Pues nos ha caído una tormenta curiosa aquí en Santa Marta de Tormes, y comienza de nuevo justo ahora mientras escribo. Típica tormenta castellana, que hasta he salido sin camiseta debajo de la lluvia por el calor que hace.
Y hoy día por Salamanca, cansadillo de tanto caminar, con algunas fotos, nothing too fancy, pero con alguna sorpresa en ellas. En cualquier caso, voy a poner dos de ellas que son las menos malas.
Y ya queda menos para regresar. El viernes a las 14 cojo un autobús destino Oviedo, que llegará cinco horas después allí. Me apuesto cualquier cosa a que cruzando el Negrón me recibirá niebla, nubes y lluvia, como es habitual.
Y nada, ya no llueve, los pajarillos cantan y el sol está a punto de salir. Y yo creo que me voy a preparar otro café y a sentarme a descansar bien bien, que tengo las piernas algo molidas.
Y hasta aquí la información del frente. Por cierto, que ricas están las patatas revolconas, me encantan. Entre eso y el mosto me paso aquí media tarde de bar en bar.
Jesus Burgos Lobo
Quod natura non dat,
Salmantica non praestat
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