he querido coger ese tren, y ha sido lo mejor que he podido hacer.

Hasta hace nada, podría resumir el vivir como una sucesión de cosas que van ocurriendo mientras tú tratas de gestionar todas esas cosas sin demasiado sentido. Te dedicas a existir. Sólo a veces vives. Cada uno vive cuando hace alguna cosa, en alguna parte, sólo o con alguna persona. A mi me encantan hacer locuras y cosas idiotas, especialmente si sabes escoger la compañía. Me encanta olvidarme de donde estoy, de lo que está pensando el resto de la gente de mi, y hacer lo que quiero hacer. Y hacerlo con quien quiero hacerlo.

Ahí a la derecha siempre estará esa frase de Kerouac sobre la locura. Amigo, que gran razón tienes. Sólo me interesan las personas que están locas, porque son aquellas que hacen genialidades. Las personas normales son aburridas, siempre haciendo lo mismo, siempre en esa rutina que llaman vida pero es en verdad existencia. Pero las locas... Las personas locas hacen siempre que sonría. Es por eso que estoy seguro que la locura es la mayor virtud que puede tener una persona si realmente busca huir de la rutina.

Es por eso que me encanta volver al blog de vez en cuando, para disgregar sobre las locuras de la vida, las vueltas que da, y las personas geniales que, de vez en cuando, aparecen en tu vida, como un soplo primaveral.

Exactamente con la misma fragancia que un soplo primaveral.

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