"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


martes, 5 de junio de 2012

Las Reglas de un Caballero

El otro día había encontrado lo que, por un lado, buscaba con ahínco, y por el otro, había pensado en hacer yo mismo. Las reglas de un caballero, cuyo link dejo a continuación:




Que, por cierto, también cuenta con un enlace a las reglas de una dama. En cualquier caso, en cuanto comencé a echarle un vistazo, me encontré con que era totalmente fantástico. En total 387 reglas (y aumentando, aunque ahora está parado), que no son precisamente pocas, algunas de ellas muy buenas (otras, muy simples).

Siempre me he querido considerar un caballero, aunque reconozco que es un estatus que va y viene debido a que en el fondo tiendo a ser bastante borde. Pero en cualquier caso, incluso yo hay reglas de esas que siempre he seguido, porque me parecen básicas en realidad. Me gusta que algo que considero regla básica sea una regla de un caballero, me hace sentir bien.

Por eso y otras cosas, me apetecía ir poniendo las que vaya considerando mejores en el blog. No voy a seguir un órden cronológico, simplemente voy a tirarme a las más interesantes, las que más me gustan, que puedo asegurar que no son pocas.


Y tras mucho buscar, creo que la que más quiero poner ahora mismo es esta:


"Mantén siempre el balance entre
obsesión y apatía. Hazla
sentir importante, pero dale algo
de espacio cuando lo necesite".




Las hay mejores, y prometo subirlas mejores, pero quizás no las haya más básicas. Muchas veces olvidamos las cosas básicas porque pensamos o queremos estar más avanzados. Irónicamente, la mayoría de los errores siempre vienen porque fallan las bases, porque nos hemos olvidado de las cosas más básicas tratando de lograr florituras extrañas.

De eso habla la regla 204. Los extremos, cualquier extremo, es negativo, y cualquier buen caballero ha de saber eso, y ha de saber dar espacio cuando la situación lo requiere. Esta reflexión me recuerda a otra regla, una de mis favoritas, pero como la regla de este blog es una por día, no voy a romper ninguna regla de las aquí expuestas.

Nunca es tarde para aprender a ser un caballero. Al fin y al cabo, nunca es tarde si la dicha es buena, y da la casualidad que tenemos todo el tiempo del mundo.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

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