"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


lunes, 31 de diciembre de 2012

Farewell 2012

En realidad, y no sé cómo me siento al decirlo, no he cambiado en nada.

A pocas horas de que venza el año, quería hacer una última entrada, un adiós al año, un ha sido un placer. Se me ocurrió que, en algún lugar de internet, debía de haber hecho algo parecido para otro fin de año: no andaba desencaminado. Lo que encontré fueron unas reflexiones para fin de año de cuando yo tenía diecisiete y, no sé si es que mi cerebro lo recrea o realmente tiene las imágenes, pero recuerdo más o menos el momento, recuerdo la canción que estaba escuchando, recuerdo vagamente cómo debía sentirme.

Pero lo que realmente pienso al respecto es que no he cambiado gran cosa, sigo siendo esencialmente el mismo. Quiero decir, es obvio que cambiar las bases de uno mismo es complejo, y realmente nunca he tratado de hacerlo, pero a lo que me refiero con que no he cambiado es que ese pensamiento que mantenía entonces es recurrente año tras año, quizás de forma trimestral.

En cualquier caso, claro que las bases no cambian, por eso son bases. Voy a seguir siendo como soy, a seguir pensando de forma similar, a continuar encantándome cuando descubro cosas nuevas y a tratar de seguir desarrollando mis cosas, mis proyectos, mis locuras.

Comparándome con aquel entonces, aquellos diecisiete, está claro que, si bien las bases son las mismas, la construcción no lo es. Se han cambiado materiales, se han variado los planos, se han derrumbado zonas y vuelto a construir de forma más eficaz, más eficiente.

Y este nuevo año voy a volver a cambiar los planos: hay nuevas exigencias, nuevas necesidades, nuevos proyectos. Tengo que seguir con mis variaciones y continuar mis construcciones, porque me queda mucho por construir. Tengo que reducir al mínimo las esperas, y aunque esto es lo de siempre, seguirá en la lista de cosas por hacer otro año, esperando que sea el último.

Este año que cierra hemos tenido un superávit de todo, tengo fuerza para ejecutar nuevos proyectos y seguir apoyando a los antiguos. Se debe terminar el pasarme ciertos periodos de tiempo mal, porque realmente soy yo el que más retraso mis propios proyectos, por eso necesito más independencia en cuanto que me afecten las cosas.

Me fijaría metas exactas, pero sé que no las cumpliría, por eso prefiero fijarme conceptos, ideas flexibles que pueda rápidamente observar, entender y cumplir, porque la adaptabilidad es una baza que juega a mi favor. Y porque la locura siempre ha jugado a mi favor, lo que ocurre es que paulatinamente la he ido retirando de su lugar. Por eso debo ir modificando en parte mi forma de ver las cosas, porque al final me quedaré sentado aquí sin hacer nada esperando cosas que nunca van a llegar. A pesar de todo esperar se me da bastante bien aunque lo deteste. Pero lo que decía, es evidente que de un tiempo a esta parte he comenzado a hacer cosas, no tantas como podría, pero poco a poco he hecho grandes avances, y ya que nadie me felicita por ello lo hago yo mismo, que para algo estoy.

Pensamientos random everywhere. Oh well, es la última entrada del año, así que supongo que se me perdona. Así a lo tonto me he quedado cerquita de dos grandes logros: tener un blog con 100 entradas y terminar el año con 300 poemas (tengo 289). Bastante bien después de los parones que sufrí en ambas cosas, cada una en su momento.

Y bueno, que puñetas, es fin de año y estos son los últimos pensamientos del 2012, año que nunca volverá. En parte es triste porque ha resultado un buen año, pero bueno, sonrío porque sucedió, ¿no? Todavía quedan muchas cosas por hacer de muchos tipos, y sólo tenemos 365 días por delante. Lo que pasa es que sé que va a ser un gran año porque cumplo 22 años el día 22 del 2, y todo el mundo sabe que adoro el número 22 (irónicamente prefiero los números impares como el 7 y el 13), así que es el mejor año (sólo sería superado por el año 2222, aunque no creo que esté aquí para verlo).

Vamos, ¡que se nos va el tiempo! Que bien, escribir en el blog me ha animado cantidad, estaba un poco mal para finalizar el año pero he recuperado justo a tiempo.

Pues eso, no os olvidéis de lo más importante: brindar por el año que muere y reír por el año que entra. Porque siempre tenemos un motivo por el que brindar, ¿no?

Brindemos por nosotros mismos, que nadie va a hacerlo. Yo brindo por mí, por mis logros y mis proyectos, y brindo por vosotros, por vuestros logros y vuestros proyectos, porque probablemente lo habéis hecho lo mejor que habéis podido, exactamente como yo. Por eso: ¡salud!

Good night and... ¡good year!

Y como no, canción para finalizar el año, ¡adiós 2012!:




Y para comenzar el siguiente, ¡hola 2013!:





Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

No hay comentarios:

Publicar un comentario