"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


viernes, 20 de julio de 2012

Ser optimista es un tema bursátil

Siempre me había considerado una persona afortunada por dos motivos. El primero, por definición, como me gusta decir. El segundo, por experiencia, digamos.

Cuando digo que me siento afortunado por definición me refiero a que he nacido "en la parte buena del mundo", no tengo ningún problema serio, etc. Todo el mundo tiene problemas, muy pocos se libran del entorno o la genética, pero vamos, básicamente la mayor parte de nosotros somos afortunados por definición, aunque no nos demos cuenta de ello.

Cuando digo que me siento afortunado por experiencia me estoy refiriendo a que a la larga las cosas me salen bien. Digamoslo así, supongamos un comportamiento cíclico de estar bien y estar mal, de que las cosas nos vayan bien y mal. Sin duda esto es un ciclo siempre, hay momentos mejores y momentos peores. Sobre esto, añado que, debido a cómo soy, suelo fluctuar más que el resto. Mis cambios son mayores y más rápidos, tanto para bien como para mal, y no suelo encontrarme en máximos ni en mínimos durante demasiado tiempo. Pero a pesar de esto, si vemos la tendencia de cómo me han ido las cosas, ha sido claramente alcista.

Se me puede rebatir tal afirmación de varias maneras, una de ellas es que he perdido la objetividad y la visión del tiempo pasado. Es cierto, pero también es cierto que si bien no se puede saber con exactitud cuántos días malos y buenos hemos tenido, sí sabemos cómo nos sentíamos en ese momento, de media. Y por tanto diría que he tenido una clara subida en general.

Ahora viene el tema. De, digamos, medio año a esta parte, las cosas han ido cada vez mejor, y lo han hecho de forma cuasi vertical, o exponencial mejor dicho. Esto es fantástico, pero pierde cierta visión. Veamos como lo explico. Supongamos que te mueves en unos niveles de 100, y tu media de los últimos 200 días (terminología de análisis en la bolsa) da unos niveles de 80. Esto quiere decir que estás por encima de tu media a 200 días, y la está haciendo subir, porque los días más alejados son peores que los nuevos. Creo que es un poco enrevesado, pero quédemonos con la idea de que estamos en 100 y nuestra media cogiendo los niveles de los últimos 200 días son 80. Entonces supongamos que, de repente, saltas a niveles de 500, por un evento. Tu media a 200 días, debido a que tiene una gran cantidad de datos, apenas va a variar, digamos que sube a 81 (no voy a ponderar cálculos para el ejemplo). A medida que pasan los días y tú sigues por esos niveles altos, tu media irá subiendo, pero lentamente y de forma algo "extraña", debido a que no es capaz de explicar la subida como una tendencia, sino porque ha ocurrido un evento muy positivo en tu vida que ha hecho que subas + 400 en poco tiempo. Esto es, un evento que genera una subida radical es extraño y digno de sentarnos a recapacitar.

No tengo muy claro que la eplicación sea muy clara, pero yo sigo a lo mío. Con esa mentalidad, tenemos que nuestra media, la que marca la tendencia de hacia donde vamos, se mueve por niveles de, no sé, 90, y nosotros fluctuamos (con esos pequeños ciclos que decíamos antes) en torno a los 500. Planteamos pues dos hipótesis:


A) Se trata de un evento coyuntural no mantenible en el tiempo, por tanto es esperable una corrección hacia, digamos, 300 puntos, hasta encontrarse con nuestra media de 200 días.

B) Se trata de un evento estructural y por tanto, mantenible en el tiempo. Se forma entonces un salto a niveles de 500 que no se van a perder (sólo los pullback por los ciclos), y desde ellos continuaremos nuestra tendencia.


Here's the deal, y la diferencia con cómo funciona la bolsa. Mejor dicho, la simplificación. La bolsa es un mercado donde operan miles de agentes, desde el pequeño inversor de 1.000 € a la gran agencia de miles de millones. Por tanto, todos aportan su granito de arena (o su media playa) a los movimientos de dicha bolsa.

Bien, pues se da el caso particular que bajo la explicación  que antes he dado nosotros sólo somos nosotros y nuestras circunstancias, como dijo Ortega y Gasset. Es decir, lo que nosotros somos de por sí, y los factores externos que nos afectan. Estoy diciendo que, básicamente, nosotros somos dueños de cómo nos encontramos.

Sigamos el ejemplo anterior, cotizando a 500, y con la hipótesis A y B de por medio. No sabemos cuál es la cierta, y debemos reconsiderar las posibilidades. Lo hacemos, pero debemos mantener en la cabeza que sólo actuamos nosotros mismos sobre dicho mercado. Es decir, si apostamos a la baja, bajará, y si apostamos al alza, subirá, por el simple hecho de ser el único agente involucrado. Es cierto que puede sucedernos un evento aleatorio positivo o negativo, pero como en todo, hay que saber asumir riesgos que siempre van a estar ahí.

Vale, es potencialmente falseable al decir que todos apostamos al alza con nosotros mismos, pero es falso. Si baja, nosotros perdemos. Pero si baja y nosotros creemos que va a hacerlo, nos cubrimos de mayores pérdidas. Si apostamos a la baja, de hecho, mermamos las posibilidades de subida, debido a que el único agente está pensando en que bajará, y hunde el mercado de forma artificial. Esto puede resolverse con una intervención exterior de amigos y demás y puede hacernos subir. Sabemos que iba a bajar, pero un evento no esperado ha mejorado nuestra posición. Y de hecho estamos obligando a personas de nuestro alrededor a invertir en nosotros, o gastar, depende (pero esto podría alargarse indefinidamente si tocase ese tema también).

De forma contraria también funciona, así, si pensamos de forma optimista y sucede un evento aleatorio bajista, nos hunde, con la salvedad de que: primero, la única manera de subir es pensar que va a subir; segundo, si pensamos que subirá y cae de golpe, entonces subirá, debido a que la tendencia, como siempre, es alcista.



Y voy a cortar un poco esta explicación sobre el optimismo y pesimismo en términos de bolsa. Que no se diga que la economía no puede explicarlo todo.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

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