"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un «¡Ahhh!»", Jack Kerouac


viernes, 17 de agosto de 2012

Cosas varias para gente varia

Es estadísticamente improbable que las preocupaciones vengan solas, por el simple hecho de que la repercusión de una preocupación sobre el resto de la vida genera otra serie de preocupaciones o problemas no necesariamente directamente asociados a esta.

Dicho de otra manera, el cambio de humor provocado por la primera preocupación, aunque sea pequeño, va a provocar diversos comportamientos anómalos en nosotros mismos, el resto de nuestra vida va a hacer lecturas (en la mayor parte malinterpretadas por falta de información) de los mismos y va a generar respuestas generalmente negativas, lo cual repercute aún más en nuestra primera preocupación, o va a crear nuevas.

Después "va por provincias". Cada uno reinterpreta las respuestas y actúa de acorde a ellas. En realidad no actúa, sino que responde de nuevo. El matíz está en que no somos plenamente conscientes de que estamos haciendo tal réplica, o mejor dicho, la hacemos independientemente de querer hacerla. Por ejemplo, una parte probable de tal réplica es nerviosismo, dolor de cabeza, apatía... pero cada uno tiene su propia forma de operar. Hay gente que se vuelve más positiva cuanto peor le vayan las cosas, o se relaja aun con mayores preocupaciones. Por supuesto, todo esto va ligado con una reinterpretación nueva y una nueva actuación, pero con el agravante de que nuestro propio cuerpo y mente han actuado debido al cambio de situación. Es decir, lo más probable es que el resultado de todo esto sea netamente negativo.

Por tanto, lo óptimo está en auto-rescatarse de esa situación, y de hecho, si no lo hiciese en mi caso incumpliría dos de mis nuevas Reglas de comportamiento, la uno y la once:


1- Se termina con mi naturaleza voluble. A partir de ahora se hará cualquier inversión sea cual sea el coste con tal de mantener el tipo, quiera o no.
11- Lamentarse no merece la pena. “La mayoría de las personas gastan más tiempo en hablar de sus problemas que en afrontarlos”, Henry Ford.



Así que, básicamente, lo que hago ahora es mantenerme siempre bien a base de gastar y gastar energía. Como desconozco la cantidad de energía que tengo y de dónde proviene, sólo puedo dar como cierto que la energía que invierto es menor o igual que la energía que produzco, y por tanto no me hallo en déficit, lo cual por otra parte es bastante asumible y probable. Dicho de forma económica, me dedico a intervenir mi propio mercado cuando presiones externas juegan a la baja. La virtud de este modelo frente al económico es que las ventajas de intervernir el propio mercado son claras y directas.

Y es que, aunque siempre he sido un claro defensor del realismo, ahora opto por un optimismo, con matices. Me niego a decir que soy optimista, porque eso suena a alguien que no es capaz de ver la realidad ni cuando la tiene justo delante bajo el pretexto de que seguro que mejorará sola. Soy optimista del tipo «mañana lo haré mejor». Está en línea con los modelos kaizen (mejora contínua) y por tanto conmigo mismo, ya que soy un optimizador por naturaleza (aunque eso sea más en mi parte profesional y no personal).



 A pesar de todo, y nótese la pausa temporal entre los razonamientos anteriores y esto, lo único que hago últimamente y tengo pensando seguir haciendo es sonreír. Especialmente después de ayer, que entre que tenía el día contento y feliz y terminé columpiándome parecía un niño pequeño.

Sólo las cosas que permitimos que nos arruinen el día lo harán, por eso es tan importante cribar y filtrar antes de valorar.




Jesus Burgos Lobo
Semper Fidelis

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