"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


sábado, 15 de septiembre de 2012

Confesiones

He borrado la entrada que tenía, un puñado de líneas.

Cuando creé este blog, lo hice junto con otros, cada uno para un tema digamos. Este era en el cual ponía reflexiones filosóficas o cosas por el estilo, vamos, pesado de leer y enrevesado, pero me gustaba. Digo gustaba, pero obviamente aún me gusta.

La diferencia es que ha evolucionado, como todo lo demás. Llegó a estar abandonado y fue recuperado para comenzar esta segunda etapa que tanto está durando y que va ya por las ochenta y cinco entradas en total. No quería dejar a un lado mis reflexiones filosóficas, pero tampoco quería dejarlo ahí. Podía contar cosas de mí, de mi vida, o colgar poesía, fotos o análisis de lo que fuera. Tal vez no un diario, pero sí un lugar donde volcar algo de mis pensamientos, algo de mis opiniones, y también algo de mis sentimientos.

Reconozco que no tengo apenas seguidores y gran parte de las visitas que recibo se debe a que llegan por casualidad vagando por internet, y también sé que los que me leen a diario, que hasta donde yo sé son dos personas, tampoco esperan nada de mí. Mejor dicho, no me exigen nada, ya que implícitamente todos esperamos algo del resto de personas, para bien o para mal.

Os estaréis preguntando a dónde quiero llegar. Yo también. No creo saberlo, pero lo que sí sé es que, aunque piense que no hace falta pregonar a los cuatro vientos día sí, día también, que estás bien con alguien a tu lado, a veces surge una necesidad que va más allá y más lejos.

Quiero decir, a veces hay personas que nos asombran y nos fascinan. No son muchas, porque si lo fueran tendríamos un problema y seríamos fácilmente fascinables, y pronto correríamos el peligro de seguir a quien no debemos.  Pero estas personas tienen una serie de cualidades que nos ganan, sin más. A veces es la pizca de locura entre los mares de la razón, o la espontaneidad, o la inteligencia o simplemente la manera de hacer las cosas.

Pero a veces es mucho más sencillo, y se resume con una sonrisa.

Quiero añadir primeramente que cuando hablo de una sonrisa, no me refiero a unos labios en cierta posición, me refiero a todo lo demás, a eso que hay detrás, y que difícilmente comprendemos. A esa eternidad a la que me gusta referirme a veces. No son los ojos el espejo del alma, no siempre al menos, aunque creo que en mi caso sí. Pero algunas veces alguien sonríe, y tú te quedas mirando, y durante un instante lo comprendes todo porque no te planteas nada, no existe más mundo que aquel que se abre entre aquellos labios. Sólo besar aquellos labios es una delicia mayor que observarlos, y a veces, tengo que reconocer, que la felicidad que me reporta esa sonrisa es incluso superior a sus besos.

Y después viene todo lo demás. Como el mentón se curva de manera única, o la forma de levantar la mirada  y clavar tu pupila de azul y oro en mi pupila, y sentir como entonces soy yo el que sonríe sin poder apartar la vista de esa chica a apenas tres palmos de mí, que se ha convertido en la persona más importante de mi vida, y que tiene sentada en esa silla aquel aire mezcla de madurez y dulzura que he estado buscando. Y puedo haberla estado mirando durante todo el día, pero siempre hace un gesto que me hace querer mirarla más. Y puedo haber estado oliendo su fragancia a cada ráfaga de aire, pero su perfume siempre me transporta a lugares llenos de flores, como si fuese una eterna primavera. Y puede que hayamos estado hablando horas y horas, pero de repente, cuando menos me lo espero, levanta la mirada de su batido de chocolate, me mira y dice algo que me sorprende y conmueve por igual, y entonces tengo que apartar la mirada porque me siento superado por mis sentimientos, y comienzo a balbucear algo, y me doy cuenta de que esa chica que me mira desde menos de tres palmos de distancia es la única persona capaz de dejarme absolutamente sin palabras, y que lo hace cada vez más veces, sólo diciéndome lo que está pensando sobre mis ojos o sobre mí.

Decía que sé que no es necesario decir lo bien que estamos con alguien pregonándolo a los cuatro vientos, por eso quiero que se tenga en cuenta esto para entender por qué he escrito esta entrada, y lo que significa esa chica de corazón de oro y alma noble para mí.

Sinceramente espero que todas las personas puedan llegar a sentir la felicidad que siento yo en estos momentos, porque no se necesita nada más, es cuando comprendes la diferencia entre existir y vivir la vida.

Y yo no necesito nada más que a ti.





Jesus Burgos Lobo
Te quiero, Carli

1 comentario:

  1. Que bonito joder, me he emocionado...Yo tampoco necesito nada mas que tu, FUGUEMOSNOS!!!!

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