"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


martes, 19 de junio de 2012

El tigre y la nieve

Nota: ojo que puede haber expuesto aquí contenido que te chafe la película. Si estás pensando en ver "El tigre y la nieve" lo mejor es que, por si acaso, no leas esto hasta haberla visto al menos, aunque no hay nada de gran relevancia en estas líneas (pero vamos, si sois muy tiquismiquis con eso, no os la juguéis).


He visto los primeros 25 minutos de la película (de 109') y ciertamente es lo más parecido a una obra de arte en la pantalla. Quizás es porque habla de poesía, y el protagonista es un poeta soñador y enamorado que no sabe dónde tiene la cabeza. No, en realidad sabe perfectamente donde tiene la cabeza, con quién. Pero es un hombre totalmente despistado. En cualquier caso, los diálogos son para leerlos una y otra vez y no cansarse nunca de ellos. Tiene partes increíbles, inalcanzables. Y eso en tan sólo 25 minutos. He hecho esta pausa para escribir un poco aquí porque si mal no recuerdo a partir de este punto se lía un tanto la historia, y me apetecía guardar un rato largo el buen sentimiento que deja este tipo de películas con ese reparto que tanto me gusta: el loco de Benigni junto con el gran Jean Reno.


Atilio, profesor y poeta, hablando sobre la poesía.



Voy a dejar, ahora que he puesto esa foto, el monólogo en español de la explicación que da Atilio (Roberto Benigni) sobre la poesía, y todo lo demás, que es fantástica, no me canso ni de leerla ni de escucharla en versión original. Esta es la versión en español, difiere un poco de la VO, pero es igualmente muy buena.


«Vamos vamos, deprisa, ¿eh? Bien rapidito pero sin correr. Con calma, no os apresuréis. Y no escribáis únicamente poemas de amor, ¿eh? Que son los más difíciles, esperar al menos a tener ochenta años. Escribirlos sobre otro argumento más lírico, no se,sobre... sobre el mar,el viento, un radiador averiado, un tranvía con retraso, ¿de acuerdo? Porque no existe una cosa más poética que otra. ¿Lo entendéis? La poesía no está fuera, está dentro. ¿Qué es la poesía? No se lo preguntes a Belcebú. Ve y mírate al espejo, la poesía eres tú. Decorad bien vuestros poemas, buscad bien las palabras, debéis escogerlas, a veces se necesitan ocho meses para escoger una sola palabra. Escogedlas porque la belleza se inició un día cuando alguien comenzó a elegir. Desde Adán y Eva. ¿Acaso sabéis lo que tardó Eva en elegir una hoja de parra idónea? “¿Cómo me está esta? ¿Cómo me está esta? ¿Cómo me está esta?” Ha desplumado todas las parras del paraíso terrenal. ¡Enamoraos! Porque si no os enamoráis está todo muerto, ¡si, todo muerto! Así que os tenéis que enamorar, porque todo revive, se mueve todo. ¡Dilapidad el gozo! ¡Consumad la alegría! ¡Estad tristes y taciturnos con exuberancia! ¡Insuflad con energía en la cara de la gente la felicidad! ¿Y cómo se hace eso? Bueno, mirare en mis apuntes porque lo he olvidado. Esto es lo que debéis hacer... Vaya, no he podido leerlos, pero creo que voy recordando. Para transmitir la felicidad es necesario ser feliz. ¿Y para transmitir el dolor? Es necesario ser feliz. Ser felices, porque tendréis que sufrir, estar mal, padecer. No tengáis miedo a sufrir, todo el mundo sufre. Y si desgraciadamente no tenéis los medios no os preocupéis, total para hacer poesía solo es necesaria una cosa: todo. Espero que lo entendáis. Y no busquéis la novedad, la novedad es la cosa más vieja que existe. Y si la inspiración no os viene es esta posición, o en esta, o en esta otra... Bueno, pues os tiráis al suelo y os ponéis cómodos de este modo. En esta posición podréis ver el cielo, fijaos que belleza. ¿Por qué no me habré estirado antes? ¿Que estáis mirando? Los poetas no miran, observan. Haceros obedecer por las palabras. Si la palabra pared no os hace caso no la uséis más en ocho años, de ese modo aprenderá. ¿Qué es eso? Pues no lo sé. Esto es la belleza.»




Y he decidido que, a priori, no quiero ver más de la película. ¿Por qué? Bueno, quiero dosificarla, disfrutarla con tranquilidad. Quiero tratarla como un buen libro, que te dura días y días, y que disfrutas cada segundo de él. Tiene mucho potencial para ello. Puede que comparar un libro con una película sea sacrilegio, puro y duro, pero también creo que pensar en esta película como simple metraje, como una historia y ya, le hace poca justicia. Transmite mucho más que gran cantidad de libros. Eso es lo que se llama una buena película, una obra de arte.

Por otra parte, creo que poco a poco voy entendiendo la gracia de tomar las cosas con calma, de llevarlas a cabo durante días, de trabajar sobre ellas pensando en que realmente lo que te gusta es trabajar, y no únicamente terminarla. Estoy pintando un cuadro que disfruto a cada momento que me pongo con él, independientemente de si es bonito o no. Me relaja hacerlo, y valoro que me requiera tiempo. Creo que estoy aprendiendo bastantes cosas últimamente, y eso es lo realmente importante, señalar defectos y, en cuanto se pueda, arreglarlos. He tardado siete años en comprender algunos fragmentos del Tao, por ejemplo, pero como suelo decir, nunca es tarde si la dicha es buena. Creo que el cambio, la mejora contínua, es siempre valorable, independientemente del tiempo que nos lleve.

Y me despido con una frase propia que me gustaría que fuese mi bandera durante al menos una temporada:

«Si no estás creando, estás muerto»


Es simple y rotunda, tan sencilla como las palabras que la contienen. Crea, donde sea, por lo que sea, en el campo que sea. Crea mal, crea cosas inútiles, pero crea. Sólo aquellos que crean día tras día pueden considerarse los que realmente están cambiando el mundo.





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

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